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El urólogo Pablo Colaci frente a una audiencia clave en La Plata

Tras ser encontrado culpable de 14 hechos de abusos sexuales, el médico Pablo Colaci vuelve al fuero Penal de La Plata para escuchar el pedido de condena.

El juicio oral para el urólogo Pablo Colaci, acusado de abusos sexuales a pacientes en La Plata, finalizó el pasado jueves al conocerse el veredicto del jurado popular que lo encontró culpable en catorce de los quince casos por los que la acusación encontró elementos de prueba. Ahora es la etapa en la que escuchará el pedido de condena.
El médico fue sentenciado por un jurado popular. Tras el juicio oral, este martes se realizará la audiencia de cesura en la que la fiscal Helena de la Cruz solicitará la pena a cumplir que podría llegar a los 50 años de prisión.
Por su parte, la defensa integrada por los abogados Gabriel Mendy y José Luis Villada, desplegará sus argumentos para intentar una condena lo más leve posible, mientras prepara el recurso de apelación ante el Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires donde insistirá con la inocencia del acusado.
Pablo Colaci y sus abogados vuelven al fuero Penal de La Plata este martes.
Tras escuchar a las partes, la jueza Silvia Hoerr -del Tribunal Oral Criminal II de La Plata- determinará la fecha en la que dará a conocer la sentencia de primera instancia.
Colaci había llegado a juicio acusado de abusos a 18 pacientes, de los cuales uno fue retirado durante el proceso y otros dos fueron descartados posteriormente debido a que la fiscalía encontró bagaje probatorio en quince casos. Sin embargo, al leerse el veredicto el urólogo fue encontrado culpable en catorce de esos hechos de abuso sexual gravemente ultrajante. En el hecho restante el jurado lo declaró inocente.
Helena de la Cruz, fiscal de juicio de La Plata.
Tras el debate ocurrieron dos hechos llamativos cuyos protagonistas fueron el defensor Villada, quien fue baleado en un extraño episodio, y la fiscal a quien se le incendió por completo su vivienda en City Bell.
Los primeros días de audiencia estuvieron marcados por los testimonios de pacientes que denunciaron a Colaci. En un ambiente cargado de tensión y emoción, los denunciantes detallaron los presuntos abusos sufridos durante las consultas médicas. Sus declaraciones fueron claves para establecer el contexto de los cargos que enfrenta el acusado.
La siguientes jornadas incluyeron los testimonios de varios médicos del Hospital Evita Pueblo, donde Colaci ejercía su profesión. Los testigos ofrecieron perspectivas médicas y personales sobre la conducta profesional del urólogo, contribuyendo a la complejidad del caso. Uno de los momentos más cruciales del juicio ocurrió cuando se presentaron peritos oficiales en psicología que dieron un dictamen parcialmente distinto a sus pares psiquiatras.
En la cuarta jornada, declararon tres especialistas del Hospital San Martín, quienes aportaron su análisis y evaluaciones sobre el comportamiento del acusado. Estas declaraciones intentaron arrojar luz sobre si el acusado poseía algún tipo de patología que pudiera explicar su comportamiento.
El quinto día del juicio se centró en la salud mental de Colaci. Los defensores Mendy y Villada insistieron en que los informes psicológicos no mostraban indicios de parafilia ni desviaciones sexuales, reforzando su postura de que el acusado no tenía intenciones sexuales en su conducta profesional.
En un momento de alta emotividad, Colaci hizo uso de su derecho a la última palabra antes de que el jurado se retire a deliberar. Con la voz quebrada por la emoción, comenzó relatando los difíciles comienzos de su vida. Nacido de casualidad debido a un problema de salud de su madre. El acusado también compartió un doloroso episodio de su niñez: la trágica muerte de su padre. Hace 40 años, su padre fue apuñalado en el corazón en un hecho de inseguridad en La Plata. “Mi hermana y yo tuvimos que salir a trabajar muy jóvenes para ayudar a nuestra madre”, recordó visiblemente afectado.
Silvia Hoerr, la jueza que deberá redactar la sentencia a cumplir por Colaci.
Continuó su relato con la enfermedad terminal de su madre, describiendo cómo él y su hermana recorrían hospitales en busca de una cura y soluciones que nunca llegaron. Esa experiencia lo marcó profundamente. Decidió ser médico para ayudar a otros a no pasar por lo mismo. “Visualicé la medicina como un camino para dar todo por el paciente, estar siempre a su disposición, mientras mantenía una constante investigación y actualización profesional”, apuntó entonces.
El urólogo concluyó sus últimas palabras con una ferviente defensa de su integridad profesional y moral. “Nada más lejos de mi intención que buscar placer con mis pacientes”, imploró al jurado que, finalmente, lo encontró culpable de hechos aberrantes.

Fuente: 0221

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