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El recuerdo de la fatal salidera a Carolina Piparo que movilizó a La Plata: ¿qué pasó con los culpables? 

El ataque dejó a Carolina Piparo luchando por su vida y causó la muerte de su bebé. Condenas, absoluciones y el impacto de un caso emblemático en La Plata.

La fatal salidera bancaria que sufrió Carolina Piparo en La Plata generó un cimbronazo político en la provincia de Buenos Aires y generó la sanción de leyes para garantizar la seguridad de los clientes dentro de los bancos de la Argentina. También cambió para siempre la vida de una familia que en ese momento vio desmoronarse sus sueños en un segundo.
El 29 de julio de 2010, una banda atacó a Carolina. Estaba embarazada de 39 semanas, a días de dar a luz a su primogénito. Pero una bala que le perforó un pulmón, cambió radicalmente todos los planes de la familia Buzali-Piparo.
El hecho del que fue víctima sacudió al país y generó un latigazo político que terminó con un reto del expresidente Néstor Kirchner al entonces gobernador Daniel Scioli durante un acto que fue transmitido en vivo a todo el país. Tras el ataque Scioli visitó a la familia en el hospital donde les dijo que tenía “las manos atadas” en la lucha contra el delito. Esto llegó a oidos del ex mandatario quien le reclamó en público que diga “quién” le ataba las manos.
Luciano López conducía la moto, Carlos Moreno, autor del disparo.
En mayo de 2013, el Tribunal Oral Criminal II de La Plata condenó a prisión perpetua a Miguel Ángel “Pimienta” Silva -el marcador-, Carlos Moreno -autor del disparo-, Luciano López -conductor de la moto que persiguió a la mujer-, Manuel Calvimonte -proveedor de celulares de la banda-, y Carlos Jordán Juárez, el “cerebro” del grupo, quien también estuvo aquel 29 de julio en la sucursal. No obstante, en 2015 el Tribunal de Casación bonaerense les bajó las penas a todos y dispuso condenas de 23 y 25 años de cárcel.
“Pimienta” Silva falleció en su casa. Había sido morigerado luego de sufrir varios ACV en prisión.
Si bien se trataba de una modalidad de robo repetida y en aumento por entonces, la salidera a Piparo se transformó en un caso “testigo” que obligó a modificar e incrementar las medidas de seguridad en los bancos y cuya resolución judicial abrió un debate y sentó un precedente, ya que el tribunal que condenó a los acusados consideró que la muerte de su bebé se trató de un homicidio y no de un “aborto inducido” por la agresión.
El 28 de julio de 2010, un día antes del brutal ataque, Piparo fue hasta la sucursal del banco Río Santander de avenida 7 y 42 a retirar 20 mil dólares que necesitaba para escriturar una casa. El entonces tesorero de la sucursal, que fue absuelto después, le respondió que no tenía disponible esa suma, que como máximo podía darle diez mil dólares y que volviera al día siguiente.
Los fiscales Marcelo Romero y Maribel Furnus durante la reconstrucción del hecho que conmovió al país.
Al otro día, la mujer volvió a la sucursal acompañada de su madre para retirar 13 mil pesos y 10 mil dólares. “Cuando entró al banco noto que el cajero me mira y yo lo miro. Luego atiende a una persona que estaba delante”, contó ella en su declaración ante la fiscal Ana Medina, que suplía en ese momento al fiscal Marcelo Romero, sobre el día siguiente. “Cuenta dos veces los dólares en el contador de billetes y para mí se veía mucho la plata, por eso apoyo el brazo en el mostrador con la intención de tapar. Él miraba constantemente hacia la izquierda por lo cual yo también miro, pero no veo nada, sólo dos personas esperando”.
Según pudo comprobarse con la filmación del local, sin embargo, a la derecha de Carolina estaba “Pimienta” Silva, el “marcador” de Carolina, que luego salió del banco y subió a una camioneta Ford modelo Eco Sport color negro, que sirvió de apoyo en el robo, donde estaban Calvimonte y que conducía Jordán Juárez. Ambos oriundos del partido de La Matanza.
Carolina y su madre se subieron al auto en el estacionamiento del banco y se dirigieron a su casa del barrio La Loma. En la esquina de 21 y 36, una moto Yamaha 125 la encerró, con dos hombres a bordo. Uno le dijo: “Dame la guita que sacaste del banco, hija de puta”. Eran Leonel Luciano López y Carlos Fabián Moreno, alias “El Pelado” o “Carlín”, ambos de 18 años al momento del robo. Moreno la bajó del auto de los pelos, le pegó un culatazo en la cabeza y la golpeó en el piso “con muchísimo odio, descontrolado”, según la declaración de la víctima. Después le arrancó la cartera y le disparó una bala que entró por el mentón y le perforó un pulmón.
