Tras la confirmación de la muerte de una mujer de 74 años en La Plata a causa de la Encefalitis Equina del Oeste (EEO), que se convirtió en el primer caso de la provincia de Buenos Aires y el segundo de todo el país; crece la preocupación por el brote epidémico del virus que ya lleva 2 meses circulando.
Aunque la infección viral, que pertenece al género de los alfavirus, ya había causado otros brotes en animales y humanos, el 28 de noviembre pasado el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta a los centros de salud y hospitales para identificar casos sospechosos en personas y atacar la patología a tiempo. A nivel nacional, desde el inicio de la vigilancia en la semana epidemiológica 48 hasta el 6 de enero de 2023, se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS2.0) 91 casos sospechosos de EEO en humanos, en once provincias. De estos, se confirmaron 21 contagios y otros dos fueron clasificados como probables, según señala el último Boletín Epidemiológico.
Los casos confirmados y probables se concentran principalmente en la región Centro, donde 19 de los 21 afectados tienen como lugar de residencia o probable contagio las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. En la actualidad, la provincia de Buenos Aires reporta 10 casos y todos requirieron hospitalización.
La muerte de la mujer de La Plata por encefalitis equina encendió las alarmas en la región.
El Ministerio de Salud bonaerense, a través de sus equipos territoriales de promotores, realiza operativos en los distritos afectados que implican la fumigación de zonas afectadas, la búsqueda activa de casos sintomáticos y la difusión de medidas de prevención.
El infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Ricardo Teijeiro (MN 58065), informó que la encefalitis equina es una enfermedad viral de las que se llaman zoonosis. “Es transmitida por mosquitos, desde las aves al humano. No se transmite de humano a humano”, informó a Infobae.
Respecto del contagio, Teijeiro informó que “No es tan fácil”. “Uno tiene que estar en relación con el ganado equino enfermo, con aves que lo puedan transmitir”. Además explicó que la mayoría de las veces no presenta síntomas o lo hace de manera muy leve. “Por cada caso que se diagnostica se calculan, en los niños, unos 50 o 60 casos asintomáticos; y en el adulto, por cada caso, hay más de 500 casos asintomáticos. Así que no es una enfermedad de alto riesgo”, agregó el experto. Como suele ocurrir con las enfermedades virales, existen grupos de riesgo en los que el virus evoluciona, como “los adultos mayores, los inmunosuprimidos, los que tienen los mecanismos inmunológicos que no responden adecuadamente”.
El virus se transmite a través del mosquito que picó previamente a un ave infectada.
Adrián Díaz, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT, CONICET-UNC) y uno de los científicos que trabaja en el análisis de las muestras de los animales infectados, había señalado a Infobae: “Las personas en riesgo son aquellas que están en cercanías con los caballos. Las que realizan actividades rurales o están en estos ambientes, porque acá juega un papel principal el mosquito vector que, por la evidencia que hay, es el Aedes albifasciatus”.
“Como todos los virus emergentes tienen altas tasas de mutación. Pueden estar variando todo el tiempo y con esto adquiere una capacidad adaptativa que le da chance de emerger con una cepa o una población viral de mayor virulencia, que se replique mejor en algún vector que otro, o que se amplifique mejor en algún hospedador que otro. Y que eso le da la chance de que aumente la probabilidad o el riesgo de epidemia”, agregó el experto.
Entre las principales medidas de prevención se recomienda el descacharreo y mantener el pasto corto.
Asimismo, Díaz sostuvo que el humano no es amplificador y el caballo tampoco: “Por lo tanto, la probabilidad de que haya un brote o una epidemia son bajas. ¿Es imposible? No, no es imposible. Puede generarse un brote, pero para que esto ocurra en la población humana o surja una epidemia, tiene que haber una coincidencia, una sincronización de factores, que por el momento no se estarían dando”.
Los síntomas de la encefalitis equina son fiebre, cansancio, malestar general, dolor de cabeza, dolor muscular, decaimiento, rechazo a alimentos y síntomas neurológicos, vómitos, cefalea intensa. “Lo más importante para el diagnóstico es la epidemiología”, explicó el infectólogo Ricardo Teijeiro y agregó: “La persona tiene que haber estado en contacto en una zona donde esté circulando el virus o en zona rural con el ganado equino”. Ante la presencia de estos síntomas, los espcialistas recomiendan concurrir rápidamente al médico.
Aplicar repelente de mosquitos cada seis horas contribuye a mantenerlos alejados.
En cuanto a prevención, es importante combatir al mosquito con las mismas normas sanitarias que se combate al Aedes aegypti -el transmisor del dengue-. Esto incluye el descacharreo, no dejar que se acumule agua en el perímetro de la casa y mantener la zona limpia y usar mosquiteros. En tanto, para la gente que trabaja en el campo y en zonas epidemiológicas con brotes, se recomienda usar camisas de manga larga, ropa clara, telas mosquiteras y repelente aplicado cada seis horas.
Respecto de los animales, las autoridades sanitarias recomiendan realizar una revisión clínica periódica de los caballos y vacunarlos contra la enfermedad, también realizar el saneamiento ambiental de los predios donde se alojan estos animañes y las personas asociadas a dicha actividad. Además, hay que evitar la acumulación de agua en el suelo, desmalezar predios y mantener el pasto corto, eliminar o colocar bajo techo recipientes y otros objetos que puedan acumular agua.
