El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó una mateada en la Facultad de Psicología de la UNLP junto al dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, y la legisladora Ofelia Fernández.
La primera en tomar la palabra fue la joven, quien manifestó: “Tengo la sensación de que vamos a ser, a futuro, hijas e hijos de la apatía política, que es distinto a la derechización”. “Sienten que la política no ofrece respuestas a los que son más chicos que yo. Somos una generación de la incertidumbre. Esto se ve muy claro con el tema de la vivienda y lo difícil que se vuelve todo para los jóvenes”, indicó. Y concluyó: “Es normal que sientan distancia con la política porque no hemos ofrecido respuestas. Sobre todo, en los últimos 8 años. Nuestra fuerza debe ofrecer respuestas concretas”.
Luego, sostuvo: “No le tengamos miedo a Milei y Bullrich. En la historia argentina hubo momentos peores que éste. Tenemos que ser los guardianes para que los defensores de los represores no lleguen al Gobierno”. Y elogió a Kicillof por “las convicciones no son piantavotos, y Axel lo demostró ganando”. “A Axel no le importó ganar votos, sino ganar derechos. Y nos damos que cuando garantizamos derecho, se obtienen votos también”.
Luego fue el turno de Juan Grabois: “El fervor de los conversos nunca me gustó. Valoro el debate horizontal, pero también cierto orden vertical en la toma de decisiones. Por eso, ni muy muy ni tan tan”. “No soy candidato a nada, y estoy poniendo la trucha diciendo que hay que votar a Massa. Basta de pases de factura. Se acabó el internismo. Yo primero. Massa es un patriota, de ojos celestes, un tipazo. Tengo claro que la patria está en peligro”, subrayó, al tiempo que afirmó: “No sé cuántos de ellos van a un penal, van a un comedor, van a un hospital, van a un barrio”.
Por su parte, el gobernador Kicillof afirmó: “Ayer lo escuchaba a Milei diciendo que él va a terminar con el kirchnerismo. Nosotros a partir del 2016 bajamos a las plazas, a dar la cara y explicarle a la gente lo que habíamos hecho. Querían dar por terminada esa experiencia política. Fuimos a las plazas porque no había nada que ocultar, entonces festejo que esto vuelva a hacerse”. Y reflexionó: “Tenemos que sentarnos en las plazas, en las escuelas, en las universidades a escuchar, a contar y a dudar también. Estamos obligados a escuchar a una generación nueva, que experimentó sobre su vida adolescente algo muy frustrante. A un chico le hablamos del 2001, de Néstor, de Cristina, de lo que hicimos, y ellos no lo vivieron. Para ellos es como contarles de la Revolución del Mayo. No lo procesaron, no tuvieron esas vivencias, entonces es difícil transmitirlo”.
En ese sentido, el mandatario bonaerense señaló: “En las redes sociales hay elementos totalitarios. Son propiedad de empresarios que no está regulados. Le han bajado la cuenta a un presidente como Trump, que ya saben que no es de mi gusto. Yo me permito dudar de los algoritmos. Milei no es disruptivo, crítico ni rebelde. Yo no veo nada relacionado a Milei y me salta todo el tiempo en las redes. Dejen que dude de la objetividad de los algoritmos de las redes. Yo creo en la red social de la militancia”.
En otro pasaje de su discurso, consideró que “Macri destruyó a Larreta. No sé por qué motivo. Prefiero no saberlo”. “El sueño del macrismo de volver al poder parece complicado. En esta última elección, el pueblo derrotó al macrismo”, sostuvo.
También habló de la apatía política: “Nosotros nos jugamos la final del mundo y cuando entras a la cancha no hay público, no hay copa”. “La gente tomó nota de que el macrismo no puede resolver los problemas. Esa batalla logramos ganarla. Nos querían decir que era la derecha moderna. Pero el otro saldo es que nuestra fuerza política tiene dos falencias. Primero es que estamos pifiando en la capacidad de comunicar. Tenemos que hacer un mea culpa porque las cosas que dice Milei son gravísimas, pero evidentemente no lo logramos transmitir. La culpa es nuestra, no del votante, tenemos que comunicar mejor”, cerró.