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Por primera vez en la ciudad de La Plata, un fallo judicial habilitó la matriculación de una traductora pública en comunicación no verbal, marcando un hito en la profesión. Mariana Serio, Presidenta del Colegio de Traductores Públicos e Intérpretes de La Plata, y María Florencia Russo, Secretaria de la entidad, ofrecieron detalles sobre este importante desarrollo.
Mariana Serio explicó el contexto del conflicto: “El problema que había es que ella no podía ejercer de intérprete porque no se habilitaba a la institución como para hacerlo. El problema es que es traductora pública en comunicación no verbal, pero que pasa, la mayoría de las instituciones donde se dan este tipo de carreras son de otro tipo, no son universitarias. Nosotras, para hacer peritos por ejemplo, además del título universitario necesitamos estar matriculadas y luego hacer un curso para hacer peritos. Ella al tener ese título universitario esos eran los pasos que debía seguir, cuando por ejemplo hay otras personas que no están matriculadas que sí son profesionales que se dedican al lenguaje de señas que sí podían ejercer por el hecho de que no existía la carrera universitaria hasta hace muy poco tiempo, entonces hubo ahí un conflicto para dirimir.”
María Florencia Russo destacó el impacto de la decisión en la percepción de la traducción pública: “Nosotras no hicimos ni más ni menos que aceptar y considerar el derecho que tenía esta profesional de tener su matrícula y así poder hacer el curso de auxiliar de la justicia y ejercer como perito en la Provincia de Buenos Aires. Lo que nosotras de alguna manera generamos acá fue un cambio fuerte de visión de lo que es la traducción pública y de lo que implica la formación del profesional.”
Russo también corrigió un detalle importante: “Como ella decía, si bien existen los intérpretes de lenguaje de seña y acá otra pequeña corrección hablamos de lengua de seña y no de lenguaje, y nosotras de alguna forma lo que hicimos con esta recepción de esta profesional en la matrícula es darle entidad y jerarquía a la formación profesional.”
En cuanto a la formación requerida, agregó: “Más allá de que existan cursos de intérpretes de lengua de señas desde hace mucho tiempo y que de hecho son convocados por la Justicia a falta de otros profesionales, acá nosotras hicimos hincapié en la formación de esta persona. Porque esta carrera no solamente tiene preparación en lengua de señas, sino también tiene una formación fuertemente en términos legales y jurídicos, ella está habilitada por su preparación y todo lo que estudió, para asistir específicamente a las personas en el ámbito legal, en cuestiones judiciales, cosas serias de la vida en donde la gente quedaría desamparada si no contaran con una profesional con esta profesión, y de ahí la importancia de aceptar su matriculación.”
Russo también abordó la normativa vigente: “Nosotras tenemos en nuestra ley, contemplado en el artículo 2, que establece que ejerce la traducción pública, aquel que cuente con título habilitante. Ese título habilitante implica que en los alcances de ese título, establecido por la Universidad misma, está el ejercicio profesional como traductor público, y ni más ni menos es lo que establece la resolución de creación de esta carrera.”
Sobre el futuro de la carrera, expresó: “Esta carrera, que se dictaba en la Universidad de Lanús, contó con tres o cuatro cortes y se dejó de dictar, más que nada por falta de asistentes. Desde nuestro lugar, lo que podemos hacer es convocar a las universidades a rever esta decisión; tanto a la Universidad de Lanús, como la Universidad de La Plata y que se reabran este tipo de formaciones porque verdaderamente jerarquizan la profesión y le otorgan además el derecho al ciudadano que necesita de ese servicio a ser asistido de manera adecuada.”
Mariana Serio reflexionó sobre la necesidad de adaptar las leyes a los tiempos actuales: “La realidad es que hay que respetar el espíritu de la ley. Nosotras no vemos de que la ley diga idioma extranjero sea un impedimento de ninguna manera para adaptar este tipo de lenguaje. De hecho estas personas, no tienen el español como una lengua materna, sino que tienen que comunicarse mediante lengua de señas. También hay que tener en cuenta que la ley no se hizo ayer y hay cosas que tienen que reverse por los cambios propios de una sociedad.”
Finalmente, Serio planteó la pregunta clave que llevó a la decisión: “Nuestra pregunta fue ‘qué impide que nosotras le demos la matrícula a esta persona’, si tenía todo en regla en cuanto al título habilitante, había una necesidad en la Justicia, había una necesidad también en la sociedad y entonces por qué lo negaríamos.”
Esta decisión representa un avance significativo en la inclusión y profesionalización de la traducción pública en comunicación no verbal, estableciendo un precedente para el reconocimiento y valorización de nuevas áreas en la traducción e interpretación.