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Revolución de Mayo sin maquillaje: Fabián Harari y la historia que incomoda

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¿Fue la Revolución de Mayo una gesta patriótica desinteresada o el resultado de una disputa de clases que buscaba consolidar un nuevo orden económico? En esta columna del programa Código BAIRES, de Radio la Plata 90.9 FM, analizamos La Contra. Los enemigos de la Revolución de Mayo, ayer y hoy, del doctor en Historia Fabián Harari, obra que subraya que el proceso iniciado en 1810 debe entenderse como una revolución burguesa, protagonizada por hacendados y comerciantes que buscaban desarticular el régimen colonial – o siendo más precisos, feudal – para establecer relaciones sociales que favorecieran la expansión del capitalismo.

Desde esta perspectiva, que va a contramano tanto de la historiografía liberal como de aquella que actualmente hegemoniza la academia, los líderes revolucionarios no actuaron guiados por ideales abstractos, sino por intereses de clase bien definidos. Harari plantea que el conflicto central no fue simplemente político, sino social y económico: una nueva clase dominante –la burguesía ganadera exportadora del Río de la Plata– enfrentó a la nobleza castellana, que hasta entonces había controlado el aparato imperial y vivía de la renta feudal y del trabajo forzado.

Es que la Revolución de Mayo, señala Harari, fue una revolución porque implicó una transformación estructural de las relaciones de producción y del poder político. Asimismo, como lo analiza en Hacendados en Armas, la irrupción de milicias criollas como el Cuerpo de Patricios, compuesto por propietarios rurales, evidenció un cambio de fuerzas: sectores locales armados y organizados comenzaron a disputar la autoridad virreinal tras las invasiones inglesas de 1806, que marcaron el inicio de la crisis del poder colonial.

Así, como se informó anteriormente, el análisis de Harari contrasta con las lecturas tradicionales de la historiografía liberal, que tienden a explicar el proceso revolucionario como una consecuencia externa de la crisis monárquica española; dado que según el autor, el verdadero motor del cambio fueron las contradicciones internas, la lucha por la propiedad de la tierra y los medios de producción, y el interés por asegurar un nuevo Estado que garantizara las condiciones para el desarrollo capitalista.

Así las cosas, lejos de limitarse a la pluma y el debate ideológico, los revolucionarios recurrieron a la violencia para imponer su proyecto: expediciones militares, enfrentamientos con regiones leales a la corona y la exclusión de asalariados y sectores populares del nuevo régimen político.

En este sentido, Harari subraya que la revolución no implicó una ampliación democrática, sino la consolidación de un orden basado en la propiedad privada. El sufragio se restringió a propietarios y personas con oficios lucrativos, mientras el nuevo Estado reorganizó la economía en torno a la exportación ganadera, abandonando el modelo fiscal colonial.

Referentes como Manuel Belgrano y Juan José Castelli, sostiene el autor, elaboraron propuestas económicas acordes al programa burgués: concentración de la propiedad, expansión territorial, rechazo al trabajo esclavo y fomento de una economía agraria capitalista. Por esto, en escritos como los publicados en el Correo de Comercio, se delineaba un proyecto que privilegiaba las relaciones asalariadas y la infraestructura comercial, sin apostar por una industrialización profunda.

Para Harari, repensar la Revolución de Mayo desde una perspectiva de clase no es solo un ejercicio historiográfico. Es también una forma de interrogar los relatos fundacionales que persisten en la cultura política argentina y los intereses sociales que estos discursos legitiman.

El Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS), como miembro de la red CLACSO, es una institución sin fines de lucro, dedicada a la producción científica y a la divulgación popular de sus resultados; fue fundado en el año 2000 por un conjunto de profesores y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires.

En su seno se desarrollan diferentes grupos de investigación, siendo la Revolución de Mayo uno de ellos y en el que Harari es coordinador . Por esto, además de los libros mencionados, hay otras obras que merecen ser recomendadas, a saber: Dios, Rey y Monopolio, de Mariano Schlez; El Origen y ¿Qué fue la Revolución de Mayo?, estos dos últimos de Juan Flores.

Fabián Harari es doctor en Historia, docente de la Universidad de Buenos Aires y Profesor Adjunto en la Universidad Nacional de San Luis. Militante e investigador del CEICS, fue director del periódico El Aromo. Se ha especializado en historia argentina del siglo XIX. También se ha dedicado a analizar la política contemporánea, como director del Laboratorio de Análisis Político.

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