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La vuelta de PH, Podemos hablar: la consigna tiktokera, las mejores anécdotas y el momento más emotivo

El programa de Andy Kusnetzoff volvió a la pantalla de Telefe, inaugurando la batalla del súper sábado que completarán Mirtha Legrand y Alejandro Fantino

Lali Espósito se quedó sin sonido en pleno show y su reacción hizo delirar a sus fanáticos

18 Sep, 2023
PH Podemos Hablar, clásico de las últimas temporadas de Telefe, volvió a la pantalla más tarde de lo previsto pero con el espíritu de siempre y las ganas de validar su liderazgo. El ciclo de Andy Kusnetzoff tendrá en la competencia del prime time a Mirtha Legrand en El Trece y a Alejandro Fantino en El Nueve, que comenzarán su aventura en los sábados venideros.
Apenas pasadas las 22.10, tanto el conductor como sus invitados ingresaron de espaldas al estudio, de modalidad circular bajo un cielo estrellado. El cantante Abel Pintos, la modelo Paula Chaves, el chef Damián Betular, todos viejos conocidos del ciclo, y dos debutantes, los ex Gran Hermano Marcos Ginocchio y Julieta Poggio, los favoritos del público. Y de inmediato, una de las secciones novedosas, pensada para romper el hielo y de estirpe tiktokera a juzgar por el conductor.
Andy pidió que bajara una canasta desde lo más alto del estudio y lanzó una serie de preguntas. Sin dar demasiadas explicaciones, los invitados debieron apuntar en base al prejuicio o la intuición, aquel que “creen que se le sale más rápido la cadena o “el último en sacar la billetera a la hora de pagar”. El habitual ejercicio para romper el hielo, una marca de estilo del programa, pero con un formato diferente.
A continuación llegó otro de los momentos claves de PH: el acceso al punto de encuentro. Allí, los invitados pusieron en común sus experiencias y acordaron o tomaron distancia de acuerdo a determinados parámetros. Donde hubo unanimidad fue cuando pidieron que pasen al frente aquellos que se llevaron un chasco en una cita. Y aquí Paula contó cuando se sorprendió porque unos chicos le pidieron compartir los gastos, Julieta reveló la decepción por un beso que no salió como esperaba y Marcos contó cuando quiso homenajear a su cita con unas milanesas que advirtieron que se estaban quemando cuando llamó un vecino alertado por el humo. “Salió mal pero no tanto porque después fuimos novios”, concluyó.
Con el correr del programa, Julieta y Marcos enfrentaron los rumores sobre su relación dentro y fuera de Gran Hermano, Paula habló a fondo de su pelea con Zaira Nara, Abel se remontó a sus comienzos como cantante y Damián contó que un tío le regalaba insistentemente pelotas de fútbol y canilleras sin darse cuenta que a él no le movía un pelo. Y donde también hubo coincidencia fue en el reconocimiento de los tocs: números de volumen, tocar o no las rayas, el orden de los zapatos y hasta husmear detrás de las cortinas de baño.
La gran novedad de esta emisión llegó con el segmento “No podemos hablar”. Una propuesta a partir de una intervención artística que consiste en enfrentar a dos personas con la condición de que se miren a los ojos, pero no hablen. El señalado fue Abel Pintos, quien se sentó a una silla y vio como fueron pasando por intervalos los otros cuatro entrevistados. Hasta allí, nada fuera de lo normal, hasta que se sentó una mujer desconocida, mientras de fondo sonaba “Stefanie”, una canción de Alfredo Zitarrosa que lo marcó desde siempre.
La emoción fue increscendo y las lágrimas brotaron cuando abrió los ojos y enfrente suyo estaba Jorge. Su manager desde los comienzos, el que lo vio mutar de niño cantor a hombre que convoca multitudes y aflora las emociones más profundas. Como la del propio Abel, que reflexionó sobre el paso del tiempo y se vio irrumpiendo en la escena y recorriendo de la mano de ese hombre un camino de éxitos cuya próxima parada son dos estadios de Vélez a tope.
Antes de pasar al espacio más distendido de la comida, hubo tiempo para otro espacio de intimidad. Cada invitado se acercó a una fuente de los deseos montada en el estudio, donde se los invitó a recuperar algo de su pasado. Amigos que ya no están y momentos congelados de la infancia. Recuerdos que no van a borrar.
A la hora de los premios, como si fuera una gran fiesta de cumpleaños nadie se quedó sin souvenir. Todos lograron sacar un oso con la pinza en la máquina que ya se convirtió en un clásico del programa. Además, Paula Chaves se hizo acreedora a un premio doble, ya que fue elegida por mayoría entre los invitados y se ganó una estadía en un hotel. Últimas imágenes de un programa que mostró sus cartas, con novedades y zonas de confort, dispuesto a dar batalla en los súper sábados que se vienen.

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