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La planificación urbana en la ciudad de La Plata se encuentra en el centro de las críticas de los diferentes sectores profesionales, sobre todo de los vinculados a la construcción y la gestión de Julio Alak parece encaminarse a repetir errores del pasado.
En el centro de la polémica se encuentra la falta de previsibilidad y coherencia en las decisiones que afectan a los desarrolladores inmobiliarios y a toda la comunidad de profesionales en general explicó Leonardo Di Lorenzo en su habitual Columna de Cuadros Técnicos que se emite los lunes y viernes en Radio La Plata.
El especialista apuntó contra el Secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, Sergio Resa, por la incertidumbre que provoca la indefinición de las normas de ordenamiento urbano y remarcó que la situación empeoró tras la decisión del municipio de prorrogar la concesión del transporte público sin contar con un marco claro sobre el futuro de la planificación urbana, lo que ha generado serias dudas sobre las inversiones privadas en la ciudad.
“El intendente firmó un decreto de prórroga del sistema vencido el pasado 20 de septiembre”, puntualizó Di Lorenzo y destacó que el Secretario de Planeamiento informó que la municipalidad celebró un convenio con el Consejo Federal de Inversiones para la reforma del Código de Ordenamiento Urbano, lo que puso en stand by mas de 400 obras en un centenar de barrios platenses, poniendo en riesgo la continuidad de miles de puestos de trabajo.
El paralelismo con la situación que se registró a principios del 2000, también bajo la intendencia de Alak, es inevitable, ya que en aquel entonces, primero el Colegio de Arquitectos y luego otras entidades profesionales, apuntaron contra la gestión local porque la implementación del nuevo Código de Ordenamiento Urbano representó el freno de más de 70 proyectos debido a la falta de homologación provincial.
Irónicamente, el director de planeamiento urbano en ese momento era el mismo Sergio Resa, quien hoy ocupa la Secretaría de Planeamiento en la gestión de Alak, y quien nuevamente se enfrenta a las mismas críticas que quedaron registradas en las crónicas periodísticas de hace 20 años, cuando los vecinos de la zona del Boulevar 83 hacían prácticamente el mismo reclamo que se repite hoy sobre el transporte.
La falta de respuesta a las demandas de los profesionales y la incertidumbre generada por los cambios y suspensiones en las normativas urbanísticas recuerdan a ese caótico 2001, cuando los funcionarios municipales no respondían a las consultas de la prensa ni ofrecían soluciones claras. Hoy, la situación parece repetirse, y el impacto en la inversión y desarrollo de la ciudad es innegable. En ese sentido, este medio intentó en reiteradas oportunidades comunicarse el titular del área de planeamiento, sin obtener nunca una respuesta positiva.
Además de los problemas en la planificación urbana, la gestión de Julio Alak parece trabada en otros aspectos, incapaz de poner en marcha un plan efectivo que brinde previsibilidad. Las decisiones en torno al transporte público, sumadas al freno en la construcción y la falta de una normativa clara, agravan una situación que afecta tanto a inversores como a los vecinos de La Plata.
El malestar se siente en todo el universo de profesionales de la construcción, quienes se quejan por la falta de incentivos y el cambio constante de reglas que complican su trabajo y aumentan los costos. Las consecuencias de esta situación podrían incluir no solo una ralentización del desarrollo urbano, sino también posibles demandas judiciales contra el municipio por parte de los afectados.
En ese sentido, Di Lorenzo explicó que “el juicio que le ganen a la Ciudad de la Plata por todo esto que está pasando, lo terminamos pagando nosotros. Porque lo van a ganar y se va a pagar con recursos públicos”.
La gestión de Alak, en lugar de dar un paso adelante, parece estancada en los mismos errores del pasado, repitiendo fórmulas que ya han fracasado y dejando en suspenso el futuro urbanístico de La Plata