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El dueño de Vinito rompió el silencio y dio una versión muy distinta de la conocida sobre el sorpresivo cierre

Asegura que el local de Barrio Hipódromo tenía problemas económicos pese a estar lleno casi todas las noches. Además, desmiente que haya sido sin previo aviso.

El restaurante “Vinito: chinchineo y platitos” anunció esta semana que cerrará sus puertas. La decisión tomó por sorpresa a los fieles seguidores del local gastronómico ubicado en diagonal 74 entre 115 y 116, en el corazón de Barrio Hipódromo.
Tal como informó un portal local de noticias, el cierre se conoció a través de un posteo de su chef, Verónica Casinelli, la cara visible del lugar. “Con mucho dolor tengo que informar que el propietario de Vinito, decidió de manera abrupta y sin previo aviso, cerrar”, informó la chef del local en la cuenta de Instagram de la firma y agregó que la decisión “deja sin trabajo a 13 personas y sin instancia previa de diálogo”.
A raíz de la repercusión que tuvo la noticia, el otro socio de Vinito, Alejandro Daniel Fernández, se comunicó con este medio para dar a su versión de los hechos. En ese marco, desmintió que el cierre fuera sin previo aviso y aclaró algunas cuestiones relacionadas con el personal del local gastronómico.
“Vinito es un bar que estaba en La Plata y yo soy de la ciudad de Buenos Aires, conozco de turistear y de visitar amigos. No es un lugar que he frecuentado. Todo empezó con una idea de un amigo mío y su compa, eran vecinos míos de acá en el PH que vivo de Flores”, comenzó relatando y agregó: “Teníamos confianza y hace muchos años se enteraron que a partir de una sucesión muy traumática que tuve por la muerte de mi viejo, contaba con un capital y estaba viendo qué hacía. Si compraba un departamento o si invertía en algo. Ellos se acercaron y me propusieron hacer esta oferta del bar”.
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En ese sentido, indicó que “en ese momento, se acercó Verónica Casinelli, que era la compañera de mi amigo y éramos vecinos de acá, y me propuso hacer esto con ella, que es una persona muy importante en la gastronomía. “(Me dijo) que yo no iba a tener que hacer nada más que cobrar las regalías y poner la plata, obviamente. Yo iba a hacer el socio capital y ella la socia operativa”, recordó.
“Yo accedí por entusiasmo, la conozco a ella hace muchos años y sé que es una persona muy importante de la gastronomía, creativa y muy buena. Una gran profesional, la verdad que tiene una idea de la gastronomía super actualizada, que sabe lo que está pasando en el mundo del sector. Y la verdad que me entusiasmé. Obviamente que le dije que sí y armamos un bar que ya de por sí arrancó con una inversión muy desmedida, cuando lo pude comparar con otras inversiones. Como que no era necesario tanto. Pero bueno, lo sostuvimos”, le dijo Fernández a un portal local de noticias.
Sin embargo, el trato entre ambos fue cambiando a partir de la apertura del emprendimiento que se caracterizaba por utilizar la rambla de la diagonal con reposeras y mesas. “Fue una persona con la que con el tiempo fue muy difícil trabajar. Una vez empezado el bar, las actitudes cambiaron muy fuertemente y empecé a sentir maltrato y mucho ida y vuelta. Se me hizo imposible estar en el bar. Desde julio dejé de estar y puse una persona a cargo por la angustia que me estaba generando, porque sentía que la plata de mi viejo la estaba perdiendo. Puse una gerenta a cargo, que es una grosa, para que lo lleve adelante, porque si no tenía que cerrar solo por la angustia que estaba padeciendo con ella. El acuerdo que yo no hacía nada no se cumplió, hacía un montón de cosas”, sostuvo.
Vinito cerró y sorprendió a su clientela de La Plata
De acuerdo con su relato, fueron pasando los meses y “se lograron algunas cosas pero otras no”. “Se pudo lograr que el bar subsista, que siga, hasta donde podíamos. Al bar le iba bien porque había 70 cubiertos los días de alta concurrencia y los días de baja, pero yo, como les dije a los chicos, fueron pasando lo meses y no vi un mango. Yo no recuperé nada de la inversión, de hecho terminé poniendo plata en octubre y noviembre. Cambié dólares de mis ahorros para poder cubrir los sueldos”, detalló el emprendedor gastronómico.
