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En una iniciativa sin precedentes, el Astillero Río Santiago (ARS) se embarca en la construcción de viviendas sociales mediante tecnología de impresión 3D, en colaboración con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Facundo Colavitte, ingeniero y Jefe del departamento de investigación y desarrollo del astillero, en diálogo con Después del Mediodía (fm 90.9), destacó la importancia de este proyecto, señalando que “es un hito importante para el astillero emprender este tipo de tareas, ya que la mayoría, a nivel mundial, están limitados a la construcción de barcos”.
Colavitte resaltó la relevancia tecnológica de la empresa al afirmar que “sólo en Europa y China se están fabricando este tipo de impresoras de viviendas, por lo que estaríamos en la cresta de la ola tecnológica”. Esta colaboración entre el ARS y la UNLP surge de una idea inicial entre un ingeniero y un miembro del sindicato a principios de 2020, cuando se comenzó a desarrollar el primer modelo de impresora 3D para viviendas.
El proyecto, que inicialmente se pensó para la construcción de viviendas sociales, también tiene en cuenta la reparación de buques. Según Colavitte, “no sólo se pensó para viviendas sino para reparación de los buques”, demostrando así la versatilidad y el potencial de esta tecnología.
La UNLP se sumó al proyecto a finales de 2020, con la propuesta de diseñar la mezcla para el mortero utilizado en la impresión 3D. “El tiempo de construcción depende del modelo de casa”, explicó Colavitte, agregando que “la de 70 mts2 lleva un estimado de 50 horas ininterrumpidas”.
Para comenzar la construcción, se requiere una “platea” de hormigón sobre la cual se monta la impresora 3D. Colavitte detalló que “previo a empezar la construcción se requiere una ‘platea’ de hormigón. La impresora se monta sobre unos rieles que van apoyados y corre sobre ellos, donde imprimirá la casa”. Este proceso, originalmente propuesto por la Facultad de Arquitectura, permite la impresión de las paredes externas e internas, dejando los espacios necesarios para puertas y ventanas.
Una vez completada la impresión, comienzan los trabajos de acabado, que incluyen la intervención de pintores, carpinteros, electricistas y demás especialistas. “Cada 50 horas comienzan los pintores, carpinteros, electricistas y todo lo necesario para terminar de vestir la casa”, explicó Colavitte.
La construcción se realiza de manera modular, lo que significa que las partes pueden ser desmontadas mediante tornillería. En cuanto a la finalización del proyecto, Colavitte señaló que “no hay fecha para la finalización, pero la facultad se puso como meta 3 meses para finalizar el proyecto”, mostrando así el compromiso de ambas instituciones con esta innovadora iniciativa.
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