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La ciudad de La Plata sufre desde hace años serios problemas de tránsito y transporte, debido a su crecimiento y a la falta de planificación de los servicios. En su columna Cuadros Técnicos del programa Código Baires, Leo Di Lorenzo advirtió sobre el colapso en los accesos, el tráfico y la saturación del estacionamiento; ,al tiempo que aseguró que, más allá de algunos avances, el modelo actual no responde a las necesidades de movilidad cotidiana.
“En las vacaciones de invierno pude ingresar a la ciudad de una forma hermosa, en horario y sin problemas para estacionar. Había creído esa utopía, pero hoy se cayó toda la ilusión que tenía de que se había acomodado algo”, comenzó lamentándose Di Lorenzo; y describió que el tiempo de demora habitual volvió a ser el mismo: “Tardé, como siempre, 9 o 10 minutos en la autopista, pero los ingresos y salidas están complicados”.
Asimismo, recordó experiencias frustradas, como el fallido proyecto de la estación de transbordo en la República de los Niños, que en 2011 funcionó apenas tres meses; y una propuesta inspirada en CABA que nunca prosperó: limitar el ingreso de autos por patente según el día de la semana.
“Eso habría reducido un 50% el parque automotor”, sostuvo, y anadió que actualmente ingresan unos 30.000 vehículos por día a la ciudad.
La situación del estacionamiento fue otro de los focos de su análisis. Señaló que el aumento constante de tarifas busca desalentar el uso del auto particular “a través del bolsillo”: “Hoy estamos pagando 500 pesos la hora en el horario pico, de 10 a 14, y 300 pesos en el resto del día”.
Pero más allá del estacionamiento, Di Lorenzo remarcó la ausencia de un enfoque integral para fomentar el uso combinado de medios de transporte: “Como en todas las ciudades del mundo, la gente debería empezar a usar dos transportes diferentes”.
En ese sentido, destacó el potencial que tiene La Plata para el uso de bicicletas, aunque advirtió que “faltan controles para que las bicisendas sean más seguras”. Pero subrayó que “el secreto de todo ingreso a una ciudad como la nuestra es el transporte público”.
Respecto al sistema de colectivos, anticipó que “en diciembre se vence el contrato actual” y expresó su deseo de que no se renueve en los mismos términos. “Ese contrato se viene renovando hace años, sin modificaciones. Pero la ciudad fue creciendo, y hay zonas como Sicardi, por ejemplo, que en los últimos 15 años se desarrollaron muchísimo y hoy tienen una sola vía de acceso, como calle 7”, explicó.
Mientras que enumeró las pocas alternativas disponibles para ingresar a la ciudad desde distintos puntos: “Si vengo de Berisso, tengo la 60; de Ensenada, la 32; de zona norte, la autopista, el Belgrano o el Centenario; del oeste o sur, la 520, que está llena de camiones, o la 44, donde se mejoró con la onda verde. También están la 66 y la 90, como alternativas”.
Más tarde, el columnista consideró que “el trabajo en conjunto entre el área de transporte y la obra pública municipal” es clave para encarar transformaciones de fondo, y reclamó un cambio de mirada.
“Tenemos que entender que cuando hablamos de infraestructura municipal no solo hablamos de agua y cloacas. El transporte público también es un servicio básico, como la salud y la educación”, dijo.
En ese marco, pidió una planificación transversal: “Si renuevo un contrato de transporte, tengo que saber dónde está la escuela, dónde vive la mayoría de la gente, tengo que analizar los datos de los censos”. Y criticó que las decisiones se tomen sin una mirada integral de largo plazo.
Por último, se refirió al concepto que sostiene la actual gestión municipal a cargo de Julio Alak: “El intendente dice algo que me gusta, que es que están trabajando para la ciudad del Bicentenario. En sus proyectos menciona la ampliación de la avenida 137 como segundo cordón urbano, con el posible rescate del viejo trazado del tren que corría por la rambla entre la 31 y la 131″.
