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Historias de vida

Todos mirando a Lisandro Olmos: sean eternos los laureles (de Peñarol y de Unidos)

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¿Quién no ha oído o visto sus nombres? Peñarol Infantil… Unidos de Olmos… Nos motiva a narrar esta historia de naturaleza deportiva la razón de un resultado exitoso, que son los campeonatos recién logrados en las divisionales A y B de la Liga Amateur Platense de Fútbol por dos vecinos del Oeste, abrazados el uno con el otro por algo más que una alegría pasajera.
Peñarol existió antes que Unidos en fútbol y por mucho tiempo su cosecha de pequeños deportistas era absorbida por Unidos, en una relación que empieza a tener asidero en 1981 cuando Olmos se encontró con el primer ascenso y debía presentar una Cuarta con juveniles. Por entonces, Peñarol ya llevaba unos años de fútbol infantil en LIFIPA.

Vi en el diario que salieron campeones…” es una voz en el teléfono apenas se abrió el domingo, de un caballero de 86 años, un hombre que está en las raíces mismas de este fútbol como árbol de sabia generosa, que nace en la tierra de los pueblos. Esa voz de Antonio Burgués, santafesino de Villa Cañás, que llegó a los veinticuatro años al pueblo para seguir laburando en los campos olmenses, y que con por sus dos hijos se acercó al fútbol y dio vida (con otros) a la Asociación Deportiva Peñarol Infantil. Don Antonio fue el presidente de los primeros quince años. Pero no quiere hablar de sí mismo y se pone contento con la Primera que ganó el Apertura de la B, el equipo que dirige “Fabián Testa, que fue jugador mío, un chico extraordinario, humilde como no hay dos, ¡el Vampiro!”.

Además Burgués se desmarca del elogio y le pone el mote de “fundador” de Peñarol a Heriberto Juarez, “este sí que hizo…” Era albañil, agarraba su Siambreta y salía a buscar chicos puerta a puerta. Arregló la cancha, la alambró… Y después dirigió a Unidos de Olmos, donde también lo recuerdan hasta de canchero y de masajista al “viejo” Juárez. “Te agradezco por dejarme acordar de tanta gente y compartirlo para vos y para los que lean! Mirá lo que es la vida, Juarez falleció el mismo día que Héctor Galeazzi, el presidente de Peñarol que me siguió y estuvo otros quince años”.

Se mezcla el amarillo y negro con el rojo y el azul. En siete días, primero Peñarol, y ayer el Centro Vecinal Unidos de Olmos, dueño del Apertura 2025 de la A.

5 de julio de 2025, cancha de Brandsen. Unidos recibido a lo campeón

El camino del fútbol lleva casi cincuenta años. Ay, si viviera Leopoldo Magariño… Ahí hay otro pionero. El “Negro”, que si viviera hubiera cumplido 89 años, llenó su mirada de campitos donde corren chicos en busca de un horizonte. Tenía “corazón de niño” y visión de grandeza pese a una bohemia que lo llevaba a andar en moto y en bicicleta. Asimismo, llevó a Gimnasia y a Estudiantes, pibes que después triunfaron: Néstor Chirdo (Estudiantes y la Selección Juvenil) y Gabriel Pedrazzi (Gimnasia, la vuelta a Primera en el ’84). Estos salieron de Peñarol La Plata, que en los diarios de la década del ’60 aparece como imbatible: “En baby no hay como Peñarol”, “Peñarol ganó otro torneo”, “Peñarol a Montevideo”. De un viaje a Uruguay, alojados por el Club White Star, habían visitado al Estadio de Peñarol y recibieron un regalo: el juego de camisetas aurinegro. En honor a este gesto, volvió Leopoldo a la ciudad y bautizó como Peñarol La Plata a sus equipos.

Leopoldo Magariños en el año 2000

Pero además Magariños iba a ser el primer DT que se acercó a Lisandro Olmos y pidió jugadores. Cuentan que después de ver jugar a un equipo de la Parroquia San Benito (de la calle 200 entre 43 y 44) se apersonó al pueblo y en una zapatería se dio la mano con Burgués. “Magariños me preguntó si quería llevar a mi hijo, y además, le dije que iba a llevarle a otros dos para Peñarol La Plata. Ellos fueron Gustavo Burgués (uno de mis hijos), Silvio Michelini y mi sobrino Pablo Marenzi, que se insertaron en Peñarol. Jugaban en Deportivo La Plata, al lado del Policlínico, y se entrenaba en el campo de deportes del Colegio Nacional“. Dicho de otra forma, aquel Peñarol se integraba de mayoría de pibes del casco platense y un puñado de olmenses. En 1977, justo con el inicio de la primera Liga Infantil, Peñarol empieza a crear su sueño de jugar en Olmos y así consiguen un espacio al lado de la capilla.

