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Boca y Racing tienen su propio clásico, sí, pero está claro que entre ellos existe una pica especial, una rivalidad que creció en los últimos años y que vuelve la semifinal de este domingo en uno de los partidos que más expectativas generan.
Hace al menos una década que los choques entre el Xeneize y la Academia se juegan con un plus. Esta vez, los equipos de Claudio Ubeda y Gustavo Costas -compañeros y luego técnico y jugador en Racing- se medirán a partido único por un lugar en la final del Clausura. Pero la chispa no viene de ahora. El punto de inflexión puede rastrearse el 18 de octubre de 2015 en Avellaneda, una noche que dejó marcas: Boca llegó para consagrarse, perdió 3 a 1, sufrió dos expulsiones y terminó golpeado, aunque se coronó una fecha más tarde. Desde entonces, quedó instalada una bronca que hizo que casi todos los partidos que siguieron se vivieran de manera especial.
Entre febrero y abril de 2016, protagonizaron una trilogía caliente: primero, Racing ganó 1-0 con un taco de Roger Martínez y esa derrota detonó la salida de Rodolfo Arruabarrena; luego, por la etapa de grupos de la Copa Libertadores, empataron 0 a 0 en la Bombonera en el debut de Guillermo Barros Schelotto; y en la vuelta, Boca ganó 1-0 con un gol agónico de Nicolás Lodeiro, que lo metió en octavos de final y dejó a Racing al borde de la eliminación, que finalmente se consumó en la jornada final.

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