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Un joven platense egresado de la Escuela de Educación Secundaria Técnica n°6 “Albert Thomas” fue seleccionado para participar del prestigioso programa United Space School, de la NASA, un proyecto internacional cuyo objetivo es planificar una misión tripulada a Marte. Valentín Poggio, flamante Técnico en Electrónica, representará a Argentina en Texas este julio. En 2023, habían sido convocados dos alumnos de la UNLP.
En diálogo con Radio La Plata 90.9 FM, Poggio, quien actualmente se encuentra cursando el ingreso a la Licenciatura en Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), contó cómo quedó seleccionado, de qué trata la iniciativa que hará que se codee con los científicos espaciales más destacados del mundo y sus expectativas. Y, si bien lamentó el desfinanciamiento del gobierno de Javier Milei a la Ciencia y la Tecnología nacional, destacó la fortaleza de los profesionales argentinos.
“El programa United Space School, es una competencia de la NASA, que se hace todos los años en algunos países, en la que se seleccionan dos estudiantes de cada uno para ir 15 días a Texas, al Centro Espacial de Houston. Allí, planificaremos una hipotética misión tripulada a Marte, acompañados por especialistas e ingenieros”, comenzó explicando este joven de 19 años, que aunque oriundo de Villa del Plata (Ensenada), elige presentarse como platense.
Y continuó: “Este año fui elegido, junto a una chica de Mendoza. El proceso de selección duró desde septiembre hasta el jueves pasado y constó de varias etapas. En principio tuvimos que mandar currículum, cartas de recomendación. En una segunda etapa, hicimos llegar vídeos hablando sobre qué nos gusta de la Ciencia Espacial, de la NASA. Para la última etapa, remitimos una propuesta hecha por nosotros para algunos de los equipos del programa”.
Los aspirantes a formar parte del programa United Space School deben elegir entre distintos equipos, identificados por colores, que se ocuparían de las tareas necesarias para poner a punto una misión tripulada por humanos que arribe y se instale en el planeta rojo.
“Por ejemplo, si vos te sumaste al equipo verde, vas a tener que trabajar en el entorno en el que van a vivir los astronautas una vez que estén en Marte. Vas a tener que laburar en cómo se moverían en la atmósfera, en un entorno en el que se pueda respirar. El bordó trabaja en el sistema de aterrizaje y en el transporte en el planeta”, detalló Poggio; quien advirtió que en su caso eligió el equipo rojo, encargado de diseñar y realizar el cohete y su ruta de viaje.
“Para esa propuesta tuvimos que diseñar nuestra propia nave y trayectoria y poner a prueba los conocimientos que tenemos de Ciencias Espaciales e Ingeniería. En base a eso se nos seleccionó”, remarcó.
En este marco, el joven destacó la importancia de su formación dentro de la histórica escuela “Albert Thomas”, emblema de la educación industrial estatal de la ciudad de La Plata, a lo que sumó su pasión por el espacio exterior, las estrellas, la Física y las matemáticas.
“Elegí el equipo rojo porque era con el que tenía más afinidad respecto a lo que ya sabía. Escribí la propuesta del cohete que usaría, la ruta, el trayecto que haría, y para ello apliqué lo que aprendí, un poco dentro del propio proceso de selección y otro por mi conocimiento de Ciencias Espaciales en general. Pero claro que me sirvió bastante el conocimiento de Electrónica y de Ingeniería que me dió la Escuela”, detalló Poggio.
Y paralelamente, subrayó su amor por el espacio: “Desde que mis papás a los 7 años me regalaron un telescopio me emocioné con el tema, aprendí a reconocer constelaciones y ubicar planetas. Pero también estuve muy cerca de estudiar Ingeniería electrónica, porque la tecnicatura la disfruté mucho. De todos modos, sé que lo que quiero hacer es Física. El programa presentaba un atractivo genial, porque era la combinación de todo esto, en una misión al espacio”.
Y sumó: “Las expectativas que tengo en el programa son altas, son dos semanas en la NASA, en Estados Unidos. Me gusta mucho la idea de poder charlar con expertos de los campos que quiero estudiar a futuro, ver qué están pensando, en qué se ocupan sus cabezas. Me parece una chance espectacular”.
“Dentro de 10 años me veo como Físico, tal vez trabajando como investigador, en tecnología, análisis de datos, de energías renovables. Aunque las finanzas me gustan bastante también, es algo que ahora está de moda. Pero esto de la NASA me hace pensar que hay mucho más que se puede hacer. No tengo bien claro qué querría hacer en el futuro, pero sí sé que será algo que me requiera pensar, resolver problemas, que tenga mucha matemática”, siguió.
En estos tiempos, donde el Gobierno nacional apuesta a la desinversión y el cierre de programas de Ciencia y Tecnología aplicada y al recorte de recursos a la educación pública, cabe destacar que este joven egresó de un emblema de la educación industrial del país. El “Thomas” o simplemente “el Industrial”, una institución platense, centenaria, concebida en 1910 junto a un ramillete de escuelas nacionales industriales en toda Argentina, para fomentar la formación de técnicos especializados. La escuela ahora depende del Gobierno bonaerense, pero tiene un fuerte apoyo de instituciones como el CONICET y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
“En la región, Argentina es, sin duda, pionera en las Ciencias Espaciales. Cada uno pensará lo que quiera del Gobierno nacional, pero es indudable que es una lástima que muchos de los proyectos se hayan detenido, como el Tronador que se desarrollaba bajo la responsabilidad de la CONAE. En ese sentido tengo mi opinión bastante marcada. Sé que hay un millón de cosas que demandan recursos, pero me parece que construir algo tan importante para la soberanía no eran fondos mal usados. Así que los recortes en ciencias me parecen lamentables. De todos modos, es imposible frenar el avance de la ciencia y de la tecnología que se da en Argentina gracias a la gente que hay”, concluyó.