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Sin dudas uno de los aspectos más importantes a la hora de comprar o vender un vehículo es si existen deuda o multas pendientes. A raíz de esto, la transferencia de un vehículo con deudas puede generar dudas.
A diferencia de lo que muchos piensan, se puede realizar la transferencia de un auto con deudas. Pero hay que tener en cuenta que hay que cumplir ciertos requisitos y procedimientos justamente para garantizar que la transferencia sea segura. En primer lugar, es de suma importancia que tanto el vendedor como el comprador, realicen una verificación de las deudas y conocer las multas que el vehículo tiene asociadas. Es decir, obtener un informe del dominio que detalle todas las deudas pendientes y asegurarse que estén bien registradas.
Ya identificadas estas deudas, luego hay dos formas de proceder. La primera opción es que el vendedor pague todas las deudas antes de realizar la transferencia, es decir, que el comprador reciba el auto en condiciones y sin ninguna deuda. En cambio, la otra opción, es que el comprador asuma todas las responsabilidades y acuerde con el vendedor una reducción en el precio de venta ya que se está haciendo cargo de sus deudas. No obstante, en caso de elegir la segunda opción, es importante verificar la cantidad y el monto de deudas, así como su impacto en el valor total del automóvil.
Cabe destacar que cuando se realiza la transferencia, es necesario completar todos los formularios que dispone la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor (DNRPA). Estamos hablando del: título de propiedad, comprobante de pago de impuestos y las constancias de libre deuda de infracciones y patentes.
Aunque se pueda hacer la venta sin ningún problema, hay que tener en cuenta que existe un período para el pago y hay actualización de la deuda. Cuando son multas, la transferencia se realiza de forma normal, pero antes es obligatorio pagar el monto adeudado o firmar una negativa de pago ante el registro. Estos controles se llevan a cabo al momento de retirar la documentación.
Desde el año 2010, la Legislación de Tráfico, prohíbe la transferencia de aquellos vehículos que tengan cuatro o más sanciones firmes en vía administrativa, por infracciones de cualquier índole y gravedad. Esto quiere decir que si un conductor se encuentra en esta situación, el informe de la Dirección General de Tráfico (DGT) de su vehículo mostrará alguna restricción o incidencia que impide la realización de la transferencia hasta que se regularice la situación.