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El clima electoral todavía no prendió del todo, pero la carrera ya empezó. Así lo planteó Manuel Zunino, de Proyección Consultores. “La campaña va a explotar en los últimos diez días”, adelantó, y destacó dos tensiones que hoy marcan el tablero: el intento de romper la polarización y el peso de lo local frente a lo nacional. “Hay un electorado resignado, con desconfianza hacia los dirigentes nacionales y cansado de la grieta”, señaló.
Una de esas apuestas es Somos Buenos Aires, fuerza que reúne al radicalismo, sectores del PRO, peronistas no kirchneristas y la Coalición Cívica. Según Zunino, hoy arranca con entre 7 y 8 puntos en promedio, con mejor desempeño en el interior provincial —especialmente en la segunda sección, donde el armado de los Passaglia y Javier Martínez llega a rozar los 15 puntos— y en la octava. Pero el desafío aún esta latente, ya que no son fuertes en otras secciones.
En paralelo, La Libertad Avanza busca consolidarse como la opción con mayor intención de voto. Para Zunino, hoy corre con ventaja, aunque con un escenario muy ajustado: “Hay paridad, muchos indecisos y voto en blanco; pero Milei tiene más chances de convencer a quienes todavía dudan”. La primera sección electoral, una vez más, será clave. “Ahí se define la elección. En la tercera el peronismo gana, en el interior tiene más dificultades. Lo que pase en la primera inclina la balanza”, explicó.
La estrategia libertaria se concentra cada vez más en la figura presidencial. La presencia directa de Milei en la campaña bonaerense no es casual: “Si no pone el cuerpo, no le va a ir bien. Los candidatos solos no traccionan”, sentenció Zunino. Y advirtió que una eventual derrota, aunque puedan mostrar crecimiento legislativo, tendría impacto directo sobre la figura del presidente. “Poner a Adorni en la octava fue una decisión personal de Milei. Si le sale mal, va a tener que hacerse cargo”.
Del otro lado, el peronismo apuesta al despliegue territorial, con protagonismo de los intendentes y sin una centralidad tan clara como la que tiene Milei en su espacio. Zunino cree que eso puede amortiguar costos políticos: “En el peronismo se discutió puertas adentro, con participación de todos los actores. La estrategia general no está tan atada a Kicillof como en el caso libertario”. Aun así, un mal resultado generaría tensiones.
Y mientras todo eso se reordena, un factor sigue marcando el pulso: la bronca. “No hay clima de campaña, pero sí hay una incomodidad con lo que hay. La mayoría no vota a favor de nada, vota en contra”, analizó Zunino. La política busca ordenar, pero la gente parece ir por otro lado.
