Fausto Frau en su columna en Código BAIRES desarrolló la asunciòn del nuevo Papa: las primeras reacciones, su historia y su relación con Francisco.
Para Frau, la elección fue leída con superficialidad: “Nadie se tomó bien que anuncien un Papá yankee”. Criticó duramente la banalización que hizo el presidente Milei, que posteó una imagen de un leon en x, . “Banalizando totalmente la elección de nombre”, señaló, y remarcó que eso generó un prejuicio inmediato, “un juicio anterior a un verdadero juicio de valores por el Papa, simplemente por la nacionalidad y el nombre.”
Rápido, puso las cosas en contexto: “La elección de llamarse León XIV no tiene nada que ver con la banalidad que promueve el presidente, sino más bien con la justicia social.” Explicó que el último papa con ese nombre, León XIII, fue quien lideró a los católicos entre 1878 y 1903, y que “fue el Papa que más encíclicas hizo: 86”. Lo definió como el pontífice que intentó ordenar el caos de la Revolución Industrial. “En 1891 promovió licencialmente a constituir sindicatos. ¡En 1891! Nosotros tuvimos sindicatos fuertes 50 años después.”
Frau trazó una línea directa entre León XIII y la doctrina social de la Iglesia, y de ahí al peronismo. “Es una de las patas, por no decir la más importante del peronismo. Yo te diría que sin la doctrina social de la Iglesia no existiría el peronismo.”
León XIV, entonces, no viene a romper con Francisco, pero tampoco a imitarlo: “Va a seguir gran parte del camino de Francisco, pero no pretendamos un Francisco II. Francisco hubo uno solo.” Para Frau, no habrá nunca otro papa “cariñoso, cercano, inteligente, muy rosquero, argentino”. Y eso está bien. “Ya hizo las reformas él que le correspondía hacer.”
Insistió en que Francisco dejó todo preparado: “Se dice que en la primera votación ya lo habían elegido, pero dejaron pasar un par más para disimular.”
Frau admitió que no tendrá el carisma de Francisco, pero sí gestos. Apenas elegido, “salió a bendecir gente a la calle.” Y remató: “Tenemos, si Dios quiere, un Papa que lo vamos a poder juzgar por muchos años por sus acciones.”
En el final, reivindicó el liderazgo de Francisco, sobre todo por su pelea interna: “Se peleó a full, se peleó a muerte, destituyó, sacó sueldos, sacó apartamentos, apartó cardenales conservadores, corruptos, violadores.” Y cerró con una metáfora que no necesita traducción: “No podemos arriesgarnos a que haya un 38-38 dentro del cónclave, como en la AFA. Tenemos que ir a lo seguro. Y me parece que León XIV pinta bastante bien.”
