Tras la declaración de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) dirigida al gobierno de Javier Milei solicitando que se restablezca el normal suministro de alimentos a comedores y resaltando que “la comida no puede ser una variable de ajuste” el Arzobispo Gabriel Mestre coincidió con el planteo y destacó la necesidad de buscar soluciones sin interrumpir la alimentación de los más vulnerables. En diálogo con un portal local de noticias, Mestre destacó la labor de los comedores, lamentó el accionar de la ministra de Capital Humano y alertó sobre cómo repercute el ajuste en La Plata, donde existe un sector “conurbanizado”.
En los últimos días se incrementó el reclamo por la falta de suministro de alimentos a comedores, en un contexto de fuerte ajuste que hace que crezca la demanda. Si bien el gobierno no informó el motivo por el cual las raciones menguaron, es sabida su postura respecto de los dirigentes sociales que administran los comedores y planes sociales, a quienes con frecuencia acusan de desviar el dinero para beneficio personal. En ese contexto, las restricciones de partidas alimentarias estarían vinculadas a terminar con esa práctica.
“El dinero que el Estado pone para cualquier obra, en este caso para alimentación, debe ser auditado”, coincide Mestre. “La plata tiene que ir adonde corresponde porque si no eso es corrupción y debe penalizarse”, agrega. A su vez, en línea con el documento de la Conferencia Episcopal Argentina, el arzobispo destaca que ese control debe hacerse sin interrumpir la provisión. “Que la auditoría se haga sin cortar el suministro en los lugares que cumplen, que son la mayoría”, pidió Mestre.
Tras agregar que tanto la iglesia católica como otras y las ONGs trabajan desde hace años en este ámbito, el arzobispo agregó que, por el tamaño de su labor “el Estado debería estar agradecido porque es una tarea subsidiaria que le correspondería cubrir y que la iglesia católica, las otras Iglesias y muchas ONGs cubren con claridad.
Tras la declaración de la CEA, el arzobispo Gabriel Mestre afirmó que “el Estado debería agradecer la labor de los comedores”.
Consultado acerca de si cree que el gobierno nacional está abierto a atender al pedido de la CEA, Mestre respondió: “Espero que sí, sobre todo viniendo de la Iglesia, que no está en un juego político partidario que a veces puede complicar el terreno en algunos puntos”. “La iglesia no se expresa como un actor político más sino mirando la realidad de los más empobrecidos. Espero que escuche este llamado y pueda haber canales de diálogo que permitan la perspectiva comunitaria de nuestro pueblo sencillo que, muchas veces, sabe organizarse”, agregó.
El corte en el suministro de alimentos afectó a comedores de la iglesia católica de todo el país, “a algunos más y a otros menos”, explicó Mestre. Tras aclarar que “hay programas y compromisos asumidos” y que “el comedor de Cáritas es auditado por el Estado”, el arzobispo agregó que ya han tenido dificultades de este tipo en el contexto de la Navidad de 2023.
“Ahora se empieza a complicar porque la inflación no se ha podido frenar todavía”, agregó Mestre, quien expresó una especial preocupación por los niños, adolescentes y adultos mayores pero sobre todo en los más pequeños, por las graves consecuencias para su desarrollo que trae aparejadas una nutrición deficiente.
La semana pasada la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, afirmó que no iba a hablar con intermediarios y solo recibiría a personas con sus reclamos puntuales. En la mañana de este lunes, tras formarse extensas filas que bordeaban el Ministerio de Capital Humano, se supo finalmente que la ministra no recibirá a los reclamantes.
“La Plata tiene una zona muy conurbarnizada, particularmente en sus alrededores”, afirmó Mestre.
“No me parece positivo”, opinó Mestre respecto del tema. “Uno puede atribuirlo a la falta de experiencia pero deberían tener muchísimo cuidado con estos aspectos”, agregó. Tras volver a recalcar que coincide con que es necesario auditar la intermediación de la entrega de alimentos, el arzobispo apeló a que haya diálogo entre el Estado y los intermediarios que cumplen para que la ayuda llegue “y no hacer estas cosas que terminan siendo una paparruchada y ahora la gente está ahí esperando”.
En su declaración dirigida al gobierno, la CEA afirmó que en el último tiempo creció la cantidad de solicitantes en los comedores, en simultaneo con la caída de los suministros, lo cual torna la situación muy preocupante. En la ciudad, el arzobispo confirma que se refleja la misma situación: “La Plata tiene una zona muy conurbarnizada, particularmente en sus alrededores”, afirmó Mestre.
“En diálogo con el director de Cáritas y con los equipos, y viendo también la realidad concreta de las personas, uno percibe con claridad cómo este tema realmente está presente. Cualquier recorrida permite percibir que lo que se describe en esta declaración de la Conferencia Episcopal también pasa en La Plata”, cerró el arzobispo.
