A fines de junio pasado cerró Pianelli Bicicletas, un negocio que funcionó por más de 30 años y abrió sus puertas en distintas partes de La Plata. Lo que arrancó como una aventura juvenil terminó impactando en varias generaciones y hoy Juan Pablo Konowal, su dueño, decidió bajar las persianas de forma permanente para encarar nuevos proyectos.
En el siglo pasado, dos hombres unieron sus apellidos (Piaggi y Gianelli) e iniciaron un comercio de reparación y venta de bicicletas en 7, entre 37 y Plaza Olazábal. Allí, hace 33 años, llegó Juan Pablo para comenzar a trabajar en el taller, dedicándose a la reparación de los rodados.
Por el motivo de que la familia de los pioneros no podía sostener más el emprendimiento, fue que Konowal se decidió, junto a sus más cercanos, a comprar el fondo de comercio. Así fue como arrancó la nueva etapa de Pianelli. “En 1992 compramos el fondo de comercio y en 2001 nos mudamos a 32 entre 8 y 9”, dijo en diálogo con un portal local de noticias, y luego agregó que “en 2014 abrimos en Tolosa, en 7 entre 530 y 531, y mantuvimos abierto hasta el último 30 de junio de 2024”.
El local cerró sus puertas el último 30 de junio. Atendió en distintas zonas de La Plata.
Con el tiempo, Pianelli se acomodó entre las grandes bicicleterías de la ciudad y se adaptó a las nuevas tecnologías, con mucha actividad en las redes sociales y hasta con una web propia. Sin embargo, lo que más destacó Juan Pablo fue el lazo que se generó con sus clientes: “Siempre vinieron familias a comprarles las primeras bicicletas a los hijos más chicos, y lo que más nos conmovía era cuando volvían esos chicos, muchos años después, con sus propios hijos para comprarles también una bicicleta. Eso siempre nos llamó mucho la atención y es un orgullo para nosotros haber acompañado a esas generaciones”.
Juan Pablo Konowal llegó en 1991 a Pianelli Bicicletas para trabajar en el taller.
Respecto al motivo del cierre, en este caso nada tiene que ver la merma en las ventas, los tarifazos o el costo del alquiler: “Pianelli fue un proyecto juvenil que se extendió por mucho tiempo. Ahora, con 53 años, quiero poder compartir esa experiencia desde otro lado”, dijo Juan Pablo.
Por último, aclaró que no existieron ofertas especiales para el cierre o promociones. “No me atrajo el tema de la liquidación. Como sabíamos que íbamos a cerrar, vine controlando el stock y no quedó prácticamente nada… algo tengo, pero no me desespera tampoco vender. Este cierre es algo emotivo para nosotros y, por eso, no queríamos que llegue la gente desesperada a llevarse todo”, cerró.
La histórica bicicletería cerrará sus puertas tras más de tres décadas de historia.
Pianelli sigue funcionando en redes sociales para estar a disposición de los clientes y derivarlos en caso de que necesiten alguna reparación o recomendación. Juan Pablo se toma este cierre de ciclo con emoción, alegría y muy entusiasmado por lo que viene.
