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La Policía bonaerense busca intensamente, desde estas últimas horas, a Luis Fernando Iribarren, conocido como el “carnicero de San Andrés de Giles”, quien se encontraba preso en el Penal de Lisandro Olmos. El hombre cumplía condena perpetua por el quíntuple crimen de su familia.
Según trascendió, Iribarren tenía salidas transitorias para cursar Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), ubicada en 48 entre 6 y 7; fue a clases y no regresó.
El asesino, preso hace 29 años y actualmente alojado en la Unidad 26 del penal platense mencionado, contaba con el aval de la Justicia para estudiar.
En este marco, autoridades del Ministerio de Seguridad provincial comunicaron que dispusieron todas las medidas para capturarlo lo más pronto posible.
El caso
El sanguinario derrotero de Iribarren comenzó en agosto de 1986, cuando con una escopeta, durante una noche, asesinó a toda su familia: su papá, Luis Juan Iribarren (49); su mamá, la maestra Marta Langevin (42), y sus hermanos, Marcelo (15) y María Cecilia (9).
Más tarde, el entonces joven enterró los cuerpos en frazadas a pocos metros de la casona del campo donde vivían. Pasaron casi 10 años y, en 1995, los cadáveres fueron descubiertos. Mientras tanto, dijo que la familia “se había ido a Paraguay”.
Es que en julio de 1995 Luis vivía con su tía Alcira, de 59 años, en una casa de la Avenida Cámpora, también en San Andrés de Giles, y ella desapareció. Pronto los vecinos sintieron olor nauseabundo y una denuncia activó los protocolos. El asesino dijo que su tía había fallecido por cáncer.
Las pericias determinaron que Alcira había sido asesinada de un hachazo en la cabeza y enterrada en el jardín de su propia casa. En ese momento salió a la luz todo el macabro entramado.
En agosto de 2002 Iribarren es condenado a “prisión perpetua con accesoria por tiempo indeterminado”. En el juicio dos psiquiatras dijeron que el gilense sufría un trastorno de la personalidad con reacciones psicóticas. Otros ocho profesionales dijeron que era un psicópata y sabía lo que hacía.
Al mismo tiempo, cabe destacar que en prisión el régimen es “semi-abierto”, por lo que Iribarren tiene acceso a todo el predio las 24 horas y no está encerrado en una habitación. Estando en prisión, Luis Fernando formó pareja y se casó.