Marcelo Fernández advirtió que la “avalancha de importados” se llevará puesta la industria y el comercio

El presidente de la Confederación General Económica (CGERA), Marcelo Fernández, advirtió por la crítica situación que atraviesan la industria y el comercio ante la creciente llegada de productos importados, la recesión y la fuerte caída del consumo. El dirigente habló con Código Baires e insistió en que la política del gobierno de Javier Milei de no constituye una apertura del comercio exterior sino una “facilitación de importaciones”, derivada de la eliminación de herramientas regulatorias que protegían a los sectores productivos.

“Más que apertura de importaciones, lo que hay es facilitación de importaciones, porque el antónimo de apertura es cierre y acá nunca estuvimos cerrados”, sostuvo el referente de industrias y pymes; y explicó que hasta el año pasado existían “aranceles, vigencias no automáticas, controles e ítems que resguardaban la producción nacional”, y que su remoción generó “una gran avalancha de importados de todos los rubros”.

Según señaló Fernández, el impacto se extiende más allá de las fábricas. Con el avance de plataformas de comercio electrónico como TEMU o Amazon, dijo, “el usuario puede comprar directamente y recibir el producto en su casa”, lo que afecta también a los comercios locales. “No solamente está perjudicada la industria que no fabricó el producto, sino también el comercio que no lo vendió”, afirmó.

Asimismo, cuestionó la posible habilitación de importación de ropa usada, al considerar que representa un riesgo sanitario por la falta de controles. “Es una barbaridad. ¿Quién sabe de dónde viene, cómo viene, qué uso tuvo esa ropa? Puede tener elementos tóxicos o haber sido lavada con productos químicos. No hay ningún tipo de control”, advirtió.

Más tarde, el referente afirmó que, para tomar conciencia de la magnitud de la crisis, no es necesario analizar datos de centros privados que tal vez son opositores, solo basta con ver los números del gobierno de Milei. “El INDEC habla de 17.000 empresas que desde el comienzo de su gestión cerraron sus puertas”, alerto; y cuestionó el argumento oficial de que eran firmas inviables surgidas por la expansión monetaria: “Habría que explicárselo a las empresas que se cerraron y a los trabajadores que ya no trabajan más”.

A la vez, apuntó que la recesión profundiza el deterioro del sector. “Hoy ya ni el importador está vendiendo. Ellos también están sufriendo. No es solamente la no competitiva situación de la industria en cuanto a los precios: el comercio no está vendiendo y el importador que le vende a los comercios se está quejando porque no vende”, sostuvo.

Consultado por el avance del producto extranjero, el titular de CGERA pidió no limitar la mirada a China. “No solamente miremos a China, que tiene mano de obra esclava y mejores precios. Pensemos en qué haremos con Brasil, que está un 30 o 40% más barato que nosotros”, afirmó. Y remarcó: “Los actores industriales y los trabajadores tenemos que movilizarnos y reclamar para que se vea la importancia de la industria dentro de la economía nacional”.

En este marco, sostuvo que la crisis golpea a todos los rubros, en un contexto en el que -según su análisis- el Gobierno busca “cambiar la matriz productiva, primarizando la economía”. Los sectores manufactureros y de mano de obra intensiva, señaló, son los que más sufren por los altos costos y la imposibilidad de competir con los precios internacionales. “En la industria automotriz se ha llegado a fabricar un millón de autos, y hoy estamos esperando 50.000 autos chinos”, ejemplificó.

Cabe destacar que un reciente informe del Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos) indicó que desde la asunción de Milei cerraron 19.700 fábricas y se perdieron 313.000 empleos formales. Entre el 30 y 40 por ciento de esos cierres se concentran en la provincia de Buenos Aires, que aporta la mitad de la producción manufacturera nacional. Solo en agosto de 2025, la variación interanual del empleo fabril registró la expulsión de 17.400 puestos de trabajo.

Además, en su última conferencia, el gobernador Axel Kicillof afirmó que la provincia atraviesa una “profunda recesión” y habló del cierre de 5.000 pymes bonaerenses. El mandatario detalló que la actividad económica cayó 5,7% en lo que va del año, la industria 10%, la construcción 25 y el comercio 8. Además, el IPA alertó que el uso de la capacidad instalada se encuentra en torno al 60%, lo que implica que 4 de cada 10 máquinas están paradas.

Por esto, para Fernández, el rumbo económico actual implica un riesgo estructural: “Estamos ante una política de desindustrializar el país, para que haya menos sectores que produzcan y más sectores primarios generen riqueza y divisas”. Un modelo, que remarcó, no generará empleo en zonas urbanas como el conurbano o la ciudad de La Plata. “Si se desarticula la industria, la gente no va a encontrar rápido trabajo porque los sectores primarios no dan mano de obra”, finalizó.