El Teatro Municipal Coliseo Podestá se prepara para celebrar los 40 años en el flamenco de la bailaora Paula Pérez, más conocida como “La Paya” y, este martes 19 de septiembre a las 21 será sede de una noche donde el amor, el reconocimiento y el merecimiento estarán vibrando muy alto, de la mano de un increíble espectáculo de danza. Las entradas pueden adquirirse en el estudio de danzas Puerta del Sol, ubicado en avenida 38 N° 877 entre 12 y 13.
La Paya es oriunda de La Plata y desde 1993 ha venido desarrollando la docencia en todos los centros y comunidades andaluzas. A fin de perfeccionarse en el flamenco, ha realizado estudios en Jerez de la Frontera, Cádiz, Sevilla, Madrid y Barcelona, con maestros de la talla de Manolo Marín, La China, Rafael Amargo y Eva La Yerba Buena, entre otros.
A nivel profesional, Paula trabaja desde el año 1996 en Buenos Aires, haciendo giras, tablaos y espectáculos, dirigida por directores como Eva Halak en “Carmen” en el Luna Park, “La zapatera prodigiosa” en el Teatro Alvear, “Gitanos” en el Teatro Metropolitan y “España Canta” en el Teatro Lola Membribes, todos estos dirigidos por Jorge Macini, entre otros.
En diálogo con un portal local de noticias, La Paya contó que su primer acercamiento con el flamenco fue de “muy pequeñita” en el Club Villa Rivera de Tolosa y, que decidió que quería dedicarse a este tipo de arte en tiempos donde la danza no era concebida como una profesión y que por tanto los comentario más comunes eran que se iba “a morir de hambre”. Pese a sus múltiples viajes a distintas regiones de España, para “profundizar” en sus conocimientos reveló que es una “eterna aprendiz” y que bailar el folklore de otro país “lleva muchos años”.
-Son 40 años abocada al flamenco, ¿qué significa a nivel artístico poder dedicarte toda tu vida a lo que amás y en qué momento fue tu primer acercamiento con esta danza?
-Tuve que hacer una revisión porque soy de la época que no había Internet, ni había redes, entonces tengo que recurrir al cajón de los recuerdos para sacar fotos y material que me han pedido. Uno hace todo ese recuento y ahí se da cuenta cuanta vida viviera en esos años. Desde muy pequeñita supe que iba a ser lo que soy, bailaora de flamenco. No se sabía mucho de qué se trataba, ni el nombre bailaora. Como a todas las niñas cuando éramos chicas nos mandaban a danzas españolas y aprendíamos todas las regiones de España, las cuatro escuelas, pero cuando llegaba el momento de ponerme los zapatos, me encantaba, me volvía loca. Así que, cuando pude, me dediqué a bailar flamenco. La verdad es mucha emoción, solo yo sé todo lo que pasé para poder defender mi primer amor, porque era muy común que te dijeran que te ibas a morir de hambre, como la mayoría de los artistas. Era muy común, que te dijeran “bueno, ¿de qué vivís?”. Soy bailaora de flamenco, doy clases. bailo hago giras. La gente se sorprendía, ahora es más común sobre todo después de la pandemia, que nos ha dado un gran parate, donde todos tuvimos que reflexionar si éramos felices con lo que éramos, con la familia que teníamos, las parejas, los trabajos y ahora es mucho más común ver que todo el mundo rompió estructuras y disparó por donde tenía ganas, pero cuando yo era chica, cuando era joven, no fue fácil.
-¿Qué cambió o qué conceptos maduró esa chica que hace 40 años decidió dedicarse al flamenco y la mujer que sos hoy?
-Mucha más responsabilidad, hace muchos años vengo dando clases en el interior del país para bailaoras, para gente que se quiere preparar y dedicarse a esto. Pasan los años y lo que cambió es eso, la responsabilidad. Yo sigo bailando y sin darme cuenta jugando un poco porque es también eso. Es subir al escenario, sentir que soy libre y soy como esa niña, esa niñita que bailaba cuando era chiquita, trato de mantener eso. Siempre cierro los ojos, conecto y recuerdo por qué bailo. Sé bien por qué bailo, ha sido una gran medicina para mí. Nunca me olvido por qué bailo, aunque sea grande y tenga otras responsabilidades a la hora de hacerlo y de llevar un espacio adelante como Puerta del Sol, cuando salgo del tablado no me olvido por qué bailo.
