Una de las caras de la crisis actual es el aumento del número de suidicios, tanto a nivel mundial como local. De hecho en 2024, por segundo año consecutivo, las defunciones por este motivo se consolidaron como la principal causa de muerte violenta en la ciudad de La Plata. En la Argentina, paralelamente, el número más alto de suicidios de la historia fue ese mismo año, con 4.249 casos. Si bien esta problemática afecta a todas las edades, crece preocupantemente entre adolescentes e incluso niños.
Por eso, con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio como excusa, rompemos el silencio respecto a una epidemia – compleja por ser multicausal – y que se aviva al calor de la desprotección del Gobierno nacional, la violencia social y en redes sociales y la falta de contención familiar.
“Estamos padeciendo un incremento de los suicidios en general; pero sobre todo, y mucho más marcadamente, en la población adolescente”, afirmó a este medio Daniel Levy, psicólogo y especialista en adolescentes, autor junto a Daniel Korinfeld de Autolesiones y situaciones de suicidio en adolescentes, entre muchas otras publicaciones. Al analizar los datos del 2023, el profesional advirtió que en el país “hubo 386 defunciones de adolescentes, estas muertes fueron por suicidio. Si segmentamos, nos vamos a encontrar que el grueso de estos chicos estaba entre los 15 y los 19 años. Entre ese margen fueron 324 los jóvenes que se suicidaron. Es decir, estamos con un suicidio o más de un suicidio de adolescentes por día y casi un suicidio diario de adolescentes entre 15 y 19 años en la Argentina”.
En este marco, Levy señaló que “la mayoría de estos suicidios lo cometen varones” y que “la mayor cantidad de intentos de suicidio lo cometen las mujeres”. Además reiteró respecto al desplazamiento en la edad de las víctimas: “Antes había en edades más adultas y más grandes y eso fue disminuyendo. Esa disminución hoy abarca también a espectros de la niñez. Tenemos suicidios de chicos entre 9 y 10 años. Algo bastante serio, complejo y dramático”.
El psicólogo vinculó esta situación una multicausalidad donde influyen, entre otros, factores sociales y económicos: “La situación del suicidio es compleja, multicausal; no está determinada solamente por una de las variables. Pero, obviamente, las poblaciones que sufren más ajustes, el impacto de las políticas económicas y una falta de garantía de derechos viven situaciones de mayor vulnerabilidad”.
A esto se suman, dijo, “la soledad, el individualismo y la dificultad de la convivencia en entornos institucionales o comunitarios”, así como “un mercado que tiene muy rehén a los chicos, en relación a determinados consumos, parámetros, nociones de éxito. Muy bombardeados a través de las redes con discursos que generan un caldo de cultivo donde nuestros adolescentes están con altos índices de padecimiento en la salud mental”.
Paralelamente, Levy cuestionó la falta de recursos en salud mental: “La Defensoría de Niñas y Niños y Adolescentes presentó un informe: en el año 2023 el gasto en salud mental solo fue del 4,1% del gasto total. Menos de la mitad que pide o que establece la Ley de Salud Mental; y para la población adolescente se destinó apenas el 0,4%. Con lo cual hay una falacia en la preocupación y los recursos destinados a esta situación”.
En ese sentido, subrayó: “A nivel nacional hay un desfinanciamiento general de las políticas preventivas y de atención primaria, así como todo lo que hace a la salud y a la salud mental. Hay un desmantelamiento de programas que contenían mucho a los adolescentes”.
En contraste, sostuvo que “en la provincia de Buenos Aires se siguen sosteniendo estos programas” y que “hay una intencionalidad de parte del Gobierno, a través del Ministerio de Salud y del Ministerio de Educación, de hacer visible esta problemática y tener alguna política más activa. A veces no alcanza, pero hay otra predisposición y otro discurso que emerge de las políticas públicas”.
El especialista también apuntó al rol de las redes sociales y los discursos de odio: “Cuando hay una situación de exclusión, cancelación, segregación a partir de las redes, esto afecta y sensibiliza muchísimo a quien queda por fuera de ese entorno. Máxime si se publican imágenes, comentarios que no fueron consentidos, y el adolescente se ve expuesto al comentario generalizado, la vergüenza y demás. Todo esto funciona como elementos que dañan a los jóvenes en su integridad y su autoestima”.
Por último, el psicólogo, docente e investigador remarcó que la visibilización y abordaje comunitario de problema es clave: “Me parece que hay que elaborar respuestas sociales, comunitarias e institucionales y de acercamiento para esta población joven; a los que se les hace muy difícil construir su futuro, y este futuro muchas veces aparece como muy borroneado en el horizonte”.
Y concluyó: “Es importante trabajar, multidisciplinariamente, dentro de todos los contextos donde se producen situaciones de adolescentes que están en este momento atravesando momentos difíciles. Sin estigmatizar, problematizando algo que es propio de lo social y buscando la resolución también dentro de la comunidad, no solamente pensando exclusivamente desde una patología”.
Un informe sobre el Gran La Plata que alarma
Por segundo año consecutivo, el suicidio se mantiene como la principal causa de muerte violenta en el Gran La Plata. Durante 2024 se registraron 93 casos en La Plata, Berisso y Ensenada, cifra que supera a las muertes por accidentes viales (62) y a los homicidios (33). El relevamiento realizado por los periodistas Fernando Tocho y Marcela Ojea detalla que 71 suicidios ocurrieron en La Plata, 13 en Berisso y 9 en Ensenada, en su mayoría en Punta Lara.
En cuanto al perfil de las víctimas, 59 eran hombres, 15 mujeres y 1 persona trans, mientras que 18 no fueron informados. Cinco eran adolescentes menores de 18 años, 36 jóvenes y adultos entre 19 y 40 años, 24 adultos entre 41 y 65 años y siete mayores de 65 años. Los métodos más frecuentes fueron ahorcamientos (29 casos), saltos al vacío (12) y armas de fuego (12). Septiembre fue el mes más crítico con 20 suicidios.
A nivel nacional la tendencia es aún más preocupante: en 2024 se registraron 4.249 suicidios, el número más alto de la historia, equivalente a una muerte cada dos horas. Los especialistas advierten que detrás de cada suicidio consumado hay al menos tres intentos fallidos, lo que dimensiona la magnitud del problema.
Recursos de asistencia
Si vos o alguien que conocés está atravesando una situación de crisis emocional o ideas de suicidio, podés pedir ayuda:
- Línea 135 (CABA y Gran Buenos Aires) – Atención gratuita y confidencial, las 24 horas.
- 011-5275-1135 (desde cualquier lugar del país).
- Línea 0800-999-0091 del Ministerio de Salud de la Nación.
También podés acercarte al hospital o centro de salud más cercano.
