La Justicia Penal de La Plata ordenó el desarchivo de la causa en la que se investiga la muerte de la joven Martina Selinger (23), quien cayó al vacío desde el noveno piso de su departamento de 44 entre 12 y 13 y murió en el acto. Durante los primeros años se investigó y descartó la posibilidad de un accionar doloso en la muerte de la estudiante de Licenciatura en Relaciones Públicas de la Universidad Católica, no sin sortear distintos inconvenientes durante la tramitación de la investigación ya que “se perdió prueba sustancial respecto del ingreso de posibles terceros al edificio, se produjeron excesivas demoras en las pericias, imposibilidad de acceder al teléfono de la víctima”, según se detalla en la causa.
“Finalmente se realizó una reconstrucción del hecho, donde se estableció que en el mecanismo de caída que sufrió Martina, no hubo participación de terceros. Pero sí hubo actos de resistencia a la caída por parte de la víctima, dado que se tomó de la persiana de la ventana donde aparentemente se encontraba, desprendiéndose un parte, que cayó junto con su cuerpo”, expresó la abogada Sofía Caravelos, representante de las tías de la víctima, en uno de sus escritos.
La letrada sospecha que el edificio tiene graves falencias en materia de seguridad edilicia y que pese a ello fue aprobado por la Municipalidad de La Plata durante la gestión del exintendente Pablo Bruera. El expediente se había archivado, pero la letrada logró su reapertura y pasó a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 12 donde su titular el fiscal Fernando Padován citó a declaración indagatoria(procesamiento) al ingeniero Sergio Beltrame, al arquitecto Guillermo Luis Asuaje, a la arquitecta Beatriz Graciela Masson y a Graciela Inés Pavón. La causa podría generar ahora un cimbronazo en el mercado inmobiliario, ya que pone el ojo en las habilitaciones edificios en la ciudad durante la gestión de Bruera. Nadie puede descartar que haya edificios que fueron autorizados de manera irregular, con defectos de construcción que pueden poner en riesgo la vida de sus habitantes.
Martina Selinger estudiaba en la ciudad cuando cayó desde el noveno piso de un edificio de La Plata.
Para la abogada Caravelos hay “indicios suficientes (…) para advertir que la muerte de Martina Selinger, se produjo a consecuencia del obrar negligente de quienes construyeron ese edificio”. Para ello se basó en el resultado de una pericia oficial que concluyó: “En cuanto a la altura en que se encuentra colocada – la abertura desde donde se produjo la caída- se indica que sería insuficiente desde el punto de vista de la seguridad… se encuentra a 0,57 m de piso terminado, no encontrándose dentro del vano otro elemento firme resistente de contención (baranda, por ejemplo)”.
La víctima se cayó desde una ventana que aparece como “insegura” según la hipótesis de los denunciantes que en la causa penal dejaron sentado que: “Se agrega a mayor abundamiento en lo relativo a seguridad, que el artículo 179° inc. f) de la Ordenanza Municipal 10681 del año 2010 establece: ‘Las barandas o antepechos tendrán una altura mínima de 1,00m., medidas desde el piso del balcón y estarán ejecutados de manera que sus caladuras o espacios entre hierros, caños u otros elementos resguarden el peligro’, situación asimilable a la de los antepechos de ventana. Es decir, que a todas luces y de manera temprana se estableció en esta investigación, que la altura de la ventana desde donde cayó Martina, –a 0,57m del piso terminado– que se determinó como antirreglamentaria –por incumplir el artículo 179° inc. f) de la Ordenanza Municipal 10.681 del 2010–, la convertía en ‘peligrosa’ desde el punto de vista de la seguridad”.
El planteo es uno de los tantos que los imputados deberán aclarar.
