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Historias de vida

¿Qué es de la vida de Javier Castrilli? Trabaja en Chile y le pega a “la casta del fútbol”

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Cumplió 68 años y vive en Chile donde imparte conocimientos arbitrales, en la capacitación. El árbitro de primera entre 1991 y 1998 que apareció en tiempos del Telebeam (medición del recordado ciclo Fútbol de Primera, con Macaya y Araujo) apenas un brote de la tecnología que con el tiempo aprobó la FIFA.  Viudo del segundo matrimonio desde 2015, Castrilli suele tomar las redes sociales donde, a lo “Sheriff”, ahora las tarjetas que saca con dureza son las opiniones sobre el presente del fútbol profesional y los fallos. En X (ex Twitter) hizo su alusión concreta con el nombre de un partido político: “La Libertad debería «avanzar» sobre la «casta futbolera» de la Asociación del Futbol Argentino… Si las AUTORIDADES FUERAN ELEGIDAS POR LOS SOCIOS EMPADRONADOS EN CADA CLUB… QUÉ DISTINTO Y AUTÉNTICAMENTE DEMOCRÁTICO SERÍA TODO… NO..??? @JMilei”, escribió.

Para la entrevista pidió un tiempo de espera. En uno de los intentos de este periodista advirtió que su perro se estaba muriendo; días después, atendió, ya con el final consumado de su amado ser. De fondo, los sonidos de un aeropuerto, en uno de sus vuelos entre Argentina y Chile, país que le abrió las puertas para trabajar en fútbol. A tono con el Presidente de nuestro país (del mismo nombre) se enoja y pega con posteos digitales. En el caso del “Sheriff”, haciendo alusión indirecta a Milei para “la casta futbolera”, tal cual denominó a la conducción actual del fútbol.

Castrilli, firme en sus convicciones

—¿Está viviendo en la Argentina y trabaja en Chile?
—Así es, estoy viviendo en el país y trabajando para ANFA (Asociación Nacional del Fútbol Amateur), la otra parte de la Federación Chilena de Fútbol.

Sus palabras son elegidas con tranquilidad, pausadamente, en un tono de atención. Lejos de la fuerza o el tono vehemente con que escribe.
Por otro lado, dice estar satisfecho por el camino que eligieron sus tres hijos; los dos mayores en el primer matrimonio, y el más chico de 27 años que “estudia para piloto comercial, Agustín Castrilli nació el día de mi retiro como árbitro”. Su segunda esposa falleció hace diez años.

Con el presidente de ANFA, Justo Alvarez

La tarde en que debutó en Primera el fútbol empezó a tener el sistema de dos torneos cortos, y fue designado por primera vez al estadio de 1 y 57, en Estudiantes de La Plata y Deportivo Español. El 31 de marzo ganó el Pincha 3 a 1 con tres de Lorenzo Saez, poniendo la expectativa visitante un tanto de “Pepe” Albornoz. En la misma cancha de tablones protagonizó un partido donde su apego estricto a la letra del Reglamento lo llevó a adicionar 18 minutos por los que trepados al alambrado demoraron la ejecución de un penal y por las expulsiones de Leonardo Ramos, Marcelo Escudero y Ariel Ortega. Otra vez se fue ganador el Albirrojo, con dos goles de Silvano Maciel y uno de Martín Palermo, descontando Enzo Francescoli.

Castrilli de cara a la tribuna de calle 55

Cuando empezó en la máxima categoría era residente en La Paternal. Pero antes hay un Castrilli en Vicente López, donde su padre era docente de escuela secundaria.
Precisamente a él le tocó dirigir partidos, en período de aprendizaje, en el Colegio Ragio (Libertador y General Paz), en la Escuela Técnica de Vicente López y en los torneos internos para jóvenes en GEBA, al tiempo que hacía el curso en AFA, en 1978. La primera presentación fue en la Primera D, en 1980.
Dirigió partidos de Cambaceres con un antecedente sobre los penales que iban a ser numerosos en su carrera. En 1986 le dio un penal a Cambaceres, en cancha de Almagro, convertido por Marcelo Gutiérrez para sellar la victoria 2-1 en Primera C.

Gol de Camba en el ’86, con penal otorgado por Castrilli (Foto: gentileza Juanchi Guerra)

—¿A cuántos futbolistas recuerda de aquel debut en La Plata?
—Trotta, Mc Allister, en Estudiantes y el arquero de Español era Catalano.

El primer hecho drástico sucedió en el estadio Monumental, muy cerca de donde se había criado. En el primer tiempo echó a cuatro jugadores hombres a River, y a su director técnico Passarella. Newell’s (en busca del pelotón de arriba igual que el local) después fue una tromba: goleó 5-0. Y en el futuro, campeón. Javier recordó que en la tribuna esa tarde de tantos insultos tenía a su madre, a una tía y a su mujer con los hijos.