Pablo Marenzi, uno de los primeros chicoos de Olmos

Ese campito fue el inicio de un club y la auténtica revolución que dará vida al deporte más popular en esta localidad. Quedó en actas una fecha histórica: “A los tres días del mes de octubre de 1978 se reúnen varios padres de chicos que integran el equipo de fútbol infantil de Peñarol, a fin de formar una subcomisión”.
Pero la parroquia fue solo una temporada, a pesar de la buena voluntad de un cura que querían todos, pero “el batifondo de los chicos en la misa no era lo ideal…”
A Peñarol le cabe el orgullo de ser uno de los quince que inaugan LIFIPA: Saladero, Panadería Princesa El Aguila, DAGA Publicidad, 25 de Mayo (de Los Hornos), Villa Progreso, Club YPF de Ensenada, Atlético San Sebastián, Casa Guillermo, Sports San (luego Protto y Pomerich), Astillero Río Santiago, El Rayo 521, CODIQUEA, Deportivo León, Centro Fomento Los Hornos y Asociación Peñarol Infantil Olmos.
Ser locales en el pueblo era la idea, y tener un lugar propio llevó tiempo, creatividad. Se corrieron hacia otro espacio verde en la calle 45 y 197, gracias a la voluntad de la familia Simoncini que cedió un terreno. De allí, el próximo salto fue el predio en un terreno fiscal, donde está la actual cancha en calle 42 entre 201 y 202. Para mejorar las condiciones edilicias llegaron a rifar automóviles. Las fiestas de fin de año eran un aluvión de familias.
De esa generación salieron a prueba y firmaron para el Pincha los hermanos Gustavo Salinas y Marcelo Salinas, “Tato” Egea, Darío Silenzi (éste llegó a debutar en Primera de AFA).

La 75 de Peñarol en LIFIPA; agachado (el del medio) Fabián Testa

Eran otras formas de transitar los espacios de la ciudad y el fútbol infantil pasaba po una etapa “de oro”. Sin las presiones actuales, se quedaban a mirar al hijo propio y al de otras amistades que se tejían detrás del alambre o en cada viaje. “Coco” Galeazzi, Roberto Cascallares, Magariños y Juarez.

“Una linda historia que me enorgullece… Hay chicos que me dan bolilla todavía… ¡Antoniooo!”. Grito en la calle que para Burgués es una bendición a esta altura de la vida. Un libro editado por el Club con la colaboración de Guillermo Avila, cuenta con todos los nombres y anécdotas que son el mismo amor de los protagonistas. Egea nació en el ’72 y a sus cinco años tuvo que jugar para la ’69, y como no sabía aún escribir, un técnico tomó una de sus manitos y contorneó las letras en la ficha. “Fue la primera vez que escribí mi nombre en mi vida y fue por Peñarol”.

Peñarol desfila en el estadio del Lobo. Años de LISFI

El último sábado de junio de 2025
Peñarol se adjudicó el torneo Apertura de la Liga Amateur Platense de Fútbol y ya tiene un lugar en una final por el ascenso a fin de año. Los once “Mirasoles” que defienden la camiseta en el presente: Javier Bestazzi, Federico Luque, Jonathan Lescano, Ezequiel Rodríguez, Aldo Alfonso, Federico Escobar, Franco Cipolla, Diego Putallaz, Luka Santillán, Damián Zemaitis y Franco Vecchio. Ingresaron: J. Lescano, G. Melillo, G. Travella, E. Quiroz y F. Carballo. El entrenador es Fabián Testa.
¿Y quién es Testa…?
Un chico que jugaba lindo y de Peñarol llegó a la Selección de LIFIPA, más tarde siguió en Unidos y logró ser el más chico de un plantel fogueado que campeonó en 1994. Fue el trampolín para una carrera profesional en Entre Ríos y en San Miguel. “En mi adolescencia yo vivía adentro del club Unidos donde mi cuñado tenía el buffet”, cuenta el actual DT de Peñarol, donde tuvo a su vez la parte inicial de su vínculo. Hoy su plan de trabajo lo lleva a pensar en lo social donde apuesta a “recuperar la esencia que había en mis tiempos”. Su fraseo en Radio La Plata con la voz ronca (por el triunfo reciente) lleva el sentido de la pertenencia. De hecho, deslizó que por estar aquí desechó ofertas de un club grande.
“Aprovecho a hablar con los padres y les digo que ellos se tienen que acercar a ver, hablar, preguntar, más que nada a los dirigentes. Que deben saber qué es lo que quieren para los chicos. Hoy en Peñarol tenemos un gran movimiento social, de hecho, hay tres listas para las elecciones y las tres quieren lo mismo, el bien de los chicos. Sea quien sea que esté, lo importante es que estén todos, porque incluso en un cuerpo técnico no todos piensan de la misma manera y eso nos ayuda a crecer”.

