Días atrás, el ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, compartió en sus redes sociales una tierna imagen junto a su hija milagros para celebrar su cumpleaños número 21. “Feliz cumple Mili, hace 21 años iluminás mi vida. Te amo hija”, escribió el dirigente. Sin embargo, no fue un posteo más. Un usuario de Twitter reconoció el cuadro que aparece detrás de ellos y contó su historia.
“Anoche mi hermana me mandó esta foto con un mensaje que decía: ‘Mirá Mati, ¡ese cuadro!’. Lo reconocí enseguida y recordé cómo había llegado ahí”, escribió en el inicio de un hilo Matías Oberlin, docente de la Universidad de Buenos Aires, que luego se volvería viral. Es que el cuadro fue un regalo de bodas para Massa y su esposa, Malena Galmarini, pero detrás de él hay un trasfondo particular.
EL CUADRO EN LA CASA DE MASSA.Anoche mi hermana me mandó esta foto con un mensaje que decía: “mirá mati ese cuadro!”. Lo reconocí enseguida y recordé como había llegado ahí. Abro hilo. (1/19) pic.twitter.com/iVpcMBFQXA
La mamá de Oberlin era salvadoreña y su papá, argentino. “Se conocieron en Suiza, exiliados ambos. A mi padre lo perseguían por haber sido dirigente gráfico, salió del país en 1976 hacia Brasil y en el contexto del Plan Cóndor que expandió la persecución de militantes políticos y sociales vecinos, pidió asilo en Suiza”, escribió.
En su relato a través de un hilo de Twitter, contó que a pocas horas de la dictadura cívico-militar, en 1976, le allanaron el departamento a su papá y lo echaron del trabajo. “En enero del ’76, mis tíos Héctor y Ángel habían sido secuestrados por el Comando Libertadores de América, todavía están desaparecidos. Mi tío René fue secuestrado en septiembre del ’77, todavía está desaparecido”, recordó.
Se conocieron en Suiza, exiliadxs ambxs. A mi padre lo perseguían por haber sido dirigente gráfico, salió del país en 1976 hacia Brasil, y en el contexto del Plan Cóndor que expandió la persecución de militantes políticos y sociales a los países vecinos pidió asilo en Suiza(4/19)
Por otro lado, su mamá llegó a Suiza porque habían cerrado la universidad en El Salvador y su abuelo, padre de la mujer, la ayudó para que fuera a estudiar afuera. “Cuando quiso regresar, la ultraderecha salvadoreña había atentado contra mi abuelo disparando a un auto pensando que era él quien manejaba”, a inicios de los años’ ’80, en la previa a la guerra civil en la cual estaría hundido dicho país por 10 años. Nunca pudo regresar hasta hace pocos años atrás. “Cuando volvió la democracia mis viejxs volvieron a la Argentina. A los pocos años mi viejo consiguió laburo en Costa Rica y ahí vivimos entre el ’88 y el ’97”, detalló.
En cuanto al cuadro, “cuando mi viejo pasó a la clandestinidad, entre marzo y octubre del ’76, lo recibió la familia de un gran amigo suyo: Fernando “El Pato” Galmarini, Marcela Durrieu y la pequeña Malena. Entiendo que Malena llegó a querer a mi viejo como un tío. Tanto es así que cuando Malena y Sergio se casaron, en el año 2000, invitaron a mis viejos”, recordó Matías. En ese momento, por la crisis que terminó de estallar en el 2001, sus papás estaban sin trabajo.
En enero del 76, mis tíos Hector y Angel habían sido secuestrados por el Comando Libertadores de América. Todavía están desaparecidos. Mi tío René, fue secuestrado en septiembre del 77. Lo mismo, todavía está desaparecido. Son historias para otros hilos. Volvamos al cuadro (6/19) pic.twitter.com/Xw8XIfShWk
“Yo tenía 14 años pero recuerdo la angustia de mi vieja sin saber qué regalarles a Malena y a Sergio en el casorio. Finalmente, entre los dos tomaron una decisión: regalarle uno de los cuadros que ella había pintado”, contó y recordó que a su mamá no le gustaba regalar cuadros porque “creía que ponía en compromiso a quien los recibía de tener que colgarlos en su casa”. Y allí está, varios años más tarde.
Su papá falleció en 2015, a causa de un cáncer y Malena “vino al velorio con lágrimas en los ojos”, señaló. “Hace años podrían haber reemplazado ese cuadro, pintado por una mujer extranjera y exiliada. Sin embargo tiene 23 años en el living de su casa. Un cuadro que lleva la carga de exilios, dolores, angustias y sueños”, sentencia.
Volvamos al cuadro. Cuando mi viejo pasó a la clandestinidad (entre marzo y octubre del 76) lo recibió la familia de un gran amigo suyo. Fernando “El Pato” Galmarini, Marcela Durrieu y la pequeña Malena. Entiendo que Malena llegó a querer a mi viejo como un tío. (11/19) pic.twitter.com/RZnSAhuyXP
Rápidamente el tuit se hizo viral con más de 2 mil retweets, 9 mil ‘me gusta’ y casi un millón de visualizaciones. “Nunca dejó de estar colgado, cuando la casa creció encontró un nuevo lugar”, aseguró la titular de AySA y esposa de Massa, Malena Galmarini, al responder el tweet. Y añadió, con otras dos imágenes del cuadro: “Estuve hace dos días con tu primo Mariano y le di un abrazo que no debe haber entendido: fue como volver a abrazar a tu viejo. A pesar de todo lo duro que fue aquel entonces, fuimos familia”. “Gracias, ojos húmedos. Me mata la carta de @marceladurrieu (NdR: dentro del hilo, se observa una foto de una carta de agradecimiento) con tanto amor… Gracias por prestarme a tus viejos, sus abrazos, su cuidado”, sentencia emocionada.
El feedback no tardó en llegar. “Qué belleza, Male. Gracias por este hermoso mensaje. Me emociona saber que los colores de mi vieja siguen vivos y con ellos sus sueños, dolores y esperanzas. Te abrazo muy fuerte”, respondió Matías. Y Malena le pidió reunirse. “Cuando quieras, tengo esas cartas guardadas. Los viejos guardaron todo en el exilio”, cerró el docente con la promesa de volverse a ver.
Y, para completar la magia, este hilo se cierra así: pic.twitter.com/x8N9USvVHi
Sergio Massa faveó el hilo horas más tarde y el hijo de ambos, Tomás, también se manifestó. “Cuadro TOP de la casa, no se saca de esa pared. Gracias por la historia, nunca me animé a preguntarla”, sumó.