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En la cárcel bonaerense de Gorina, un grupo de detenidos pasó el último mes construyendo muebles y juegos didácticos para un merendero del barrio Altos de San Lorenzo. No fue por orden oficial ni campaña institucional: el pedido llegó a través de una agente penitenciaria que colabora como voluntaria con la Iglesia Cristiana Evangélica “Camino, Verdad y Vida”, que sostiene el lugar.
La respuesta fue inmediata. Con lo que había a mano, madera MDF donada por un polo productivo de Olmos, algunos aportes de frigoríficos cercanos y materiales reunidos por la misma iglesia, los internos de la Unidad 18 pusieron manos a la obra. El resultado: 80 juegos didácticos, dos mesas, seis sillas y un mueble para almacenar alimentos.
El merendero atiende a más de 200 chicos y chicas cada semana. “La calidad de todo lo que hicieron es excelente. Nos ayuda muchísimo”, dijo Silvia Ruth Barrionuevo, pastora de la iglesia, que recibió los elementos junto a autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Durante la entrega de los elementos se contó con la presencia de autoridades de la Unidad 18 y de la Subdirección General de Trabajo del SPB.
