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La docente platense que denunció mala praxis reveló que había hablado con Silvina Luna

Silvina Bravo contó que estuvo en contacto con la modelo por Instagram. “Tengo lo mismo que ella, es una sustancia venenosa que no se puede sacar”, señaló.

La docente platense que denunció mala praxis reveló que había hablado con Silvina Luna

Continúan las repercusiones por la muerte de Silvina Luna y la denuncia contra el médico Anibal Lotocki por mala praxis. El hecho revolucionó el ambiente de la farándula y a todo el país, encendiendo las alarmas de todas aquellas personas que se sometieron y todavía someten a este tipo de prácticas para modificar su aspecto.

En este contexto, la docente platense Silvina Bravo contó su experiencia en un crudo y dramático relato con el que dio detalles sobre la denuncia que le hizo a una médica de la ciudad por haberle inyectado un producto no autorizado para mejorar su físico. “Estoy en una pesadilla por culpa de una médica que resultó un monstruo”, sostuvo la mujer. 

Bravo, de 46 años, se refirió a lo que generó en ella lo ocurrido con la famosa Silvina Luna, y dijo: “Sentí que me iba a pasar lo mismo. Estuve aterrada y no paraba de llorar”. Tal como explicó la propia víctima, su médica le habría inyectado “hidroxibenceno” o “fenol”, que tiene el mismo objetivo de mantener y “mejorar” el físico que pretendía Luna cuando Lotoki le realizó una cirugía con metacrilato. “Tengo fenol rebajado y silicona, lo cual migró y ahora lo tengo en los muslos, atrás de las rodillas, tobillos y en la parte baja de la espalda. A consecuencia de esto, padezco lupus, esofagitis tipo A, gastritis crónica, quistes en el hígado y muchas cosas más”, se lamentó. 

“Estuve en contacto con Silvina Luna por Instagram, ella me aconsejó en ese momento que vaya a clínicas del hospital Italiano en Buenos Aires, lo cual se me hizo imposible acceder a eso. También estuve con Mariano Caprarola (otra víctima de Lotocki), que fue quien me aconsejó que vaya a ver al cirujano que lo operó a él con el cual mantengo contacto. Gracias a ellos, sé lo que tengo. Ellos me fueron asesorando”, reveló en diálogo con el canal Todo Noticias. La mujer indicó que tiene “prácticamente lo mismo” que la modelo rosarina que falleció a los 43 años, semanas atrás. “No es metacrilato, pero es una sustancia venenosa e imposible de sacar del cuerpo”, subrayó.

En la denuncia, la docente platense indicó que su médica le habría realizado un procedimiento en una clínica de estética ubicada en cercanías del estadio de Estudiantes en noviembre de 2019 y responsabilizó a la profesional de su mal estado general de salud tras ese tratamiento.

Bravo explicó que se sometió a una intervención para mejorar sus glúteos y prevenir la flacidez y la celulitis conocido como “hidroxilit endopeel”, que la profesional le habría ofrecido como un “nuevo proceso” que llegaba para responder a sus inquietudes. El hidroxibenceno que le habría inyectado no está autorizado por distintos organismo nacionales e internacionales y, de hecho, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo menciona como “materia tóxica clase 6.1”.

Antes de la intervención, Silvina era profesora de educación física, ciclista, tenía alumnos y competía en torneos que se realizan entre gimnasios. En febrero de 2020, tuvo los primeros síntomas de que algo no andaba bien, como hinchazón de los glúteos, granulomas y otros efectos no deseados. “Después vino la pandemia y no la pude ver más. Me dejó abandonada”, dijo en diálogo con Clarín. Hoy pasa sus días recorriendo consultorios médicos y visitando especialistas para tratar de revertir las consecuencias de la práctica y algunos días no puede siquiera caminar, afirmó.

EL CASO DE BRAVO A LA JUSTICIA

Silvina llevó su situación a los tribunales platenses. La Justicia elevó el último lunes a juicio oral la causa de la médica, quien está imputada por el delito de “lesiones culposas derivadas de la negligencia profesional”.

Por el momento, el fiscal Fernando Padován consideró acreditado que la profesional aplicó a Bravo “una sustancia química denominada ‘hidroxibenceno’ o ‘fenol’, sin realizarle ni pedirle estudios previos, además de entender que dicho producto no está habilitado para el uso en humanos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la Comunidad Económica Europea y la resolución GTMC 62/14 del Mercosur, entre otros organismos”. También, constató que Bravo “sufrió diversas lesiones físicas y emocionales” a partir de que inició el tratamiento. Desde ese momento, comenzó a tener sudoración extrema, inflamación en todo el cuerpo, granulomas con pus, caída de pelo, sangrado bucal, eccemas y estrías rojas, varices, queloides, líquido en el hígado, hemorroides y deshidratación de la columna. 

“Fue un trastorno tras otro. Comenzó un padecimiento diario. Me arruinó la vida”, contó Silvina. Su abogado, Dante Chirino, realizó una presentación en el Colegio de Médicos de La Plata y, de esa manera, lograron que la institución abriera un sumario en el tribunal de Ética. Sin embargo, la profesional sigue habilitada para ejercer la profesión, indicó Clarín. “Los tiempos de estos procesos pueden ser muy prolongados y casi siempre están atados a los resultados judiciales”, dijeron en el Colegio.

Las secuelas que provocó la aplicación de esta sustancia no son reversibles, dijo Chirino. “Quiero que esto se conozca para que nadie pase los traumas que atravesé por culpa de esta mujer que no debería ejercer nunca más”, reclamó Bravo y cerró: “Solo me queda como aliento para seguir, la presencia de mis nietos y mis afectos. Cuando puedo los llevo a la plaza. Antes estaba en el gimnasio, hacía deportes, actividades todo el día. Ahora sólo puedo acompañarlos unas cuadras cuando me visitan. Es lo único que puedo hacer”.

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