Con reservas agotadas a minutos de haberse habilitado el sitio de web del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, llega a la Sala Astor Piazzolla del mítico escenario platense “Romeo Santos y Julieta del Palihue“, obra teatral del grupo Oriyero que cuenta con dramaturgia y dirección de Blas Arrese Igor y será estrenada el próximo miércoles 4 de octubre a las 20:00. Un clásico de Shakespeare contado desde uno de los tantos los barrios de los suburbios de la capital provincial y protagonizada por sus jóvenes.
“El grupo de teatro Oriyero de Villa Elvira nació en el año 2017 cuando acerqué para el trabajo de campo de mi tesis doctoral en Comunicación. Empecé a trabajar con ellos y consolidamos lo que fue nuestro primer trabajo, “Jamlet de Villa Elvira“, Hamlet con J. Presentamos el proyecto a un programa del Teatro Nacional Cervantes de producción de obras de teatro, eligieron tres proyectos y uno de ellos fue el nuestro. Entonces logramos que el Cervantes se encargue de la producción integral incluidos nuestros contratos. Fue superinteresante porque los pibes y las pibas se transformaron en trabajadores de la cultura”, comenzó explicando Blas Arrese Igor a CódigoBAIRES.
Luego del éxito de “Jamlet de Villa Elvira” y pandemia por medio, el colectivo Oriyero siguió trabajando y dio a luz una segunda adaptación de otro clásico shakespeareano, entonces Romeo y Julieta se convirtió en “Romeo Santos y Julieta del Palihue”. El barrio, los pibes y las pibas, el amor, el garche, el feminismo, la música, el bardo, la falopa, los santitos populares, la iglesia evangélica, la diversidad; todo narrado bajo la excusa del autor inglés.
“Cuando al Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires le acercamos el proyecto, rápidamente decidió acompañarnos y constituyó a los pibes en trabajadores de la cultura. Algo muy importante porque además de la fuerza artística que tiene el proyecto, nos da la posibilidad de reivindicar a determinados actores sociales: nuestros protagonistas”, continuó el artista, al tiempo que destacó la riqueza que implicó la posterior inclusión en el grupo de profesionales de otras procedencias.
La adaptación fue mutando y “reescribiéndose en función de la propuesta de los actores y las actrices y de lo que fue pasando en cada ensayo”, pero fiel a la intención de reflexionar sobre los tópicos tradicionales que propone la creación original. “Reflexionamos sobre el amor romántico, pero también hablamos sobre la muerte, la juventud, el futuro, la religión, las clases sociales. Porque con los clásicos pasa algo: se construye una idea hegemónica de lo que son y lo llamativo es que la mayoría de las veces la gente no los leyó ni los vio. Circulan sentidos que se cristalizan en cada versión, pero una obra es eso y puede llegar a ser otras cosas más”, explicó.
“En la obra aparece la idea de saltar el alambrado por un trap que escribí. Era algo que aparecía como sentido circulante entre los pibes y las pibas, y tiene que ver la diferenciación entre centro y periferia, con mestizar el centro. Es romper esa dicotomía aparentemente tan pura, porque en realidad solo hay sentidos que circulan, van y vienen. Cuando el grupo empieza a incorporar otros actores y actrices que no son del barrio, comienza a diálogar, a pensar pluriversalmente más que universalmente, porque el pensar pluriversalmente es muy enriquecedor”, agregó.
Por último, Arrese Igor remarcó la relevancia del acompañamiento del Estado bonaerense como garante del acceso a la cultura: “El apoyo del Estado fue fundamental y personalmente creo que debe estar presente porque la cultura no es un gasto, es un derecho. Por ello, tiene que garantizar ese derecho que el mercado no va a garantizar. Si nosotros no hubiésemos tenido el apoyo del Cervantes en un principio y el Instituto Cultural después, no podríamos haber hecho las obras”.