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Después de ganar Gran Hermano trabajó en una granja en Suiza, y hoy triunfa como actor de Disney: el presente de Rodrigo Fernández Rumi

Tras consagrarse en la edición 2012 del reality más visto de la televisión argentina, el joven, quien ahora tiene 29 años, decidió emigrar al exterior buscando un cambio de rumbo. “Me demostré que no era inútil, que podía trabajar y ahorrar”, dice en una entrevista exclusiva con Teleshow

Después de ganar Gran Hermano trabajó en una granja en Suiza

16 Oct, 2023
Por Milagros Monti
2011, Buenos Aires, Capital Federal. Rodrigo Fernández Rumi acababa de cumplir 18 años y estaba recién llegado de su ciudad natal Victoria, Entre Ríos. Su vida era la de un estudiante del interior en la gran ciudad, aunque no estaba convencido de lo que quería para su futuro. “En ese momento no existía el ‘me voy a estudiar actuación’”, recuerda quien hubiera querido seguir una carrera artística desde aquel momento.
Fanático de todos los productos de Cris Morena, y con el sueño de algún día trabajar para ella, en su adolescencia, Rodrigo se anotó en una agencia y se presentó a cuanto casting surgía: se levantaba temprano, tomaba el micro con destino a Buenos Aires, audicionaba y regresaba. “Quería ser actor, en la escuela era el payaso, me gustaba hacer reír a todos, entretener a los demás. Supongo que tiene que ver con querer llamar la atención”, analiza el joven en una entrevista exclusiva con Teleshow.
“Me presentaba, avanzaba en las instancias pero al final no quedaba. Pensaba que no era muy bueno”, cuenta sobre la frustración que sentía por ese entonces. Es por eso que cuando decidió mudarse a Capital Federal eligió una carrera universitaria: arquitectura. “Más o menos era lo que me gustaba, o eso pensaba yo, porque me gustaba dibujar”.
Tres meses después, escuchó que Jorge Rial anunció el cierre del casting de la próxima edición de Gran Hermano. Rodrigo no dudó, tomó una cámara digital, se grabó y envió el material. Dos semanas después se estaban comunicando con él para indicarle que había quedado elegido, y comenzó los procesos de selección que fue superando uno a uno. Hasta que llegó el momento en que “todo se puso serio”, recuerda: le hicieron estudios médicos y psicológicos. Estaba cerca, lo sabía.
Su familia estaba al tanto, pero para ellos “era un casting más de todos los que venía haciendo”. Además, su madre no había visto el reality, de manera tal que no entendía bien de qué se trataba. Su hermana, en cambio sí: Rodrigo y ella habían seguido la edición anterior, la que había ganado Cristian U.
Rodrigo sabía que ese era el puente que necesitaba para saltar a la fama y así poder ir en busca de sueño: triunfar como actor. Diez días antes del comienzo del certamen, en noviembre de ese mismo año, lo llamaron para anunciarle que entraría a la casa más famosa del país.
Aquella edición fue la más larga de la historia en Argentina: duró 164 días. Tiempo en que Rodrigo se ganó el cariño popular y el público quiso que en abril del 2012 se coronara como ganador.
Lo que siguió luego, el joven que hoy tiene 29 años lo recuerda como un “shock”, de esos que son tan lindos que la mente los borra. “Fue muy fuerte”, dice quien se compró un departamento en Palermo con el dinero obtenido del premio. Todavía conserva el inmueble y lo alquila de manera temporal cuando él está afuera del país o en su Victoria natal.
Hizo presencias en boliches, conoció a los actores que veía en televisión y que se habían convertido en pares famosos. “Peter Lanzani no sabía mi nombre, pero me reconocía y me saludaba cuando me veía”, destaca sobre el ídolo con quien se comparaba en la época de Casi Ángeles y con quien había compartido una presencia en un boliche.
“Era una época muy caótica en mi mente y en mi cabeza”, recuerda sobre sus primeras semanas fuera de la casa más famosa del país. Su presencia causaba furor y las propuestas laborales le llovían: debutó como actor e hizo su primera obra de teatro, también tuvo un programa de radio.
