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Piden condena a cuatro policías por una cinematográfica fuga de presos en La Plata

Se trata de un caso del año 2011 que, desde La Plata, conmocionó al país. Uno de los detenidos no logró huir, quedó atrapado en el boquete por obeso.

Un pedido de tres años de prisión en suspenso más la inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos recayeron sobre cuatro policías acusados por la fuga de dos detenidos de la comisaría Primera de La Plata, hecho ocurrido en el año 2011 y que fue tema central en los medios de comunicación de todo el país.
En el banquillo de los acusados están sentado Franco Daniel Panne y Marcelo Cifuentes, procesados por “falsedad ideológica de documento público” junto a Cristian Eduardo Silva y Raúl Alberto Moreno quienes deben responder por la presunta conducta típica de “cohecho”, es decir, cobrar coimas.
El hecho fue denunciado el día 2 de agosto del año 2011. La fiscal que investigó y procesó a los policías fue la titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 7 de La Plata, Virginia Bravo.
En su alegato la fiscal de juicio Silvina Langone requirió tres años de prisión de ejecución condicional para todos los imputados más las condiciones de buena conducta: constituir domicilio, abstenerse de cometer delitos y someterse al Patronato de Liberados con presentación bimestral.
Silvina Langone, fiscal del juicio por la fuga en la comisaría Primera de La Plata.
Respecto de Silva y Moreno, quienes están imputados por supuestas coimas, la fiscal también solicitó la inhabilitación absoluta perpetua para la función pública. Y en relación a Panne y Cifuentes exhortó en forma conjunta la inhabilitación especial por cinco años para ejercer cargos públicos establecida en el artículo 20bis del Código Penal.
Como agravante de la pena la fiscal ponderó “la pluralidad de” personas que intervinieron en el hecho y en relación a la falsificación de instrumento público para Panne y Cifuentes valoró su condición de funcionarios policiales.
El veredicto del juicio oral se conocerá el 27 de agosto al mediodía según dispuso la jueza Claudia Grecco, titular del Juzgado Correccional 4 del departamento judicial de La Plata.
Con el avance de las evidencias la funcionaria judicial procesó a siete uniformados por la escandalosa fuga de dos presos a través de un agujero que hicieron en una pared lindante con una vivienda familiar. El tercero, que es obeso, quedó atascado en el boquete.
Los dos que se habían fugado (Jorge Rafael Almirón y Adrián Saúl Rivero), pudieron ser recapturados en poco tiempo. En sus declaraciones ante la fiscal revelaron una trama rapaz. Dijeron que persona policial les facilitó la fuga a cambio de una fuerte suma de dinero y de futuros “trabajos” a modo de contraprestación. Según detallaron, debían cometer tres hechos delictivos, cuyos botines serían “marcados” por los mismos uniformados.
En su dictamen, la fiscal Bravo procesó y citó a indagatoria a los efectivos Cristian Eduardo Silva, Raúl Alberto Moreno y Guillermo Diego Salas por el delito de “cohecho”. En tanto, el comisario Tidoni, estuvo sindicado por la fiscal bajo el cargo de “favorecimiento culposo de evasión”.
Y finalmente, los uniformados Franco Daniel Panne, Marcelo Cifuentes y Patricio Masana fueron procesados por “falsedad ideológica de instrumento público”. Masana fue condenado años después por el millonario robo en la casa del ex intendente de La Plata, Julio Garro.
Virginia Bravo, fiscal de instrucción, procesó a los policías.
Para la fiscal Bravo, el escape no pudo haberse concretado “sin la evidente colaboración del personal policial de la dependencia”.
Al ser indagados por la fiscal, los tres internos revelaron que tardaron tres días en realizar el boquete con herramientas que les proveyó personal policial. También dijeron que hubo un pacto previo: les prometieron que ganarían su libertad a cambio del pago de cincuenta mil pesos. El policía Salas fue apuntado como el “recaudador” del acuerdo.
Los internos contaron a la fiscal que el acuerdo con los policías de la Primera implicaba que, una vez que los tres presos hubieran ganado la calle, debían cometer tres hechos delictivos: asaltar oficinas donde funcionaba “una mesa de dinero”, a un “prestamista” y a una “pareja de ancianos” que cobraba pensiones y jubilaciones europeas. “Él en dólares, ella en euros”, se detalla en la investigación judicial.
Los presos tuvieron que perforar los 30 centímetros de la pared más 10 centímetros del hormigón de la celda. La sospecha de complicidad policial siempre presente, por el tiempo que tardaron y el ruido que seguramente hicieron.
Los dos evadidos salieron al patio de la casa de Miguel Ignomiriello, gloria de Estudiantes en la década del 70, quien vive en la vivienda lindera a la seccional.
Antes de la una de la madrugada de aquel día, los Ignomiriello saltaron sobresaltados de la cama. En minutos, su casa era “un mundo de policías”. Requisaron los fondos de la vivienda y encontraron una escalera con la que los prófugos subieron a los techos y desde allí ganaron la calle.
Expandieron la alerta radial por toda la región y se dispuso un operativo cerrojo. Rivero fue hallado minutos después de las tres de la tarde del 2 de agosto de 2011 en su propia casa, ubicada en el Barrio Náutico (ex Barrio Chino) de Berisso, manzana 2 casa 28.
Almirón, con domicilio en Romero, fue capturado unos días más tarde.
Aquella fuga fue advertida en los primeros minutos del 2 de agosto de 2011, en el momento en el que un efectivo procedía a encerrar en las celdas a los reos, lo que en la jerga se conoce como “engome”.
En el calabozo había once detenidos. El protocolo indica que cada noche los presos son encerrados en sus respectivas celdas y a la mañana siguiente nuevamente se les abre la puerta para que puedan salir al sector de encierro común. Rivero y Almirón “salieron al patio de la casa vecina y luego fugaron, creemos que por los techos”, relató entonces el ex titular de la Distrital Centro de La Plata, Daniel Piqué.
El comisario Marcelo Tidoni quedó desvinculado por el paso de tiempo.
El entonces titular de la dependencia Marcelo Tidoni fue desvinculado del caso por la prescripción de la causa. En la defensa lo asistió el abogado Julio Beley. La causa prescribió por el paso de tiempo y como indica el marco legal vigente, el uniformado fue sobreseído. Otro caso de impunidad por el paso del tiempo.

Fuente: 0221

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