La justicia Penal de La Plata comenzará a juzgar este martes 5 al exintegrante del cuerpo técnico de la selección nacional juvenil de hockey, Pablo Fernández Garaygorta, acusado de abuso sexual gravemente ultrajante contra una menor de edad que entrenaba en un club de la localidad de Brandsen, donde el acusado cumple arresto domiciliario en un barrio cerrado, cuyo arribo generó polémica social y judicial.
Según dio por acreditado la Justicia, los hechos que se juzgarán ocurrieron entre los años 2005 y 2006, cuando la víctima tenía 14 años. Fernández llega al juicio detenido, situación que perdura desde el año 2018. Entre los testigos se espera el testimonio de otra jugadora, que relatará situaciones de abuso sexual cometidas por Fernández, cuando ella tenía 12 años.
El debate se realizará ante el Tribunal Oral Criminal III de La Plata integrado por Ernesto Domenech, Santiago Paolini y Andrés Vitali, con la intervención de la fiscal de juicio Leila Aguilar. En tanto, la víctima se encontrará representada por las letradas Sofía Caravelos y Guadalupe Godoy. El bloque acusatorio está integrado por tres mujeres.
Los hechos sobre los cuales versará el debate se habrían consumado entre los años 2005 y el 2006, cuando la denunciante era una preadolescente de apenas 14 años, jugadora de hockey del Club Atlético y Progreso de Brandsen, mientras que el imputado, por ese entonces, tenía 38 años.
Entre los testigos previstos para las distintas audiencias, estarán la víctima y personas que supieron de la situación y el contexto de los hechos, como así también jugadoras de hockey que darán cuenta de la confianza que la comunidad de Brandsen depositaba en Fernández.
Se espera que una de esas jugadoras describa situaciones de abuso sexual cometidas por el mismo imputado, cuando ella tenía 12 años. La joven decidió no iniciar una causa propia, pero si contar su experiencia en juicio que se inicia hoy.
“El desafío en este debate es comprender que es posible y no incompatible que una persona destacada profesionalmente, con un rol activo y respetado en la comunidad, pueda en la intimidad, abusar sexualmente de una o más niñas. Esa confianza, gran capacidad técnica y su rol en el deporte, fueron la condición de posibilidad de los abusos y del silencio que guardaron las víctimas por años”, detalló una de las abogadas.