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Tras el anuncio del Gobierno nacional de derogar por decreto el feriado del 27 de junio, que conmemora el Día del Trabajador Estatal, y la posterior resolución judicial que suspendió provisoriamente esa medida, desde la Asociación Trabajadores del Estado continúan señalando lo que consideran una embestida del Ejecutivo contra los empleados públicos.
Luciano Fernández, miembro de la Comisión Negociadora de ATE a nivel nacional, diálogo con Código Baires, y brindó no sólo analizó el contexto del decreto y su revés judicial, sino que trazó un diagnóstico político y económico sobre el gobierno de Javier Milei y su tratamiento del sector estatal.
“Lo primero que hay que caracterizar es que ese ‘sin filtro’ que definís es producto de la desesperación de un hombre que está al frente de un transbordador sin destino”, señaló Fernández, al ser consultado sobre las recientes declaraciones del Presidente, en las que volvió a cargar con dureza contra los empleados estatales. “El embate contra los empleados públicos en general, y particularmente los nacionales, para nosotros es una cortina de humo para poder esconder los yerros en la política económica, ni hablar en la política social del Gobierno de Javier Milei”, agregó.
Para el dirigente gremial, el Presidente intenta desviar la atención con discursos “circenses”, mientras la situación social y económica del país se agrava. “Buscando de manera circense él y su vocero generar una agenda que nada tiene que ver con el problema de los argentinos y argentinas”, dijo, y subrayó que esta actitud presidencial “está haciéndole un daño enorme a la investidura presidencial”.
Respecto al decreto que derogaba el feriado del Día del Trabajador Estatal, Fernández lo calificó como “un acto de comedia” y valoró la intervención judicial: “Afortunadamente, a partir de la rápida acción de nuestro secretario general, Rodolfo Aguiar, junto al equipo jurídico, al que quiero felicitar, encontró un límite en una jueza que dice: ‘establezcamos algunos límites para que nuestra sociedad siga siendo precisamente una sociedad, con convivencia y niveles de acuerdo’”.
El dirigente trazó también paralelismos históricos y políticos: “Germán Abdala, que fue el máximo dirigente de nuestro sindicato, decía: ‘cuando a Alchurrón —que era presidente de la Sociedad Rural— le va bien, es porque a mí me está yendo mal, por ende siempre tengo que estar enfrente’. Acá basta ver a quiénes les está yendo bien para saber que lo que Javier Milei había propuesto como una novedad está quedando en evidencia: es un bufón de la Corte de la AEA, de la UIA, de AmCham y de quienes en este país hace 200 años se vienen favoreciendo”.
Fernández aseguró que las políticas actuales implican “la muerte de las PyMEs, que son el principal empleador del país; la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo; la retracción del consumo popular, y lógicamente la desintegración social”. Y fue contundente al comparar a Milei con figuras de la infancia: “Ayer veía su acto en La Plata, y vi un tipo que hace chistes para que lo aplaudan. Me recuerda a esos compañeros de la primaria que se ridiculizaban para ser aceptados. Pero en este caso lo hace para ganarse el favor de los poderosos”.
Sobre los despidos en la administración pública, Fernández aseguró que se trata de un proceso arbitrario y sin planificación. “Nosotros tenemos una marca: los despidos arbitrarios e injustificados fueron 42 mil, y después se produjeron 5 mil renuncias producto de que se está pauperizando el salario”, detalló. Y remarcó: “Es de mal administrador. Este muchacho que lamentablemente llegó a ser Presidente lo único que demuestra es la incompetencia de quienes vienen del sector privado a intentar administrar lo público”.
En relación al respaldo electoral que Milei obtuvo entre trabajadores estatales, el dirigente reconoció que fue “multicausal”. Explicó que los déficits de las gestiones anteriores, como la de Alberto Fernández, fueron clave en ese desencanto: “En 2023 estábamos reclamando el pase a planta permanente de compañeros y compañeras con más de 10, 15 o 20 años como transitorios, y pedíamos que se compensara la pérdida de poder adquisitivo que había dejado el gobierno de Mauricio Macri. Pero eso no sucedió”.
“Seguramente todas esas cosas hicieron que laburantes que viven de su salario, y que tienen un compromiso con la política pública, creyeran que la alternativa era un outsider que no era un outsider: era un marginal que es empleado de los grupos económicos”, argumentó Fernández. Y agregó: “Nosotros tuvimos presidentes que buscaban ganarse el favor de los sectores populares. Milei, en cambio, es alguien que hace de bufón para ser aplaudido por los poderosos. Eso es una ofensa para toda la Nación y el conjunto del pueblo”.
Y ahí introdujo una comparación directa: “Para mí, outsider en términos de transgresión política fue Néstor Kirchner, que decidió romper con la inercia de la política y de los programas económicos a los que nos tenían sometidos los grandes grupos empresarios. Eso sí fue ir contra el poder real. Lo de Milei es apenas una puesta en escena al servicio de esos mismos intereses”.
Al referirse a las expectativas que aún pueda tener parte del funcionariado público sobre el Gobierno actual, fue claro: “No creo que nadie en su sano juicio esté evaluando darle una nueva oportunidad porque lo bueno esté por venir”. Aseguró que en muchos casos se trata de una aceptación resignada: “Los salarios no llegan a los 600 mil pesos, y en los grandes centros urbanos un alquiler ya te demanda el 70 u 80% del ingreso. A eso sumale hijos, actividades, pasajes, remedios, tarifas. Es la precariedad total”.
Fernández cerró con una reflexión sobre el rol del gremio y el necesario replanteo hacia el futuro: “Queremos discutir una nueva estatalidad, pero queremos estar en el centro de la escena, porque si no somos el pato de la boda. Las gestiones fracasan y los ñoquis terminamos siendo nosotros siempre”.
