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De la prima de Máxima Zorreguieta al carnicero ajedrecista: los personajes del año en La Plata

En el año que se va circularon por 0221.com.ar personajes variopintos de La Plata y la región que dieron que hablar a la ciudad y al país.

Una platense con vínculos de sangre con la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta; un carnicero que juega al ajedrez con sus clientes; una estatua viviente que cambia de color político; un perro salchicha que juega al ring raje; el entrañable chimpancé Tomy; el abuelo que vota a los 103 años y el hincha que perdió su trabajo por ir a ver al Lobo y luego consiguió otro, se convirtieron en los personajes destacados de un portal local de noticias en este 2023. Un repaso por cada una de sus historias.
Solange Boig recordaba poco y nada de los juegos con sus primos en las fiestas de fin de año en la casa de su abuelo, hasta que en 1999 una de sus primas cobró relevancia internacional: Máxima Zorreguieta había comenzado su noviazgo con el príncipe Guillermo, de Holanda.
La rama del árbol genealógico que las une comienza con Santiago Anastacio Cerruti Ponce de León, bisabuelo de ambas. En 1989 se casó con María de las Mercedes de Sautu y tuvieron nueve hijos, entre ellos, Joaquín y Jorge Cerruti de Sautu. El primero tuvo seis hijas, una de ellas es la madre de Solange. El segundo tuvo nueve hijos, entre quienes se encuentra Carmen Cerruti, la madre de Máxima. Que sus madres sean primas convierte a Solange y a Máxima en primas segundas.
En el centro, el abuelo de Solange Boig. A si izquierda, el abuelo de Máxima Zorreguieta. A su derecha, la madre de Solange.
Pero no solo las une la sangre de sus ancestros: un pasado de juegos en torno a una larga mesa familiar forma parte de su historia. El que amalgamaba a la familia era Joaquín de Sautu, el abuelo de Solange. Su campo de Fontezuela, Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires, era el lugar donde convergían todos sus hermanos, con sus hijos y nietos, para cada Navidad y Año Nuevo, cuando llegaban a superar los 50 comensales.
La familia de Solange llegaba hasta allí desde Colón, provincia de Buenos Aires. De esos tiempos, ella recordó ante un portal local de noticias que le encantaba andar a caballo, correr y subirse a los árboles y que, aunque a veces jugaba con sus primos, no era lo habitual. “Yo no daba mucha bola, era muy peleadora. Era tremenda de chiquita”.
Solange Boig en la redacción de un portal local de noticias, compartiendo su historia con Máxima Zorreguieta.
Solange tiene 54 años, dos más que Máxima, a quien recuerda como “más del lado de los de Sautu” por sus rasgos dulces y redondeados, en contraposición a “los Boig”, entre quienes se incluye, de cabello rubio, ojos celestes y facciones angulosas. Al recordar a su prima, Solange menciona las diferencias y un punto en común: “Ella siempre fue re sencilla y muy simpática. No era una nena mala. Yo tampoco. Yo era traviesa porque era machona, me gustaba jugar. Ella era más nenita”.
Tras la muerte de su abuelo se terminaron las reuniones familiares de fin de año. A los 17, Solange se mudó a La Plata para trabajar en el kiosco de su hermano. Sus tías siguieron poniéndola al tanto de las novedades de su prima. Así supo que, gracias a Máxima, el príncipe de Holanda había dejado el alcohol y que, con eso, su prima se ganó el corazón de la reina. El último contacto de Solange con la familia de la reina fue hace 14 años, cuando murió su madre y se presentó en el velorio la madre de Máxima, que le dio el pésame.
Las fotos que recuerdan el pasado común entre la platense Solange Boig y la princesa de Holanda, Máxima Zorreguieta.
En 2001 Solange conoció Europa y estuvo a punto de visitar a su prima pero se inhibió. Más tarde, en un viaje de la reina de Holanda a Buenos Aires, casi lo logra: “Estuve cerquita pero no me animé”, recuerda, “me dio vergüenza”. “Capaz que me tire el lance”, dijo este año, pensando en la posibilidad de contactarla en la próxima visita a Buenos Aires, pero luego dudó: “Qué sé yo si ella se acuerda”. “Capaz que dice ‘ni te conozco’”, bromeó.
En la esquina de las calles Horacio Cestino y San Martín, de Ensenada, el carnicero Quique propone un desafío muy particular para sus clientes: quien le gane una partida de ajedrez se lleva dos kilos de asado.
La idea de llevar un tablero de ajedrez a su carnicería surgió en mayo de este año porque “le pareció divertida”, contó el carnicero a un portal local de noticias. Para él es fundamental que haya un clima agradable en su negocio, por eso siempre abundan los chistes y, por ejemplo, si alguien se queja del precio, suele tener salidas del estilo: “Gastás fortunas en Mcdonalds para que tu hijo coma hamburguesas de lombrices ¿y no vas a gastar acá?”.
Quique, el carnicero ajedrecista de Ensenada que premia a quien le gane con dos kilos de asado.
El primer tablero que Quique puso en el mostrador era de plástico y más pequeño que el actual. Ahora tiene un Staunton Súper Plomado, de madera, con piezas de un peso óptimo, que le regalaron el último Día del Padre. Este tablero, asegura, “vende más”. Poco a poco, clientes y proveedores se fueron tentando a disputarle alguna partida. Están los que van a buscarlo solo para jugar y los contrincantes a los que parece imposible vencer.
