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El Luismi de la Línea 45 y la fan que dejó todo por su ídolo: la previa del segundo show de Luis Miguel en Buenos Aires

Esta noche el mexicano sube por segunda vez al escenario del Movistar Arena. Antes, sus seguidores pasearon su fanatismo por las calles de la ciudad

El Luismi de la Línea 45 y la fan que dejó todo por su ídolo: la previa del segundo show de Luis Miguel en Buenos Aires

5 Ago, 2023
El pasado jueves, Luis Miguel inició en Buenos Aires el primer tramo de su gira mundial. Serán en total diez conciertos en el Movistar Arena y el reencuentro con sus fans locales después de cuatro años. Se sabe, hay una historia que liga al astro con la Argentina, un país que lleva en la sangre y en el corazón. Y sus seguidoras se lo hacen saber cada vez que nos visita.
Tengo todo excepto a ti es el único club de fans autorizado por el artista, de quien se sabe que es muy receloso en cuanto a todo lo que lo rodea. Llevan más de 30 años siguiendo cada paso de El Sol de México en sus visitas al país y Jorgelina, su presidenta y vocera, persigue un sueño colectivo: volver a estar cara a cara con su ídolo. Fueron seis las veces que logró fotografiarse con Micky, aunque ya pasaron dos décadas del ultimo encuentro y es hora de actualizar el álbum.
Por este motivo, el club viene organizando una serie de actividades para estos días en los que Buenos Aires vive una verdadera Luismimanía. Como regla para asistir a cada uno de sus conciertos, eligieron uniformarse en el color celeste, un homenaje a nuestro país. Lo fueron a recibir al Hotel Faena, donde se hospeda el mexicano y donde montan guardia antes de cada show. Allí realizan una serie de acciones únicas e irrepetibles, con invitados especiales. Por estos días, nada en el mundo les importa más que Luis Miguel.
Para el día del debut, llegaron al Faena en un trencito de la alegría ploteado con una figura de Lionel Messi levantando la Copa del Mundo. Desde entonces, le pusieron play a la catarata de hits del mexicano, convirtiendo esa zona de Puerto Madero en una fiesta a cielo abierto. Las acompañaba la comparsa SambaTelmo, quienes acompañaron ritmo y colorido con su batucada y también se acercó Guillermo Elías, el doble de Luis Miguel que se gana la vida animando shows y eventos relacionados al artista.
El viernes, con un clima más ameno y un sol casi primaveral, el contingente partió del sur del conurbano bonaerense, en la localidad de Lanús. A bordo de un interno de época de la Línea 45, el que dirigió la batuta fue Hugo Robles, conocido como El Luismi de la 45. Una filmación lo volvió viral y en tiempo de redes dejó de ser un secreto guardado para aquellos que viajaban bajo su tutela a diario desde la estación de Remedios de Escalada a la de Retiro.
“Lo escucho desde hace años y siempre canto sus temas. Me encanta”, le contó Hugo a este diario hace unos meses, cuando su imagen se viralizó. Pero la alegría no era completa. “Me quiero matar porque no conseguí entradas para ir a verlo y, la verdad, tenía muchas ganas de estar, de verlo y disfrutar un nuevo concierto de él. Sería mucho soñar pensar que pueda enterarse algo de mí y que me invite a subir al escenario para cantar con él…”, se lamentaba.
El colectivo hizo una parada simbólica en el microcentro, dio un par de vueltas al Obelisco y enfiló para el Hotel Faena. Pero hoy el semblante de Hugo era diferente, ya que su historia había llegado a una cadena de hamburguesas que lo invitó a ver el concierto en el sector VIP. Desde allí estará más cerca lo que dice su bandera, escrita de puño y letra, y que flameó dentro del colectivo y en la puerta del hotel: “El sueño del Huguito es cantar con vos”. ¿Se lo cumplirá Micky?
Hablando de pisar el tablado sagrado que transita el astro cada noche, la niña que logró besarlo el jueves estuvo en la previa como parte del contingente en el que las historias brotan una tras otra. La más destacada es la de la mujer que sacó un crédito para mudarse, pero cuando estaba lista para dar el paso, a Luis Miguel se le ocurrió iniciar su gira en Argentina. Y no fue uno ni dos conciertos los pautados en Buenos Aires, sino diez.
“No me importa nada, me mudaré el año que viene, pero este año no me pierdo un show de Luismi”, aseguró con orgullo y sin remordimientos. En cada ticket adquirido, se conjugan la espera de cuatro años después de aquel doblete en el Campo de Polo con el sacrificio para juntar el dinero, una cruzada en la que aportan familiares y amigos. Que nadie se quede sin ver al Sol, ese parece ser el lema de las fanáticas. Y se cumple, sin egoísmo ni vanidades.
Después del ritual musical en la vereda del hotel, Hugo, y el club de fans volvieron a subirse al colectivo y remontaron la avenida Córdoba con destino al barrio de Villa Crespo. El Movistar Arena los esperaba para vivir una noche más de una caravana inolvidable a la que afortunadamente le quedan unas cuantas lunas.

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