Y a fin de ese mismo año, su excompañera de reality Victoria Irouleguy lo invitó a que fueran juntos a un casting para la serie Señales, que se grababa en Estudios Pampa, desde donde se rodaba Casi Ángeles, a donde Rodrigo añoraba con ir a conocer a sus ídolos, de donde él quería ser parte. Fue seleccionado y la ficción se emitió por la TV Pública y Disney la vendió a Italia e Israel. Así comenzó su carrera internacional. “Ya había cumplido mi sueño”, resalta Fernández Rumi sin saber todavía todo lo que tenía por delante.
“Después me agarró la locura, y siempre fui muy inquieto. Nunca había trabajado de otra cosa, sentía que era medio inútil, y no sabía qué más podía hacer en Argentina”, dice el actor que entonces decidió viajar a Suiza a visitar a la familia de un amigo suyo de Victoria. Y lo que en principio iba a ser una estadía de un mes terminó durando medio año. La tía de su amigo puso un aviso en el diario en el que contaba que un joven estudiante buscaba trabajo. Y consiguió de inmediato: primero limpió el departamento de dos abuelitos “que para mí más que nada necesitaban compañía” -considera- y también ayudó a una mujer a embalar y desembalar cajas para una mudanza. Cobraba 25 dólares la hora.
Luego, le ofrecieron un trabajo en una granja: iba hasta allí en bicicleta, le daba de comer a los animales, limpiaba y acondicionaba las instalaciones. “Hice un montón de plata”, recuerda quien se compró un celular de última generación con aquellos ahorros. “Eso me demostró que no era inútil, que podía trabajar y ahorrar. Es que nunca había tenido un trabajo común, las presencias eran un robo”, se sincera quien para ese entonces tomaba la actuación como un pasatiempo.
En diciembre de ese mismo año regresó a Entre Ríos para pasar las fiestas en familia. Pero sabía que no se quedaría demasiado tiempo. Además, ya no tenía dudas de que quería triunfar como actor. ¿Y en dónde quería formarse? Nada más y nada menos que en Los Ángeles, la meca del cine. Sin dudarlo, Rodrigo sacó un pasaje y voló en febrero a la ciudad que lo albergó por los próximos tres años.
Llegó allí con una visa de turista y luego consiguió la extensión de talento extraordinario gracias a su paso por Gran Hermano. Sin embargo, no buscó trabajo como actor ya que para ello necesitaba la Green Card (tarjeta de residencia permanente de Estados Unidos). Sin embargo, aprovechó la oportunidad para tomar clases, hacer nuevos contactos y perfeccionarse. Algo que lo terminó ayudando en el futuro.
Mientras tanto, seguía juntando dinero en un bar ubicado en Studio City: comenzó limpiando la cocina y luego pasó al salón como mesero. “Fue la experiencia de mi vida, yo que soy re cholulo, conocí a un montón de celebridades”, destaca sobre los tres años que se desempeñó allí. Cuando su visa estaba por vencer, lo contactaron desde Disney Latinoamérica, les había quedado su perfil de cuando se había presentado a un casting para Topa y no quedó seleccionado. Esta vez lo buscaban para la serie Bía, en la que se destacó como el villano.
Grabó dos temporadas durante un año y en 2020, cuando estaban a punto de salir de gira por Latinoamérica, el mundo se cerró por la pandemia del coronavirus y sus proyectos se pusieron en pausa. Sin embargo, Rodrigo no se quedó quieto y encontró la forma de seguir activo: se convirtió en TikToker y hoy tiene casi un millón y medio de seguidores. Por caso, poco tiempo atrás se volvió viral al hacer un video de humor en el que aseguraba que Gran Hermano estaba “todo armado”, algo que desmintió luego en su aclaración.
Además, una empresa estadounidense le paga para contratar a otros influencers y personalidades de las redes sociales para hacer publicidades o la promoción de eventos, canciones y demás. Recientemente acaba de estrenar Lpop, serie que grabó en México y que protagoniza junto a Andrea de Alba y en la que interpreta a un cantante de reguetón.
¿Qué espera para su futuro? Desde Miami, donde se encuentra visitando a amigos, asegura que planea regresar a Victoria y quedarse a pasar las Fiestas y el verano junto a su familia, y en febrero o marzo del año que viene quiere regresar a Madrid, donde pasó tres meses este año, ya que apunta a conseguir un representante y poder trabajar como actor. “Allá hay muchas producciones, en Argentina hay menos producciones y también actores muy talentosos. Por eso siento que hay más oportunidades en España”, concluye Rodrigo Fernández Rumi, quien apuesta a seguir triunfando como actor internacional.

Infobae

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