La Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), en articulación con la Secretaría de Extensión y el Consejo Social de la Universidad, realizó un relevamiento de comedores de la ciudad de La Plata en el marco del programa “Argentina contra el hambre”. Candela Díaz, socióloga y participante de dicho relevamiento, dialogó con Después del Mediodía en Radio La Plata para acercar todos los detalles que dejó la labor realizada.
“El trabajo se realizó con Secretaría de Extensión en el Centro de Investigaciones Geográficas de la Facultad de Humanidades junto con el Consejo Social y las organizaciones sociales que lo integran. La idea era poder tener información actualizada respecto de los relevamientos que ya habíamos hecho en 2018 y 2019, donde las organizaciones ya habían presentado una preocupación por la demanda alimentaria que crecía en los barrios del Gran La Plata”, comenzó explicando.
El estudio abarcó una diversidad de barrios del Gran La Plata y a partir de esa diversidad, se elaboró una muestra en la que se seleccionaron 73 sitios de los 524 relevados, según explicó Candela. “A partir de los estudios, lo que pudimos ver es que en el segundo semestre del 2022, cuando ya la Encuesta Permanente de Hogares marcaba que ⅓ no lograba cubrir las necesidades alimentarias y no alimentarios, fue que efectivamente habían aumentado la cantidad de sitios y había un aumento constante de quienes asistían a los sitios”, agregó.
En esa misma línea, la socióloga expuso que esa tendencia ya se había visto en los relevamientos del 2018 y 2019, lo que luego se agravó por la pandemia. “La situación ya era crítica dentro del período 2015/19, por eso a fines del 2018 se declaró la emergencia alimentaria como problema público, algo que la pandemia agravó. De los 73 sitios relevados; 26 se abrieron entre 2015/19 y 17 entre 2021/21, como marca el informe”, añadió.
“La crisis económica del período previo a la pandemia ya había afectado fuertemente los ingresos de las familias de los barrios populares y había marcado un incremento en la necesidad de acceder a alimentos vía estos sitios”, concluyó.
Más detalles sobre el relevamiento
El estudio realizado por la Facultad de Humanidades de la UNLP arrojó datos un tanto estremecedores: la mitad de los sitios relevados, reciben 100 comensales o más. Es decir que en el 60% de los sitios, la cantidad de asistentes se incrementó en relación a los años previos. “Decimos sitios porque no solo revelamos comedores, sino también Copas de Leche y espacios de las organizaciones en las que se elaboran y brindan alimentos”, contó Candela.
Este último relevamiento fue realizado entre junio y octubre del 2022, en el que se determinó que efectivamente hubo un incremento de necesidades durante la pandemia, marcado también por la insuficiencia en la provisión de alimentos. Respecto a esto, la socióloga declaró: “Los sitios reciben alimentos de parte de diferentes instancias gubernamentales, pero a partir de la pandemia comenzó a ser insuficiente. Particularmente en productos esenciales como aceite, huevos, verduras crudas, carne de pollo, etc”.
En esa misma línea agregó: “La asignación más importante es la Nacional, le sigue la Provincial y en menor medida la Municipal. Si bien hubo políticas que buscaron estimular la provisión de alimento, el aumento de la demanda en los barrios populares, las superó”.
Cabe resaltar, que la mayoría de estos sitios son atendidos por mujeres que cumplen tareas en el marco del programa “Potenciar Trabajo”. En esta línea, Díaz explicó: “No sólo es importante la provisión de alimentos por parte de las políticas gubernamentales sino también el programa de sostenimiento de ingresos de aquellos que sostienen cotidianamente la gestión de los alimentos en los barrios”.
“En los sitios atienden grupos de personas conformados de 2 a 20 integrantes y no se encargan solo de la elaboración de comidas. Estás referentes son centrales en el desarrollo porque son las encargadas de gestionar el traslado de los alimentos, de generar vaquitas para comprar los alimentos que no llegan a ser suficientes para las comidas que brinda, de 3 a 5 veces por semana”, explicó
¿Y ahora?
“A partir de este relevamiento y sumándole los de 2018 y 2019, es necesario pensar y planificar una solución estructural a los distintos problemas. En primer lugar, lo que muestra el estudio es que estos sitios no podría ser pensados como unidades aisladas que reciben alimentos y ofrecen sino que más bien se trata de un circuito en el que las referentes son un actor clave para entramar y relacionar modos diversos de provisión de alimentos, de traslado, de almacenamiento, de la elaboración y distribución de las comidas”, advirtió.
Para concluir, Díaz manifestó: “Este relevamiento es parte de un proyecto más amplio en el que se busca pensar estrategias que puedan ser integrales para dar alguna alternativa, en lo que podría ser, por ejemplo, el acceso a verduras crudas. También esperamos poder construir la cuestión logística, que tiene que ver con reducir costos y tiempo en las entregas de los alimentos así como también el fortalecimiento de la remuneración del trabajo de las referentes que están a cargo de la gestión cotidiana de los sitios”.