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Cada 14 de febrero, el mundo se viste de rojo y corazones para celebrar el Día de San Valentín, una fecha dedicada al amor y la amistad. Pero, ¿de dónde proviene esta tradición y cómo se celebra en distintas partes del mundo? Acompáñanos a descubrirlo.
La historia de San Valentín se remonta al Imperio Romano. Según la leyenda, Valentín era un sacerdote que, desafiando las órdenes del emperador Claudio II, casaba en secreto a jóvenes enamorados, ya que el soberano había prohibido los matrimonios para los soldados, convencido de que los solteros eran mejores combatientes. Valentín fue encarcelado y ejecutado el 14 de febrero del año 270 d.C., convirtiéndose en un mártir y, más tarde, en el santo patrono de los enamorados.
Esta celebración ha trascendido fronteras, adaptándose a las tradiciones de cada cultura:
Estados Unidos y Canadá: Se intercambian tarjetas, dulces y flores, y es habitual que tanto niños como adultos expresen su afecto a amigos y seres queridos.
Japón: Las mujeres regalan chocolates a los hombres; un mes después, en el “White Day”, los hombres devuelven el gesto con obsequios.
Italia: Las parejas suelen pasear por ciudades como Venecia y Verona, donde se recuerda a Romeo y Julieta.
Brasil: Se celebra el 12 de junio, conocido como el “Día dos Namorados”, vinculado a San Antonio, el santo casamentero.
San Valentín en Argentina
En Argentina, San Valentín no tiene la misma raigambre que en otros países, pero ha ganado popularidad en las últimas décadas gracias a la influencia de la cultura globalizada. Los restaurantes se llenan de parejas, las florerías viven uno de sus días más fuertes y los regalos como chocolates, peluches y cenas románticas son habituales.
Cabe destacar que, en julio, los argentinos celebramos el “Día del Amigo”, lo que marca una diferencia respecto a otras regiones donde el 14 de febrero incluye tanto el amor romántico como la amistad.
Más Allá del Amor Romántico
San Valentín es mucho más que una fecha comercial; es una oportunidad para reflexionar sobre el valor de los vínculos afectivos. Ya sea con una pareja, amigos o familiares, el 14 de febrero invita a expresar lo que a veces olvidamos decir: un simple “te quiero”.
Así que, si bien las formas de celebrarlo varían según la geografía y la cultura, el mensaje es universal: el amor, en todas sus formas, merece ser celebrado.
