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Sarmiento nunca se llamó Domingo, esa fue la revelación que trajo Leo Di Lorenzo en una nueva columna en CódigoBAIRES, que también derribó otros mitos sobre su figura.
El “Padre del Aula” fue bautizado como Faustino Valentin Quiroga Sarmiento, dado que nació un 14 de febrero, Día de San Valentín, por eso su segundo nombre. Sin embargo, en nuestros días todos lo llamamos Domingo.
Otro mito en torno a Sarmiento fue que “nunca faltó a la escuela”. En parte, es cierto: nunca faltó porque nunca fue, sino que fue autodidacta y aprendió a leer a los 4 años con la ayuda de su padre y su tío.
Además, “Domingo” tampoco fue quien ingresó los gorriones a nuestro país, sino que fue el cervecero Emilio Bieckert, que fue frenado en la aduana y le impidieron entrar al país con esos ejemplares, por lo que decidió abrir las jaulas y dejarlos en libertad.
Otra de las historias que circularon en relación a Sarmiento fueron las anotaciones sobre sus orgías. En ese sentido, Di Lorenzo reveló que el expresidente anotaba sus gastos en un rubro llamado “orgías”, pero no se trata de lo que todos imaginamos.
Faustino Valentín fue un destacado masón, una sociedad que no es secreta, sino discreta, y como tal, encontró en ese tópico la forma de disimular los encuentros con sus hermanos masones, reuniones que tenían una gran erogación de dinero y que, a partir de allí, se sembró otro mito en la figura del prócer.Para no concluir su entrega con puras falsedades en torno al nombre de Domingo Faustino Sarmiento, el columnista detalló que, si bien no tuvo la posibilidad de ir a la escuela, sí invirtió en educación. Como promotor del primer censo de nuestro país en 1869, descubrió que el 71 por ciento de los argentinos era analfabeto, y por eso comenzó su cruzada por la educación.