El recordado Eduardo Martínez, de Peñarol

Peñarol sirve merienda a los chicos y para Testa es revivir lo que él mismo tuvo de purrete cuando “Eduardo Martínez, técnico de la 75, tenía una canchita en la casa (41 y 169) donde era ir después de la salida del colegio y ahí jugábamos y hasta nos hacía de comer. Falleció joven”, se lamentó Testa.

El primer sábado de julio de 2025
Unidos de Olmos ganó de visitante y en una ráfaga triunfal se acreditó este Torneo Apertura 2025 que acaba de finalizar en la A de la Liga Amateur. El once salió con esta muchachada Mateo Leiva, Fabricio Albert, Lautaro Pelozo, Agustín Celentano, Lucas Villar, Iván Salas, Isaac Merlo, Genaro Luque, Ramiro Torres, Hernán Paz y Francisco Riveros González. DT Leandro Sarco. En el segundo tiempo ingresaron Aramallo, B. Benítez, R. Rolón, T. Pavón, A. Ocampo.

Unidos pidió su afiliación en 1975, año en que sale a competir con dos equipos, Primera y Reserva. Duró cinco años en la Divisional B, hasta que en 1980 logró el título y se presenta en la máxima amateur. Con la base y la experiencia en la nueva divisional logró en 1984 el Campeonato Oficial en una definición que tuvo durante tres sábados la cancha del Parque San Martín (se hizo un Cuadrangular para que Unidos, Pettirossi, Los Tolosanos y El Cruce desempataran el primer puesto).
Y repitió la vuelta olímpica en 1985, mientras a la vez jugaba el Regional de AFA. Tanto en la B como en la A tuvo a un símbolo, capitán y goleador, Miguel Angel Melendez.

Unidos de Olmos, la fachada de su sede sobre la 44

Curiosamente, en 1985 fundaba su gran biblioteca dirigida por el periodista y escritor Hugo Marsico.
En 1993 se armó un plantel con jugadores de distintos clubes, al mando de Sañisky, un “Ruso” que llegó de Tolosa para darle a Unidos la tercera copa liguista.
En 1998 no fue buena la campaña y descendió, pero como un guiño del destino, ese mismo año se presentaba en el club un pibe con destino de grandeza: Lucas Lobos, simplemente “Army”. Este había sido un niño de Peñarol, donde con su gambetita jugó siete años (cuatro en LIFIPA y tres en LISFI, donde la ’81 salió campeona).
Como le pasaba a tantos chicos, al concluir la cancha chica se quedaban tres años en veremos, porque la Liga no tenía juveniles de 14, 15 y 16 años, ya que la Cuarta era la divisional menor (Sub 18). Pero el cambio de política liguista puso a jugar a los pibes en una Octava y Sexta, torneos experimentales.