Oscar Acosta se lamenta y Gordillo (3) en aquel River-Newell’s

—¿De qué trabaja en sus inicios?
—Fui ferroviario once años, en venta de pasajes de anticipado, en la calle Florida. Mi padre era docente en escuelas secundarias. Y tuve mi etapa de profesor en una Escuela de Periodismo Deportivo (de Los Dos Congresos, en Palermo) y en una Escuela de Directores Técnicos en Quilmes.

—¿Fue difícil llegar a Primera?
—El árbitro, a medida que va avanzando, siempre va teniendo una primera vez… Uno se va dando cuenta en los primeros pasos si está capacitado para ejercer la actividad.

Así lo interceptó el padre de Navarro Montoya, en un aeropuerto

—Y los nervios deben ser reales…
—El árbitro está inmerso en un clima de ansiedad. Es un proceso interno, todo depende de cómo vaya elaborando la previa.

Para bajar la ansiedad —que reconocía tenerlas— viajaba a la cancha concentrado en sus Walkman, escuchando un tango y algún colega lo apodó Gardel.
En una reciente charla para una sección especial “Silbato Dorado”, de la empresa de artículos para árbitros Referee Store, el tributo a Javier Alberto Castrilli nos devolvió a la reflexión porque aquel tiempo en que asomó el “Sheriff” empezó a ser un punto de partida para magnificar los errores y los aciertos arbitrales a partir de la TV.

Suspendido en Central. Javier le muestra un cascote al DT Russo

Entonces, su figura fue juzgada desde la prensa y en el tablón como pocas veces sucederá. Fue el espectáculo y sus dimes y diretes, en una década del ‘90 en que muchos planteles, con sus caudillos, creían que podían faltarle el respeto al referí.
dejó a Talleres con 7 hombres, en Córdoba, peleando el descenso, en una Copa de Verano el Independiente de Marchetta se retiró de la cancha y en un Vélez 5 Boca 1, la roja fue para Maradona, sin miramientos.
Empezó a ser reconocido por la calle, donde no mostraba el gesto serio y de pocos amigos que se veía en la TV ó en las fotos de diarios y revistas.

Cagna, Islas y Perico se quieren comer a Castrilli

Atravesó un tiempo con más excesos y sin VAR, con su línea apegada a las reglas. Muchas decisiones fueron inobjetables, pero el tema fue la forma en que lo hacía. Entonces, había generado un terremoto en su propio ámbito laboral, donde se diferenciaron los “duros” (Castrilli) de los “blandos” (Lamolina), división que era desmentida públicamente, pero realmente existía puertas adentro, en los grupos que entrenaban en diferentes espacios.
Quiso erradicar los “vicios” de los comportamientos humanos y le aconsejaron que dejara el perfil de robot frío.

Revista El Gráfico. Informe especial por los “estilos”

El nivel internacional lo tuvo en rendimientos óptimos durante el Mundial Sub 20 de Qatar y en la Copa América de Uruguay, competencias de 1995. Sin embargo, le quedó la espina por no ser designado para los Juegos Olimpicos de Atlanta ’96.
El destino le puso una Copa del Mundo cuando FIFA bajó la edad de 40 a 45 (tope) y además buscaba el mejor estado atlético. Castrilli viajó con 41 años a Francia, donde jugó dos partidos. En octavos, Croacia – Rumania, sancionó un penal que dejó alguna duda y que Davor Suker tuvo que ejecutar dos veces. Fue gol y clasificación posterior.


Tras la Copa del Mundo, en septiembre salió por última vez en un partido de la AFA. Luego, acudió a cuanto llamado solidario hubiera, para estar cerca, especialmente de los niños y los adolescentes.
En 1998 fue elegido como el mejor árbitro, con la distinción de los premios Olimpia, en votaciones de los periodistas especializados. Aquí, el detalle publicado por la revista El Gráfico.

En 2011 incursionó en política, siendo precandidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Más tarde, trabajó en una comisión bonaerense de Espectáculos Deportivos.
En su última aparición pública en el país, el Gobierno de la Ciudad lo convocó para su condecoración como “Personalidad destacada en el ámbito del deporte”. Allí, dejó una de sus frases contundentes: “El árbitro comete delitos, no haciendo o haciendo de más”.
Su vida sigue un rumbo donde exalta la justicia. En uno de sus últimos posteos este mes de julio, escribió “La lucha contra la corrupción nunca perderá vigencia. Por un arbitraje transparente y sin mercenarios corruptos…” publicando la carta que envió al presidentede la Comisión Profesional de árbitros chilena, donde denunció unas boletas truchas.

Castrilli no perdió la línea. Sigue atento al fútbol, marcando errores, y sin tarjetas, cada fin de semana, al ritmo de los errores y de las imagenes de VAR que no existían en su época, “tarjetea”. “La responsabilidad excede al supuesto árbitro denominado Baliño”, lo sacó de las casillas no hace mucho. “Lobo Medina fue el supuesto árbitro y su cómplice José Carreras fue el VAR… ambos secuencias de los beliboy’s, permitieron esta atrocidad contra…” Y así seguirá, fiel a su estilo, al “Castrillismo”.

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