En la puerta del Colegio María Reina, de Berisso, una mamá golpeó a otra -embarazada de seis meses- y, según denuncian los padres de los alumnos, todo ocurrió ante la mirada de los directivos de la escuela, que cerraron las puertas dejando adentro a la presunta agresora y afuera a la agredida.
El episodio ocurrió este jueves durante el ingreso de los alumnos del turno mañana al colegio ubicado en 44 entre 126 y 127 y es producto de un conflicto que se sostiene desde el año pasado, por el cual las familias han reclamado soluciones a la dirección, “sin tener una respuesta favorable”. Según informó a un portal local de noticias una mamá que presenció la agresión –y prefiere mantener su nombre en reserva–, la agresora es madre de un alumno de primer grado y de otro que está en cuarto y ambos chicos agreden a sus compañeros.
La agresión de este jueves se suscitó luego de que la mujer embarazada, que tiene un hijo en primer grado, reclamara una respuesta de la escuela ya que el niño, además de sufrir agresiones verbales y físicas, habría sido tocado en sus partes íntimas por su compañero, lo cual motivó que el chico no quiera ir más a la escuela. Tras hacer la denuncia policial y plantear el tema con insistencia en la dirección, que no le dio una respuesta, la madre gestante fue increpada este jueves por la del chico al que acusa, que la insultó y la tomó del brazo, queriendo hacerla ingresar a la escuela, ante la mirada de los directivos.
“Ninguna autoridad se involucró para separarlas”, contó la mamá que vio el hecho. Por eso tuvieron que intervenir los padres, generándose un gran tumulto en el que la embarazada recibió un codazo en la panza y salió corriendo hacia la garita policial de la esquina, mientras que, en el colegio, los directivos cerraron las puertas con la agresora adentro. Tras el hecho, la mujer agredida hizo la denuncia.
La escuela, en tanto, emitió un comunicado que decía: “Ante los sucesos del día de la fecha queremos darles la tranquilidad de que sus hijos están a resguardo en la institución, como siempre”. Luego afirma que el colegio les brinda herramientas académicas y también “valores éticos que les permitan ser constructores de un mundo mejor”. Por último, menciona al evangelio y su “invitación” a “construir una comunidad de vínculos sanos y auténticamente humanos”.
“La escuela debería dar una explicación formal a los padres”, reclama en cambio la mamá que fue testigo y agrega, angustiada: “No por medio de una nota en la que hablan de Dios, cuando están sucediendo hechos muy graves”.
“COSAS DE CHICOS”
Los problemas de conducta denunciados por la mamá que fue agredida no son aislados en el colegio María Reina, según afirma la mujer que fue testigo, cuyo hijo también fue víctima de maltrato. En su caso, tuvo que presentar una nota ante la Inspección de Escuelas para que se lo resguardara, porque estaba sufriendo bullying por parte del hijo mayor de la agresora. Llegó a esa instancia superior luego de plantear el tema cinco veces en la escuela, que según denuncia, “minimizaran” la situación.
“Ellos te dicen que son ‘cosas de chicos’”, afirma respecto de las autoridades. Su reclamo ante la Inspección derivó en que se estableciera “un dispositivo para resguardar la integridad física” de su hijo, consistente en que los miembros del equipo interdisciplinario del colegio monitorearan los recreos y las aulas para que no se den más situaciones de violencia.
Ante la consulta de un portal local de noticias, la secretaria del colegio Reina María informó que la institución se expresará a través de los abogados de la Junta Regional de Educación Católica, pero desconocía en qué plazo. Por su parte, desde la Dirección General de Escuelas informaron que “están solicitando información sobre el tema” porque, a pesar de haber transcurrido todo un día desde el hecho, aún desconocían los pormenores de la situación.
Según dejaron entrever las autoridades del colegio a los padres de la comunidad educativa, los dos hermanos que agreden a sus hijos tienen “problemas psicológicos” y se encuentran en tratamiento. Además afirman que no pueden tomar medidas disciplinarias como una expulsión. Tras aclarar que ellos están a favor de la inclusión de alumnos con problemáticas, la mamá también pide que se haga un trabajo serio con los mismos, que se informe qué se está haciendo, que se asuman las limitaciones del colegio –en caso de no lograr resultados favorables– y que no se desproteja a los demás alumnos.
Porque, además, los padres aseguran que también hay problemas con otros chicos que agreden a sus compañeros y se dan en todos los niveles, desde primer a sexto grado, y también en la secundaria. La inacción ante la violencia por parte de las autoridades, denunciada por esta mamá, está derivando en que muchos padres, actualmente, busquen otros colegios para cambiar a sus hijos, pero esa solución tampoco los satisface: “¿Por qué se tienen que ir nuestros hijos, que asisten, tienen buena conducta y uno les enseña a no pegar, a no molestar a sus compañeros, a no denigrar?”, pregunta.