Unidos en el 2000. Con Lucas Lobos (de los parados, es el último jugador)

Los vaivenes de Unidos iban a ser notorios en la convergencia del nuevo siglo. En 1999 fue subcampeón de la B, con Carlos Guadarrama, y desde el 2000 al 2003 se mantuvo en la A, pero al cuarto año volvió a perder la categoría en una promoción ante Centro Fomento Los Hornos. Tras la misma, se desafiliará.
En 2015 retomó su senda. Con treinta años asumió Luis Pérez la Presidencia, quien en una década cambió la cara de la institución. Lo edilicio y lo deportivo marchan de la mano. La historia del club es demasiado grande, como dice una bandera. En 193 abrigó las esperanzas de los vecinos, que aquí se unían y encontraban respuestas a las necesidades. En 1956 tuvo funcionando en la sede a la Escuela Primaria 119 (hasta que se trasladó a 198 entre 46 y 47) y siempre realizó enormes bailes, entre otras disciplinas.
La pelotita número 5, como encantadora de almas, llevó a fichar a los chicos de todos los barrios cercanos, incluido Etcheverry, El Retiro y Los Hornos.
Con el “Colo” Pérez, en el 2017, ascienden como subcampeones. Fue uno de esos días que el pueblo estuvo atento al partido con Peñarol. “Empataron 0 a 0 y ascendió Unidos”, rememora Eduardo Morales, una biblia viviente de los 112 años de vida de la Liga.
En Primera contó tres estrellas más: Apertura 2019 (en el Estadio Unico) y las últimas dos consecutivoas: Clausura 2024 y Apertura 2025, sumando seis en total.

La historia, guardiana del tiempo, dice que Unidos era posible con chicos de Peñarol, y que Peñarol era el único cuando el fútbol infantil no existía en el pueblo. Que hoy los dos tienen predios modelos y que todo fue posible con el granito de arena de tanta gente.
Bien lo dice con su sabiduría don Antonio Burgués: “No era yo… no no no… mucha gente fabulosa que ponía el hombro, colaboraba todo el pueblo”.
Lo mismo piensa “El Ruso” Santilli, hincha del Azulgrana.
Otro que no afloja es Marcelo Rubare, de la gente que empezó en los años dos mil con su hijo en Peñarol, y hoy es candidato a Presidente.
En una charla amistosa con Pablo Pace, de esa raza de deportistas de la zona, ex jugador de Unidos, uno entiende que lo vivido de chico no se borra más. Si Pablo hoy tiene conducta y tiene orgullo por los colores es porque conoció a gente como el viejo Juárez, y por eso lloró en silencio cuando se enteró de su partida.
Antes que Unidos y que Peñarol, había una vez un equipo que jugaba como Taller Roma en los torneos veraniegos de la Asociación Cooperadora de la Escuela 66… Ahí estaría el gen que dio vida a este Lisandro Olmos orgulloso de un presente de dos campeonatos en siete días.
De los años en que la Capilla San Benito fue la primera revelación de dos arcos y un cura que salía a aconsejar. Y después se fueron al terreno de un vecino en calle 45, donde había un criadero de gallinas. Al fondo, donde habían ambientado para las gallinas ponedoras, se hizo un vestuario. Eso era sencillez.
Otros recuerdan cuando a ese equipo de barrio le donaron las camisetas de San Lorenzo, pero no tenían números y fueron al taller de Luis Simoncini, que se los dibujó con la pintura que tenía tiner… “Al poco tiempo los números se pusieron duros y se comió la camiseta”. Burgués se despertó este domingo y el motivo del llamado, estaba más allá del resultado… Aunque había dos equipos que eran campeones. Primero Peñarol y después Unidos.
Leyendas que hicieron posible las gentes de los imprescindibles clubes de barrio.

Marcelo Salinas (entrenador de arqueros Pincha) y Antonio Burgués

Antes de seguir con este “tiempo loco” del fútbol olmense, recordemos quién fue Lisandro Olmos que le dio nombre al pueblo. Fue un coronel nacido en Catamarca (1840) y fallecido en Buenos Aires (1916). Sus vínculos con Dardo Rocha, primer político que gobernó a la Ciudad de La Plata, lo llevaron a comprar lotes en la zona. Cuando el Poder Ejecutivo de la Provincia resolvió designar con nombres a las estaciones de la línea del Ferrocarril al Meridiano V (desde el Km. 7 en La Plata hasta el Km. 209 en Saladillo), a la parada intermedia del Km. 20 se la denominó Lisandro Olmos.
Antes del tren, en los alrededores ya se contaban los pobladores que trabajaban la tierra con sus chacras y quintas. Pero el nombre de la localidad, como la fecha de fundación, se debe al transporte cuando el 18 de septiembre de 1911 se denominó así a la parada en un paraje donde todo estaba naciendo. Más tarde, se instaló la Unidad Carcelaria, inaugurada el 18 de noviembre de 1939 con un acto donde se hizo presente l gobernador bonaerense Manuel Fresco.  

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