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Mató a su abuela en City Bell durante Navidad y recibió la pena máxima en La Plata

El hecho ocurrió en 2017. La fiscal hizo dos ampliaciones de la acusación en el fuero Penal de La Plata. Un caso que conmocionó a City Bell.

Una condena de prisión perpetua recayó sobre Matías Ezequiel Bustos, quien fue juzgado en La Plata por el crimen de su abuela Valentina Peralta en la vivienda que compartían en City Bell. La fiscal de juicio Victoria Huergo había solicitado la pena máxima del Código Penal.
En la tarde del 25 de diciembre de 2017 un llamado al 911 alteró la calma habitual en la bucólica localidad ubicada al norte de la capital bonaerense. Una voz masculina alertaba sobre una pelea y gritos en una casa de 139 entre 477 y 478. La escena que describieron los policías que declararon en el debate reflejaba mucha violencia.
Bustos, alias “Pitu”, llegó a juicio oral acusado de homicidio agravado por el vínculo y alevosía. Pero durante el debate, luego de escuchar a varios testigos, la fiscal Huergo amplió la acusación a homicidio agravado por el vínculo, con alevosía, ensañamiento y por violencia de género. Y así salió la sentencia.
Por su parte, el defensor oficial Manuel Bouchoux no discutió la autoría material del crimen, pero sostiene que su asistido no comprendió la criminalidad de su conducta (apela a la inimputablidad), que eventualmente se podría tratar de un caso de imputabilidad atenuada, ya que ejecutó el crimen en un estado de “intoxicación” por drogas.
Victoria Huergo, fiscal de juicio de La Plata.
También señaló que la confesión del hecho fue realizada delante de policías sin la asistencia de un defensor y planteó la nulidad del acta de procedimiento, pero su planteo fue rechazado. Los jueces entendieron que se trató de una manifestación espontánea del acusado, sin haber sido coaccionado.
Durante la primera audiencia declararon los policías que llegaron a la escena del crimen y el médico que realizó la autopsia al cuerpo de la víctima. Los relatos del personal uniformado no dejaron de generar espanto y asombro. El informe del médico dio cuenta de un ataque con “violencia” y “mucha fuerza”. El acusado estuvo la mayor parte de la audiencia con la mirada baja
Los seis policías que declararon lo hicieron en el mismo sentido. Todos confirmaron que Bustos confesó el crimen y que lo repetía todo el tiempo, de manera espontánea. “Él nos refería que estaba su abuela sin vida, él llamó al 911, estaba muy tranquilo, con ropa limpia, con el pelo húmedo como recién bañado”, describió uno de los uniformados.
El acusado confesó el crimen de su abuela, la mayor parte del juicio estuvo con la mirada baja.
Pitu Bustos vivía con su abuela. Efectivamente, según surge del expediente, nació un 25 de diciembre, el día de su cumpleaños, según su confesión, mató a su abuela. Con las esposas colocadas pedía al personal policial que lo sacara del lugar, tenía miedo que los vecinos apostados en la puerta de la casa lo “lincharan”.
“No la aguantaba más”, “estoy cansado”, “la maté a golpes”, “le di piñas”, “así festejé mi cumpleaños”, fueron otras de las frases que según los testigos policiales decía el procesado.
En este marco, una de las mujeres policías que estuvo en el procedimiento recordó que el joven dijo: “Todo el tiempo escucho voces que me decían que la tengo que matar”. Esto no pasó por alto para la defensa, que tomó nota de esta información que fue utilizada para sostener su teoría del caso en los alegatos.
El defensor oficial Manuel Bouchoux apeló a la inimputabilidad del acusado en base a su condición de adicto.
Otro policía señaló: “Yo lo vi como que no sabía lo que había hecho”. Esto también llevó línea argumental para la defensa. Los estudiantes de Ciencias Jurídicas que presenciaron el debate no salían de su asombro.
Mauricio Ferrández fue el médico que realizó la pericia sobre el cadáver. Señaló que la causa de la muerte fue un “traumatismo de cráneo y un shock hipovolémico (gran pérdida de sangre)” por la rotura del hígado.
La víctima “tenía muchas lesiones en su rostro y cráneo, una costilla fracturada que perforó el hígado, hematomas en los dos ojos, fractura de mandíbula, nariz y varios huesos del rostro” describió el profesional.
Para el médico forense se trató de un ataque con extrema “violencia” ejecutado con un “puño con mucha fuerza”. A preguntas de los jueces aseveró que la lesión más dolorosa “sin duda fue la fractura de mandíbula” y aclaró: “Todas las quebraduras de huesos son dolorosas, pero en este caso la que más dolió es la de la mandíbula” y dio las explicaciones científicas de esa afirmación.
El juicio oral estuvo a cargo del Tribunal Oral Criminal (TOC) II de La Plata integrado en esta oportunidad por Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Juan Carlos Bruni.

Fuente: 0221

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