El juicio oral para el urólogo Pablo Colaci, acusado de abusos sexuales a pacientes en La Plata, ha llegado a su etapa final. Con los alegatos ya presentados, se espera para este jeuves con gran expectativa el veredicto de este juicio por jurado que llevó varias y extensas audiencias.
La fiscal Helena De La Cruz, la abogada Andrea Mattessich, los defensores Gabriel Mendy y José Luis Villada, y la jueza Silvia Hoerr, han desempeñado roles cruciales en este proceso judicial que ha capturado la atención pública.
La fiscal destacó la necesidad de una condena, señalando que los actos de Colaci constituyen abuso sexual gravemente ultrajante. La defensa, sin embargo, subrayó que las pericias descartaron la presencia de parafilias o desviaciones sexuales en el acusado.
Las parafilias son patrones de comporta miento sexual en los que la fuente predominante de placer no reside en la relación sexual en sí, sino en actividades, objetos o situaciones específicas. Este argumento de la defensa fue central para cuestionar la intención y el carácter de los actos de Colaci.
Pablo Colaci, el urólogo acusado en 17 casos de abusos
Los primeros días de audiencia estuvieron marcados por los testimonios de pacientes que denunciaron a Colaci. En un ambiente cargado de tensión y emoción, los denunciantes detallaron los presuntos abusos sufridos durante las consultas médicas. Sus declaraciones fueron claves para establecer el contexto de los cargos que enfrenta el acusado.
La siguientes jornadas incluyeron los testimonios de varios médicos del Hospital Evita Pueblo, donde Colaci ejercía su profesión. Los testigos ofrecieron perspectivas médicas y personales sobre la conducta profesional del urólogo, contribuyendo a la complejidad del caso.
Uno de los momentos más cruciales del juicio ocurrió cuando se presentaron peritos oficiales en psicología que dieron un dictamen parcialmente distinto a sus pares psiquiatras.
En la cuarta jornada, declararon tres especialistas del Hospital San Martín, quienes aportaron su análisis y evaluaciones sobre el comportamiento de Colaci. Estas declaraciones intentaron arrojar luz sobre si el acusado poseía algún tipo de patología que pudiera explicar su comportamiento.
El quinto día del juicio se centró en la salud mental de Colaci. Los defensores Mendy y Villada insistieron en que los informes psicológicos no mostraban indicios de parafilia ni desviaciones sexuales, reforzando su postura de que el acusado no tenía intenciones sexuales en su conducta profesional.
En la jornada final, la fiscal De La Cruz pidió una condena ejemplar para Colaci, argumentando que las pruebas eran contundentes y que las víctimas merecían justicia. La abogada Mattessich, en representación de un denunciante que al momento de los hechos era menor de edad, se sumó a este pedido, resaltando el sufrimiento y el trauma experimentado por el joven.
La defensa, en sus alegatos finales, reiteró que las pericias descartaban cualquier desviación sexual, y que las acusaciones no tenían fundamento suficiente para una condena.
En un momento de alta emotividad, Pablo Colaci hizo uso de su derecho a la última palabra antes de que el jurado se retire a deliberar.
Con la voz quebrada por la emoción, Colaci comenzó relatando los difíciles comienzos de su vida. Nacido de casualidad debido a un problema de salud de su madre.
El acusado también compartió un doloroso episodio de su niñez: la trágica muerte de su padre. Hace cuarenta años, su padre fue apuñalado en el corazón en un hecho de inseguridad en La Plata. “Mi hermana y yo tuvimos que salir a trabajar muy jóvenes para ayudar a nuestra madre”, recordó Colaci, visiblemente afectado.
Continuó su relato con la enfermedad terminal de su madre, describiendo cómo él y su hermana recorrían hospitales en busca de una cura y soluciones que nunca llegaron. Esa experiencia lo marcó profundamente. Decidió ser médico para ayudar a otros a no pasar por lo mismo. “Visualicé la medicina como un camino para dar todo por el paciente, estar siempre a su disposición, mientras mantenía una constante investigación y actualización profesional”.
El urólogo concluyó sus últimas palabras con una ferviente defensa de su integridad profesional y moral. “Nada más lejos de mi intención que buscar placer con mis pacientes “, imploró al jurado.
Silvia Hoerr, jueza del Tribunal Oral Criminal II de La Plata.
Con los alegatos presentados, la jueza Hoerr instruirá al jurado antes de su deliberación final. La ciudad de La Plata espera ansiosa el veredicto que pondrá fin a este polémico y complejo juicio. El destino de Pablo Colaci, y la búsqueda de justicia por parte de sus presuntas víctimas, está ahora en manos del jurado.
El jurado está compuesto por doce jurados titulares y seis suplentes. La deliberación será de los titulares.
La acusación necesita más de ocho votos en el mismo sentido (sobre los doce posibles) para que se declare “culpable” al médico. Si cuatro de los jurados (o más) lo declaran inocente no habrá mayoría calificada y Colaci recuperará la libertad de manera inmediata y el bloque acusatorio no tendrá la posibilidad de ir con sus planteos y quejas a la instancia superior de Casación provincial.
En caso que sea declarado culpable la jueza citará a las partes a una audiencia de cesura donde la acusación solicitará la pena a imponer (puede llegar a 50 años de prisión) y la defensa hará los planteos que crea adecuados.
Una vez conocida la sentencia, la defensa tiene la vía abierta para recurrir ante Casación bonaerense e instancias superiores.
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La Plata espera el veredicto en el juicio oral para el urólogo Pablo Colaci
Acusado de abusos sexuales gravemente ultrajantes enfrenta una posible condena de 50 años de prisión. Pablo Colaci lloró en los estrados de La Plata.