En las primeras horas de este año 2024 la localidad de Melchor Romero, al oeste del Gran La Plata, se vio sacudida por el homicidio de un adolescente de 14 años a quien le dispararon en la cabeza luego de que un grupo de jóvenes comenzara a atacar a la víctima y a su hermano cuando ambos regresaban de festejar Año Nuevo. El agresor sigue prófugo, aunque los investigadores ya lo tienen identificado.
El hecho ocurrió cuando Isaías Córdoba (14) volvía a su domicilio junto a su hermano de ver la tradicional quema de muñecos que se practica cada 31 de diciembre en la capital de la provincia de Buenos Aires.
Una vez concluido el evento, Córdoba y su hermano se dirigían a su domicilio, hasta que fueron interceptados sobre la esquina de 50 bis y 157 por un joven de 27 años que había discutido unas horas antes con el hermano del adolescente de 14 años.
La esquina de Melchor Romero que se convirtió en escena del crimen.
El atacante, identificado por alrededor de diez testigos como Alan Damián Páez (27), se encontraba acompañado por un grupo de al menos cuatro personas, que comenzaron a agredir a los hermanos con golpes de puño. Según indicaron los voceros, en medio de la riña, Páez extrajo un arma de fuego y le disparó en la cabeza a Isaías, quien cayó herido en el lugar. Luego de ello, agentes de la comisaría Decimocuarta llegaron al lugar y trasladaron a la víctima al Hospital de Melchor Romero, donde arribó sin vida.
Las fuentes agregaron que, tras la muerte del adolescente, vecinos de la zona se acercaron al domicilio del acusado, en la intersección de las calles 50 y 158, y prendieron fuego el inmueble. El agresor no volvió a su casa y permanece prófugo.
La vivienda del agresor buscado en La Plata fue incendiada por amigos de la víctima.
Tras el hecho fue detenido un sospechoso, de 27 años, pero en pocas recuperó la libertad ya que, en principio, sería ajeno al homicidio que investiga el fiscal Álvaro Garganta, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 11 de La Plata.
Para los detectives es casi irrelevante la explicación de la disputa, ya que de acuerdo con lo que pudieron averiguar, la pelea era “muy menor” y ninguno de los testigos imaginó jamás que iba a derivar en una tragedia. Es decir, el enfrentamiento no cruzaba los límites de un par de empujones e insultos de ambos lados, pero fue entonces que apareció en escena el asesino, quien prácticamente sin mediar palabra, salió de su domicilio con un arma de fabricación casera y efectuó un disparo contra el grupo de personas que peleaba. Estaba a cierta distancia, pero fue suficiente para herir gravemente a Isaías.
El sospechoso detenido recuperó la libertad
“Supuestamente no se conocían de antes y se empezaron a pelear con un manoteo de por medio hasta que uno de los chicos corrió en auxilio y en un momento dado apareció este hombre que salió de una casa con un arma tumbera, de esas pistolas caseras, y le disparó en la cabeza al chico”, relató un investigador.
No había una vieja pelea de fondo ni se trató de una patota que atacó a Isaías y su hermano, tal como se informó en un primer momento. Para la fiscalía, se trata de una situación prácticamente espontánea, en un contexto de violencia en un barrio humilde, que terminó con chico muerto de un disparo en el cráneo. Es más, al resto de los que estuvieron en la gresca, no se les notificó de ninguna causa en su contra porque, al menos en lo que se sabe hasta ahora, no participaron del crimen ni incitaron a hacerlo.
Otro dato que se dio a conocer es que el asesino había sido detenido poco después del crimen, pero se trataba de otra persona. De acuerdo con lo que indicaron fuentes judiciales, el sospechoso -apenas mató a Córdoba- huyó con su familia del barrio, lo que ocasionó la reacción violenta del resto de los vecinos, una vez que se confirmó que Isaías estaba muerto en el hospital de Melchor Romero.
Álvaro Garganta, fiscal a cargo de la investigación
“Estamos buscando a su mujer y sus dos chicos. Se mudó porque ahí se armó un gran lío en el barrio. Atacaron a los padres, le quemaron la moto y la casa. Los vecinos enardecieron, aprovecharon toda esta situación para hacer saqueos”, comentó una fuente de la investigación. Respecto al arma homicida, dijo que se trató un objeto muy precario “armado con un destornillador y un caño”, que apenas sirve para un tiro. “Son armas que se ven todo el tiempo y se usan en las villas especialmente. No hay más crímenes de este estilo porque simplemente no tienen puntería”, graficó la fuente.
A esta hora, el sospechoso -cuya identidad no trascendió- todavía es buscado intensamente por la Policía Bonaerense, aunque creen que no pudo irse muy lejos porque no cuenta con los medios suficientes para hacerlo. El presunto asesino no tiene antecedentes penales, aunque sí varios hechos de violencia a su nombre en el barrio, pero ninguno como el crimen de Isaías. Cuando lo capturen deberá enfrentar una acusación por el delito de homicidio.