“Se hizo difícil lidiar con ella (Verónica), en julio tuve que cortar diálogo para poder seguir trabajando. La persona que estaba lidiando con ella, tampoco lo pudo sostener. A partir de diciembre empezamos a ver cuáles eran las alternativas y si podíamos vender el fondo de comercio y qué hacer”, agregó.
Sin embargo, indicó que por la realidad del país “el fondo de comercio no era algo posible porque no había tanta oferta, la economía cayó y el bar se hizo más cuesta arriba, fundamentalmente porque en buena fe le cedí la marca, que estaba a nombre ella porque yo invertí en la puesta física y el diseño, pero ella lo ideó”. “Cuando me quise ir era imposible, si quería seguir el bar ya no podía usar la marca. No tenía mucho sentido lo que podía hacer. Estuvimos viendo ideas hasta que en enero decidí cerrar”, completó.
En el centro, Verónica Casinelli, chef de Vinito, junto al equipo de trabajo.
De acuerdo con el testimonio de Fernández, el bar no estaba teniendo el éxito esperado a punto tal que empezó a tener deudas y le llegó un embargo. “Un embargo con un bar de 70 cubiertos llenos me llega un embargo con deudas… me pareció un montón. En ese momento le comuniqué a ella que si no había ninguna oferta lo tenía que cerrar, a ella le avisé con tiempo. Es algo que no se dijo en las redes: yo avisé con bastante tiempo”, comentó.
Asimismo, manifestó su angustia por no poder comunicar la decisión en persona a los empleados de Vinito. “Yo quería acercarme a contárselos a los chicos, ella se adelantó; lo que no estuvo bueno. Después cuando pude acercarme para avisarles que cerraba el bar, que les reconocía hasta el 1° de febrero y se les iban a liquidar todas las indemnizaciones al día, respetando todo de acuerdo a la ley. Incluso llamé a todos los proveedores para avisarles para cubrir todos los gastos y devolver toda la mercadería que solicitaron y no pagaron. Yo todo esto sacando de mi bolsillo, tuve que pedir plata prestada a mi familia para poder hacerlo y me entero ahí por todos ellos que lamentaban mucho porque estaban muy bien”. “Estaban contratados formalmente, algo muy raro en la gastronomía. Encima se pagaba bien y toda la cuestión. Ellos se lamentaron porque querían un laburo estable y después se lamentaron mucho porque estaba la posibilidad de seguir, de ver alternativas pero me vi contra la espada y la pared por no poder seguir con ella. Por eso lo cerramos”, resaltó.
“Les pedí disculpas por meterme en un ámbito que desconocía y con el respeto de haberles reconocido todo el salario y las formas de trabajo más aceptables y formales que podía. Pero que sentía mucha angustia de no haber resuelto una cuestión emocional con ella para poder trabajando”, aseguró Fernández y reveló que “les di todo mi apoyo y sigo hablando con aquellos que quieren hablar de cómo poder mejorar la situación. Cuentan con todo mi apoyo para reflotar esto a pesar de que no pueden usar la marca, hay todo un dispositivo de local, material, hornos, barras…todo exageradamente caro y sobredimensionado de lo que necesitaba el bar. Eso lo pueden utilizar”, sostuvo.
El restorán estaba ubicado en Diagonal 74, entre 115 y 116. En algunas ocasiones, se instalaban mesas en la rambla de la diagonal.
Tras el cierre de Vinito, Fernández se lamentó que la sociedad con Casinelli no funcionara como se esperaba. “Ellos también notaron que los gastos y las cosas que se necesitaban para funcionar eran desmedidas y capaz ese fue el problema. Yo no me metí en el terreno de ella, por así decirlo… me rompe el corazón ver gente que con mucha calidad humana y capacidad no pueden seguir trabajando porque no funcionó una sociedad que debería haberse respetado desde el principio, pero son los riesgos que uno toma al entrar al mundo comercial. Al no ser mi mundo, ya aprendí la lección”, lamentó ante un portal local de noticias.
Consultado por el diálogo con Casinelli, respondió que no lo tiene y agregó: “Estoy con asesoría legal porque la confianza está completamente rota. Yo hablé con ella sobre cómo cerrar y le pedí que me ayudara. Me dijo que sí y me terminó engañando con las fechas y tratando de ponerme a la gente en contra. No quiero tener más diálogo con ella. Hablé personalmente con cada empleado para arreglar la situación de cada uno. No estoy en conflicto con los empleados, al contrario, tengo un excelente diálogo”, cerró.

Fuente: 0221

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