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Con la mirada puesta en las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, el consultor político Santiago Giorgetta analizó el panorama electoral actual y aseguró que “cada día falta menos” para un proceso que, según advirtió, “va a entrar en una vorágine difícil de predecir”. En diálogo con Código Baires, el titular de Proyección Consultores destacó la tensión creciente en el oficialismo nacional y los desafíos que enfrenta La Libertad Avanza para sostener su hegemonía en la agenda política.
Según Giorgetta, el gobierno de Javier Milei se encuentra “desbordado” y con una pérdida notable de control sobre la discusión pública. “Hoy no controla lo que pasa. Perdió muy fuerte el control de la agenda, que se la impuso claramente el poder judicial”, señaló, y remarcó que “el escenario electoral que ellos habían pensado cambió completamente: Cristina ya no va a poder ser parte”. En ese contexto, consideró que la situación en territorio bonaerense sigue siendo competitiva. “A priori, uno puede entender que el gobierno no está mal, pero el peronismo tampoco. La elección va a ser peleada, no hay una diferencia amplia para La Libertad Avanza”, analizó.
Uno de los principales factores que alteraron el equilibrio fue la sentencia judicial contra la expresidenta Cristina Kirchner. Para Giorgetta, esto “unificó la base electoral del peronismo”, que antes se mostraba fragmentada. “Hoy hay unidad, y unidad además en una sola dirección: unidad para defender a la figura de Cristina”, explicó. Esa cohesión de base, según su análisis, puede contagiar a la dirigencia: “Si la unidad de base se transforma en bandera para la unidad dirigencial y para la propuesta electoral, el gobierno va a estar en terreno pantanoso”.
Al ser consultado por el rol de los partidos que quedaron marginados de la polarización entre el oficialismo y el peronismo, Giorgetta no dudó: “El PRO sin duda va a terminar jugando con La Libertad Avanza”. Sin embargo, relativizó la potencia de esa alianza: “No es lineal la sumatoria de lo que cada uno tiene como intención de voto. Cuando hay unidad entre LLA y el PRO, ahí el radicalismo crece”. Según sus encuestas, esa combinación puede generar un fenómeno inverso en sectores moderados del electorado: “Lo que le pasó al PRO en CABA con la candidatura de Larreta puede pasarle a Milei en Provincia. Algunos que antes se identificaban con el PRO ahora se sienten más cómodos votando a la UCR”.
En cuanto a la motivación del electorado, Giorgetta advirtió que “va a haber mucha más motivación para votar para que no gane Milei que para que no gane el peronismo”. En esa línea, señaló que el rechazo al presidente puede funcionar como motor para el electorado bonaerense, donde el peronismo conserva “otro sentido”.
También se refirió a la figura del gobernador Axel Kicillof, a quien definió con una imagen “estable” en medio de un contexto nacional adverso. Aunque reconoció que la gestión provincial “sufrió una pequeña merma”, consideró que esto también le ocurre a los intendentes de todas las fuerzas, ante la dificultad de mostrar quién toma realmente las decisiones. “Hay un trabajo para hacer por parte de jefes comunales y del gobernador para empezar a marcar de forma más didáctica cuáles son las obras que no se están haciendo y por qué”, remarcó.
En ese sentido, analizó el caso de Bahía Blanca y el veto presidencial a la asistencia económica tras el temporal: “El presidente veta la ayuda de 200 mil millones de pesos y el intendente Susbielles dice que todavía quiere hablar con Milei. Yo, si me tomara un café con Susbielles, le diría que refuerce ese 35% con el que ganó y no que busque alinearse con Milei, porque su base electoral no lo va a acompañar”.
Sobre el desdoblamiento electoral en la provincia, Giorgetta consideró que si bien puede generar algo de confusión, “abre una posibilidad para que en las secciones donde antes el peronismo no podía hacer buenos resultados, hoy pueda hacerlo”. En ese marco, planteó que “con una base electoral sólida y unificada, en contra de núcleos duros cortos y desmovilizados, el peronismo puede pelear de igual a igual en lugares donde no suele pelear”.
Finalmente, advirtió sobre una de las principales preocupaciones de cara al 7 de septiembre: la baja participación. “El desencantado de Milei probablemente no vaya a votar. No se siente representado por ninguna fuerza y desestima el proceso electoral”, afirmó. Según sus estimaciones, el promedio de participación en las últimas elecciones provinciales fue del 55%. “Veremos si en la provincia de Buenos Aires esa lógica cambia, porque es el último bastión potente del peronismo”, concluyó.
