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Perpetua para dos motochorros de La Plata por el crimen de un jubilado de Barrio Hipódromo

El tribunal avaló el planteo de una fiscal de juicio de La Plata quien requirió la máxima pena para los acusados por el crimen en Barrio Hipódromo. Crimen de un jubilado en La Plata: piden prisión perpetua para dos presuntos motochorros asesinos

Una pena de prisión perpetua recayó sobre los dos motochorros acusados por el crimen de un jubilado en Barrio Hipódromo de La Plata y otros dos atracos a mano armada, entre ellos, a una mujer policía, hechos ocurridos entre fines de 2019 y principio de 2020.
El homicidio ocurrió en la mañana del 1 de enero de 2020. Minutos antes los ahora condenados en primera instancia asaltaron a una mujer policía a pocas cuadras de la escena del crimen y la noche anterior atacaron a una familia cuando llegaba con bebidas y comida a festejar Año Nuevo.
Durante el desarrollo del debate, la fiscal Victoria Huergo agravó la acusación. Por tres robos a mano armada -uno con resultado fatal- fueron juzgados y encontrados culpables Héctor Villamayor (tirador) y el conductor de la moto Walter Lazarte. Ambos fueron detenidos a pocos días de los sucesos. Uno en Villa Alba, otro en El Mercadito. Vivían en la localidad de Villa Catella, partido de Ensenada, pero tras el crimen abandonaron súbitamente sus domicilios.
El primero de los robos ocurrió en la noche del 31 de diciembre de 2019 en 37 entre 115 y 116, donde los jueces dieron por acreditado que los acusados interceptaron a una familia, los despojaron varios elementos, gatillaron el arma y de milagro no mataron a uno de ellos. En el segundo episodio ambos encañonaron, golpearon e hirieron a una mujer policía que esperaba el micro en la parada de calle 117 y diagonal 74. La despojaron de una mochila en la que llevaba su billetera, el uniforme policial y el arma reglamentaria con la que momentos después asesinaron a Jorge Marcelo Pecchiari (77) en su vivienda de calle 37 entre 120 y 121.
Jorge Pecchiari era uno de los vecinos más apreciados de Barrio Hipódromo y lo asesinaron a sangre fría. Los presuntos homicidas fueron detenidos, pero en la zona aún es grande el dolor por la pérdida. Es que junto a Cuki, su esposa, transitaron más de medio siglo en esa misma vivienda. Según contó su hija Inés, residían en ese domicilio desde hace 60 años y su padre era muy querido.
Jorge se dedicaba a la reparación de aire acondicionado de automóviles. Pese a que cursaba algunas dificultades para moverse, se encontraba completamente activo, cumpliendo con sus tareas cotidianas. “Era solidario con todo el barrio, no tenían enemistad con nadie”, destacaron vecinos.
Los asesinos quedaron registrados en cámaras de seguridad de vecinos de La Plata.
Horas después del inicio del nuevo año, sonó el timbre de su casa y Jorge abrió: eran dos jóvenes que conocía y los hizo pasar. “Salió a abrir, se ve que los conocía. Fueron a buscar unos cartones que él les dejaba. Para no sacarlos a la calle, se los dio a esta gente. Los hizo pasar, estuvieron en el hall, pero parecía que sus intenciones eran otras, de robar”, aseguró la hija de la víctima.
Luego se produjo un forcejeo y el hombre quedó tirado en el suelo. “Les decía que no les hiciera nada. No hubo un intercambio de palabras, no es que le dijeron ‘dame la plata’. Cuando se iban le arrebataron una cadenita a mi mamá”, agregó la mujer. Y en cuanto al momento más dramático, sostuvo: “El otro, el asesino, se dio vuelta y le dio un tiro en el pecho. A mi mamá le apuntó a la cabeza, no sé si no tenía más balas o qué”.
Según se determinó en la investigación penal preparatoria, el derrotero criminal que se juzga, comenzó en la noche del 31 de diciembre de 2019. A las 21.40 de esa jornada, dos motochorros interceptaron a una familia que llegaba a una vivienda de calle 37 entre 115 y 116 para recibir el año nuevo.
