A partir de la entrada en vigencia del DNU establecido por Javier Milei, la Ley de Alquileres perdió vigencia y todo quedó librado al común acuerdo entre inquilinos y propietarios. Si bien lo que parece prevalecer en estos primeros días es la firma de contratos con duración de dos años y actualización trimestral en base a la evolución del Índice de Precios al Consumidor, en muchas ciudades como La Plata la situación es diferente.
Y es que en la ciudad de las diagonales ya están empezando a circular contratos hechos por un año de duración y con un ajuste mensual de los mismos. Esto se debe a la desmedida inflación del último mes y las predicciones que vaticinan meses más crudos aún en cuanto a suba de precios.
Esto convive con contratos aún vigentes de las dos versiones de la Ley de Alquileres: la que estuvo vigente desde 2020, con contratos de 3 años y actualización anual por Índice de Contratos de Locación (ICL), y la modificación que se introdujo en octubre 2023, con contratos de 3 años y actualización semestral por Coeficiente de Variación Salarial (CVS).
Cabe remarcar que los contratos firmados antes de la derogación de la Ley de Alquileres se regirán por las condiciones previstas en sus respectivas leyes, hasta que llegue el momento de la renovación.
El secretario general de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Claudio Vodanovich, dijo que a partir de la derogación de la ley hay “una tendencia a normalizar lentamente el mercado”. “Hoy la tendencia es suscribir contratos con acuerdo entre las partes, con un valor fijo por los dos años de contrato y se escalona cada tres meses con un acuerdo que podría actualizarse por algún tipo de índice”, detalló Vodanovich.
En este contexto, se ha registrado que en La Plata se incrementó entre un 10 y 15% la actividad inmobiliaria. En las principales calles comerciales platenses la ocupación es prácticamente total. El panorama en el resto de la zona y en galerías cambia y la apuesta del sector es el retorno de la actividad plena tras el receso estival de enero.
Según señalan los operadores inmobiliarios, este panorama se explica por más de una causa: sostienen que se conjugan una cuestión estacional y el desconcierto que provoca la coyuntura económica, entre otras razones.
En cuanto al alquiler de locales, los especialistas aseguran que a ese factor de la macroeconomía hay que agregarle el crecimiento de la venta ambulante desde hace años, que se distribuye con numerosos puestos en la vía pública y hasta en la misma entrada de los negocios establecidos. A la vez, en este tiempo en particular, hay que contemplar que luego de los días festivos de fin de año, la actividad comercial decrece, pues se da un éxodo por vacaciones y por un buen número de estudiantes universitarios que pasan el verano en sus ciudades.
