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Así se celebró al Gauchito Gil en La Plata

Un gran numero de devotos se hizo presente en el santuario principal del Gauchito Gil en La Plata. Hubo comida, bebida, baile y fiesta en su honor.

Decenas de personas celebraron este lunes al Gauchito Gil en La Plata, en un nuevo aniversario de su muerte. Se encontraron para agradecer los milagros y festejar al santo popular que no está aún reconocido por la Iglesia Católica pero que forma parte de los pensamientos de miles de argentinos.
Antonio Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez falleció el 8 de enero en la localidad correntina de Mercedes pero cada año La Plata se vuelve un punto importante para la región. Es que en la esquina de 35 y 133 se encuentra, desde hace 19 años, un gran santuario que cada temporada convoca a miles de devotos. Predominantemente rojo, por supuesto, este lunes fue el centro de las celebraciones.
Nada de tristeza para este día, sino agradecimientos, recuerdos y alegría con comida, bebidas, chamamé y buenos augurios. “Es un Gauchito muy milagroso, a ustedes les parecerá mentira pero tienen que hacer la prueba un día y pedirle algo, van a ver”, explicó en su oportunidad Mary Franco, quien administra el santuario.
Este 2024 la estructura de San Carlos acogió a decenas de visitantes provenientes de distintos puntos del Conurbano. Llegaron en autos, motos, caminando y hasta de rodillas para reverenciar al Gauchito y vivir una tarde muy especial. Más allá de que el epicentro de los festejos fue Mercedes, la cultura de Gil se esparció por todo el territorio nacional y se lo recuerda en múltiples localidades.
Grandes y chicos estuvieron en el santuario de La Plata recordando al Gauchito Gil.
Cualquiera que haya andado por las rutas nacionales o provinciales habrá visto alguna vez al menos algún pequeño santuario al costado del camino. Y no solo es en Argentina la costumbre, sino que también se lo venera en Uruguay, Chile, Bolivia, Paraguay y hasta en España, donde en las afueras de Barcelona, al costado de una ruta hay un culto.
Aquí lo recordaron con vino tinto, ya que según distintas versiones tomaba es bebida, y también fumaba, por lo que los presentes dejaron decenas de cigarrillos. Además, se dice que San La Muerte era su protector y por esto es que algunos devotos le acercaron también oro.
Una de las leyendas que narra el origen de sus comienzos como ser milagroso, cuenta que Gil era un ladrón de ganado. Según la historia, en 1878, tras su captura por los delitos cometidos, un comisario lo colocó debajo de un árbol a 8 kilómetros de Mercedes con la intención de ejecutarlo. En ese momento, el Gauchito le rogó que no lo matara, asegurándole que pronto llegaría una carta que demostraría su inocencia. Además, le advirtió que cuando esta carta llegara, el hijo del comisario enfermaría y que este debía rezar por él para lograr su recuperación, ya que esa jornada “estaba matando a un inocente”.
A pesar de las palabras, el Gauchito fue asesinado de un disparo, y tal como había predicho, el hijo del comisario cayó enfermo. Desesperado, el hombre rezó fervientemente a Gil por la salud de su hijo, y, gracias a sus oraciones, el joven logró recuperarse. Lleno de arrepentimiento, el comisario pidió disculpas al cuerpo del gaucho y compartió lo que había sucedido. Ese hecho fue el punto de partida de la devoción hacia la figura del Gauchito.
La tumba de Antonio Gil está en el fondo del Cementerio de Mercedes, al borde de un alambrado que limita el predio. Del otro lado de este, hay una parilla y un banco en el que se reúnen sus devotos para “compartir” un asado y un vino con él.

Fuente: 0221

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