En ese marco uno de los asaltantes se bajó de la moto, despojó a dos mujeres de sus carteras en las que había documentos de identidad, llaves de autos, tarjetas de crédito y débito junto a un celular iPhone 8 plus, auriculares del teléfono y un par de lentes alta gama. También los despojaron de una bolsa en la que llevaban “un tupper grande con ensalada de frutas y una sidra 1888”, detalló una de las víctimas y recordó que “no” recuperaron nada de los robado.
La viuda, Maria Amieva, dejó un testimonio desgarrador al contar cómo mataron al compañero de toda su vida.
Padre e hija, víctimas del robo, declararon el martes en el debate oral. Ambos confirmaron que el acompañante de la moto estaba armado y que gatilló tres veces a la cabeza del hombre. Solo salió una bala que, por fortuna, no generó lesiones ni pérdidas irreparables.
Luego de escuchar a estas dos víctimas la fiscal de juicio Victoria Huergo solicitó el agravamiento de la acusación por este caso: ahora deberán defenderse de “robo agravado por el uso de arma apta para el disparo”.
La joven detectó de inmediato que iban a ser blancos de un asalto. “Cuando los veo venir (a los motochorros) dije ‘fuimos’, tiré la cartera y me escondí detrás de un auto, tenía pánico, desde ahí vi como el acompañante le gatilló el arma tres veces a mi papá, salió el tercer disparo y escaparon”, declaró.
La víctima recordó que reconoció en rueda de personas a los dos acusados quienes “vinieron con toda la intención de disparar”. Tras el hecho hicieron la denuncia al 911, a los pocos minutos llegó un patrullero y mientras personal policial se entrevistaba con las víctimas “los veo pasar de nuevo con total impunidad”, recordó la testigo.
Jorge Pecchiari en una de sus últimas fotos familiares.
Tampocó dudó en describir que se movilizaban en una moto de baja cilindrada, roja y negra, que le faltaban algunas partes, sin luces “y con una bolsa verde en la parte del asiento”. Sobre el cierre de su relato señaló: “La única vez que tomé Rivotril en mi vida fue después de esto, me costó muchísimo superarlo, todavía tengo miedo”.
Al día siguiente de su robo, padre e hija, vieron por televisión el video de los motochorros en plena fuga de la casa de Pecchiari y los reconocieron como quienes los habían asaltado. No les vieron los rostros, pero era la misma moto, según recordaron.
La oficial Brenda Martín fue una de las policías que llegó a la casa del jubilado asesinado. En ese momento era personal del Comando de Patrullas La Plata. Por radio le informaron de “persona con disparo de arma de fuego producto de un robo”.
El llamado al 911 fue realizado por vecinos de las víctimas, quienes también declararon en la audiencia. La mujer del jubilado baleado, herida de bala en un pie, llegó como pudo hasta una casa lindera, tocó un largo timbre y le dijo al matrimonio: “Nos quisieron robar”.
Victoria Huergo, fiscal de juicio de La Plata.
En el expediente figura que el autor del disparo (Villamayor) arrancó del cuello de la víctima una cadena de oro. Los acusados llegaron a juicio procesados por tres hechos de “robos agravados por el uso de arma de fuego y homicidio criminis causa”, delito que tiene como única pena posible la prisión perpetua.
El homicidio ocurrió cuando ya regía la última modificación al Código Penal en el que se establece que en los casos de homicidios calificados los condenados no tienen posibilidad de recuperar la libertad nunca más. De ser condenados por ese delito pasarán el resto de sus días en prisión, salvo que cambie el actual marco legal. Salvo que esa modificación sea declarada inconstitucional por la Corte Suprema federal.
La sentencia unánime fue dictada por el Tribunal Oral Criminal V de La Plata con la presidencia de la jueza Carmen Palacios Arias junto a sus pares Ezequiel Medrano (autor del veredicto y sentencia) y Eduardo Silva Pelosi.

Fuente: 0221

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