Desde hace algunas semanas, en las esquinas de 7 y 49 de La Plata suena la musica de un artista callejero que todas las tardes se instala su saxofón en una esquina de la ciudad que normalmente está dominada por el ruido del intenso tránsito.
Con esta nota un portal local de noticias termina con el anonimato Adrían Martínez, el saxofonista que deleita a quienes pasan por el lugar y paran la oreja para sorprenderse con sus melodías.
Martínez es de Berisso, tiene 44 años, y entre otras cosas es guía turístico. Pero parte de sus ingresos los obtiene con los conciertos a cielo abierto en la esquina del Pasaje Dardo Rocha, donde su público va y viene, a veces regalándole una sonrisa o dejandole billetes en su estuche.
Su repertorio es amplio y variado como sus oyentes. Incluye canciones de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, como Fusilado por la Cruz Roja, la Bestia Pop, Ya nadie va a escuchar tu remera, entre otros. A veces el paso apurado del semáforo se ve interrumpido por la necesidad de bailar al ritmo de Como te voy a olvidar de Los Ángeles Azules o la ternura de canciones de Maria Elena Walsh, como el Mono Liso y la Reina Batata.
Adrián Martínez el saxofonista de La Plata, en la esquina de 7 y 49
Sobre su relación con los vecinos y su cotidianidad, Adrían cuenta: “Uno no solo lo hace por dinero, a veces viene una sonrisa, un sanguche, un caramelo o un gesto de buena onda. Hasta ahora ningun vecino se quejó, a lo sumo algún comerciante que me pide que baje un poquito, sin problema me voy a otra esquina. Armonía completa con todo el mundo”.
Su acercamiento por la música empezó en el 90, con su padre internado y una madra trabajando, asistía a la Escuela de Arte de Berisso. “Ahí tenía estética, música, plástica, danza, dibujo, expresión corporal y tuve una buena formación. Después me dediqué exclusivamente al saxofón” cuenta Adrián.
“Estudio música desde el Mundial Italia 90” “Estudio música desde el Mundial Italia 90”
El saxofón fué lo que lo llevó a recorrer toda la provincia, casi todo el país y gran parte de Sudamérica. “Mucha gente, frio, calor, sol, lluvia, de todo. Que eso es escuela también, las vivencias, el ver que hay mas allá del horizonte. La utopía de seguir caminando y ver lo que uno se encuentra, lo que uno comparte” reflexiona sobre su recorrido.
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Pero Adrián no solo se dedica a musicalizar una de las esquinas más transitadas de la ciudad, sino que también colecciona saxofones y los restaura, sobre eso comentó: “Con otra gente vamos manteniendo otros tantos patrimonios, a veces colaboramos con el Museo de Instrumentos Musicales de La Plata.”
Los viajes de Adríán siempre fueron de a dos, junto a su Buescher True tone de 1928 tenor, su saxofón favorito. Fue de casualidad en la escuela de música de Sinaloa, en México, que lo encontró. Estaba casi obsoleto, abollado y destartalado.
“Me apiadé, le di vida, lo soldé, le saqué todos los bollos y los golpes con un palillo de bateria, lo limpié y salió andando, es como Frankenstein. Es mi compañero de trabajo, herramienta y confidente”, cuenta, acostumbrado a su tarea como restaurador.
Si bien Adrián y su saxo no tienen un nuevo destino a donde ir, quienes no lo conozcan, lo pueden encontrar en la esquina de 7 y 49 musicalizando la agitada vida de la ciudad.