Piparo fue trasladada al Hospital San Roque ubicado en la localidad de Manuel B. Gonnet, donde fue internada por más de 40 días y tuvieron que practicarle una cesárea de urgencia en la que nació Isidro Buzali, su hijo, con una grave falta de aire en el cerebro que finalmente produjo su muerte una semana más tarde, el 5 de agosto.
A los pocos días del robo, todos los integrantes de la banda fueron capturados y Silva se entregó en La Plata tras pasar algunas semanas prófugo. La clave fue el rastreo de los teléfonos celulares y el análisis de llamados en las antenas de telefonía móvil, que permitieron establecer la hora del ataque y la ruta de escape de todos los involucrados.
El 13 de mayo de 2013, casi tres años después, el Tribunal Oral Criminal (TOC) II de La Plata, integrado por los jueces Silvia Hoerr, Liliana Torrisi (ya jubilada) y Claudio Bernard condenaron a los cinco acusados a la pena de prisión perpetua por intento de homicidio criminis causa en perjuicio de Carolina, homicidio criminis causa por la muerte de su bebé Isidro y robo calificado por uso de arma de fuego. También fueron absueltos Augusto Claramonte, acusado de ser el cerebro de la banda, y Carlos Burgos, que llegó al juicio acusado de ser el autor del disparo.
Carolina Piparo y su ex marido estuvieron presentes en todas las audiencia del juicio oral en La Plata.
El tribunal entendió en ese momento que la muerte del bebé fue un homicidio y no un aborto, como argumentaron en el juicio las defensas de los acusados. “Tuvo vida extrauterina y murió por las injurias infligidas a su madre. Tenía un desarrollo normal y las heridas que le provocaron a la madre le provocaron un compromiso fetal. Isidro fue lesionado a través del cuerpo de su madre”, sostuvo entonces la jueza Hoerr.
Además, si bien se reconoció que Moreno fue el autor del disparo, se aplicó teoría de la coautoría funcional, es decir la ejecución de un delito cometido conjuntamente por varias personas que participan voluntaria y conscientemente de acuerdo a una división de funciones. Por este motivo, los cinco recibieron la misma condena, más allá de que Silva fue el que marcó a Carolina en el interior de la sucursal, Jordán Juárez era dueño de la camioneta usada en el hecho, Calvimonte reclutó la mano de obra y López quien conducía la moto con la que interceptaron a la mujer.
En 2015, la Sala III de la Cámara de Casación bonaerense redujo las penas a los acusados entre los 23 y 25 años de cárcel. Los jueces Víctor Violini y Daniel Carral sostuvieron en el fallo que la muerte del bebé se trató de un “homicidio en ocasión de robo”.
El 13 de julio de 2018, “Pimienta” Silva, el hombre que “marcó” a Carolina Piparo fue excarcelado tras sufrir un ACV y ser internado con un cuadro de neumonía. Murió a los pocos días en su casa de La Matanza. “Me arruinó la vida, se la arruinó él mismo. El crimen no debería ser el camino de nadie, siempre hay una alternativa para no dañar. No odio ni tengo expresiones de odio, las repudio siempre”, dijo entonces Piparo, que actualmente es diputada nacional libertaria.
“Pimienta” Silva falleció en su casa luego de un ACV y problemas de salud intracarcelarios.
En abril de 2020, en medio de la polémica por las liberaciones de reclusos por la pandemia de coronavirus, denunció haber sido amenazada a través de redes sociales por Carlos Moreno, el autor del disparo. “La concha bien de tu madre, te voy a matar hija de puta. De mí tampoco te olvides”, decían los mensajes que ella misma compartió sus redes. “Esto me escribe el hombre que asesinó a mi hijo el día que liberan el uso de celulares y redes ¿Qué pensaron que iban a hacer? ¿Llamar a la abuela?”, se quejó en esa ocasión.
Tras la denuncia de Piparo, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) informó que de inmediato se llevó adelante una requisa en la Unidad 34 de Melchor Romero, donde está alojado Moreno, y se secuestró un teléfono móvil que no estaba registrado a su nombre, el cual fue puesto a disposición de la Unidad Funcional de Investigaciones y Juicio (UFIJ) 8 de La Plata.
El caso continúa resonando en la memoria colectiva de Argentina. Las condenas, absoluciones y cambios legislativos que surgieron a raíz del asalto reflejan los esfuerzos por lograr justicia y seguridad. Carolina Piparo sigue siendo una voz fuerte en la política y un símbolo de resistencia, recordando la importancia de la justicia y la seguridad.

Fuente: 0221

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