-¿Cómo conviven la docente con la bailarina en el día a día y cuándo empezaste a dar clases?
-Eso ha sido a la fuerza. Aquí en La Plata uno no puede vivir de ser bailaora. Yo siempre quise ser bailaora, ser bailarina, artista lo que sea, de chiquita me visualizaba de gira, yendo de acá para allá con maletas. La docencia no sé si estaba muy en mí, pero en la ciudad de La Plata hay que trabajar de dar clases. Empecé a los 16 años, cuando mi madre me dijo “yo te acompañé hasta acá, pero tengo cuatro hijos más que acompañar. Necesito que empieces a generarte vos”. Justo me había mudado a barrio Aeropuerto y me puse a dar clases.
-¿Cómo es un día común en tu vida?
–Un día común, doy clase a partir de las 17 en mi estudio Puerta del Sol -que es mi segundo estudio, el primero lo tuve en Tolosa-. Si doy clase más tempranito, son clases particulares o personas que estoy preparando, que quieren bailar o cosas específicas. Sino durante el día hago mi entrenamiento, voy al gimnasio, a pilates y recién a las cinco de la tarde conecto con las clases grupales. En Puerta del Sol somos varios profesores. Realmente estoy muy feliz porque la gente puede venir con cara enojada, pero llega y cambia todo, yo veo esa transformación. Realmente cuidamos mucho de este espacio que sería un bálsamo en este mundo que vivimos.
-¿Consumís algún otro tipo de danza?
-No, siempre estuve en el flamenco y llevó muchos años profundizar, la gente no sabe pero bailar el folklore de otro país, de otro pueblo, lleva muchos años. Es como acá, no es lo mismo bailar una chacarera, un gato, un escondido o un chamamé. En España es así, he viajado a distintas regiones para aprender un poco de cada uno. Te lleva muchos años, mucho tiempo, mucho dinero y me ha llevado toda la vida aprender y saber lo que sé. También soy una eterna aprendiz, esto cambia tanto que te va renovando el examen que tiene, hay muchos certámenes que marcan tendencia, mucha gente nueva y joven que sale bailando y te lleva hacia otros lugares.
-¿Estás preparando algo más aparte de tu presentación por los 40 años?
-Ahora estoy solamente abocada a esto, me he dado cuenta que tengo mucho apoyo, tanto del Consulado de España como de colectividades y seguramente me ponga a trabajar en algún proyecto para el año que viene, pero eso está solamente apalabrado. En realidad, soy una creativa y no paro, tengo muchas cosas escritas guardadas como festivales, algunos no se han hecho por como es nuestro país que sube y baja, pero en cualquier momento ya se va a poder hacer algo de lo que está ahí guardadito.
-¿Cómo te preparás para esta celebración del 19 de septiembre en el Coliseo?
-Muy emocionada estoy, súper emocionada. Voy a estar acompañada con la guitarra de Hernán Diéguez es una persona que hemos compartido muchos años, muchos escenarios en Buenos Aires, el cante de Eugenio Romero que es un gitano y es una belleza lo que canta. Después tengo artistas de la ciudad de La Plata como Juan Manuel Chelo, en el chelo tenemos a Morena Leza, en percusión a Matías Tolosa, en canto a Leticia Bloisi. después las luces son de Manuel Garzo. Las fotos de la gala están hechas por Carlos Villamayor un fotógrafo que le saca todas las celebridades de danza. Además Puerta del Sol es un semillero muy grande de alumnos que también van a estar presentes, hay mucha gente que va a bailar con músicos en vivo y otros que van a bailar conmigo, voy con ellos que también son los que son parte y pueden mostrar lo que somos nosotros como maestros. Así que estoy rodeado de amigos de amor, entonces me preparo con mucho tranquilidad es una producción propia acá, no hay productora, somos todos nosotros, la familia y muy emocionada muy emocionada porque estos 40 años fue mucha vida, dos hijos en el medio, la vida, así que me preparo muy contenta feliz para poder expandir el corazón y que lleven algo bien bonito.