A los 46, Quique acumula 28 años de experiencia en el oficio. En el ajedrez es principiante. Desde niño conocía el juego y sabía mover las piezas pero se metió de lleno en 2021, durante la pandemia por Covid-19, de manera virtual. Pronto se obsesionó y llegó a disputar más de 5.000 partidas en un año. Lo que más le gustó fue que, al jugar, uno está obligado a “resolver sin quejarse”. Dice que, a la hora de solucionar problemas, lo primero que suele aparecer es la queja y que eso “atrasa”.
Con el tiempo, clientes y proveedores se fueron animando al desafío.
Para mejorar su técnica, a principios de este año Quique fue al Club de Ajedrez La Plata, donde hizo el curso para principiantes junto a su hijo de 12 años. Poco después contagió a varios de sus clientes y amigos aficionados al juego-ciencia para reactivar el Círculo de Ajedrez de Ensenada, donde actualmente se reúnen tres veces por semana y se dictan cursos para niños y adultos.
Tras la publicación de su historia en un portal local de noticias, el carnicero ajedrecista despertó el interés de otros medios locales y nacionales, que también lo entrevistaron.
El periodista Daniel Malnatti mostró su historia en Telenoche, con un divertido video en el que se ve a Quique disputando una partida con el campeón panamericano sub-12, quien, tras vencer la resistencia del carnicero terminó venciéndolo y convirtiéndose en el primer ganador de los dos kilos de asado.
Sergio “Pachu” Montero es conocido por los vecinos de La Plata por montar su actuación como estatua viviente en calle 8, entre 49 y 50. En marzo de 2019 el artista callejero se volvió viral en todo el país por el insólito video en el que se lo veía discutir con una mujer que lo increpaba tras escucharlo cantar la arenga: “Mauricio Macri la p… que te parió” a quien él respondió cantando más fuerte y llamándola “vieja gorila”, un insulto ampliamente utilizado entre peronistas, tendencia política con la que se identifica Montero, o se identificaba en aquel entonces.
A principios de 2023 la estatua viviente volvió a sorprender con un nuevo video en el que, esta vez, daba los besos y abrazos a los candidatos del PRO, partido fundado por Mauricio Macri. En el video se puede ver a Sergio “Pachu” Montero caracterizado como estatua, arriba del escenario del acto celebrado por el entonces intendente Julio Garro, el precandidato a gobernador Diego Santilli y el precandidato a intendente Horacio Rodríguez Larreta, en el Club Platense local.
Tras viralizarse por insultar a Mauricio Macri -la máxima figura del PRO-, la estatua viviente repartió besos y abrazos a los precandidato de ese partido: Diego Santilli y Horacio Rodríguez Larreta.
No solo repartía besos y abrazos, también cantaba y saltaba junto a Larreta, al grito de: “Si ponemos huevos les ganamos todos”. ¿Cómo pasó la estatua viviente de definirse peronista y repudiar a la máxima figura de Juntos por el Cambio a saltar y cantar junto a sus principales candidatos?
“Uno madura políticamente”, explicó por entonces Montero a un portal local de noticias y aclaró que escuchó mucho a Larreta y pudo ver que, a diferencia de su contrincante, Patricia Bullrich, el precandidato “tiene proyectos”. Tras el acto en el que le demostró su apoyo, la estatua viviente afirmó que Larreta “estaba al alcance de la gente” y lo comparó con los candidatos de la principal fuerza rival: “No estaba en un escenario donde veía al pueblo desde arriba y transmitía soberbia. Últimamente el kirchnerismo es soberbia. No es la unidad del peronismo”.
Después de las PASO y antes de las elecciones generales, Sergio “Pachu” Montero, conocido como “la estatua viviente”, se manifestó contra Milei.
Más tarde, a fines de septiembre, cuando ya se habían celebrado las PASO en las que Bullrich venció a Larreta como candidata de Juntos por el Cambio, Montero se manifestó nuevamente mostrando su repudio al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, antes de que se aliara a Bullrich.
Por entonces se lo pudo ver en la esquina de 7 y 50 con llamativos carteles que decían: “Milei es dictadura”; “Las Malvinas son argentinas, para Milei no”; “Milei es discriminación”; “Milei es Cavallo. Que 2023 no sea 2001”; y “Con Milei el Libertinaje Avanza” mientras recibía el apoyo y también el repudio de los automovilistas que pasaban.
En la primavera de 2023 un travieso perro salchicha y su dueño, Claudio Etchegaray, se volvieron virales en TikTok por jugar al ring rage. En el video grabado por el joven se puede ver que ambos pasean por una calle de La Plata y él lleva al cachorro atado a una correa.
En un momento llama a su mascota y el animal le responde mirando atento. “Buster, ¿estás preparado para un ring raje?”, pregunta el joven y, tras enfocar la puerta de una casa, lo alerta: “Corré, corré, corré, corré” y el perro se lanza a la carrera con desesperación.
Rin raje
Por la rapidez con la que reacciona y lo divertido que se ve el diminuto cachorro corriendo con sus piernas cortas y sus grandes orejas aleteando, las imágenes de Buster se viralizaron rápidamente. Poco después de la publicación del video, que dura apenas unos 15 segundos, ya obtuvo unos 266 mil likes. Al día de hoy ya tiene cerca de 540 mil.
“Me parece que no es el primer ring raje que hace. La tiene re clara”, “yo quiero a ese perro”, “hermoso cómo se prende, como si supiera” y “compinche total”, fueron algunos de los más de dos mil comentarios que recibió la publicación. Además de publicar el video en su cuenta de TikTok, Etchegaray también lo subió al perfil de Instagram de su perro, donde también hay tiernas fotografías del travieso cachorro.
En agosto de 2023, al comenzar el proceso electoral que convocó a los argentinos a asistir a las urnas en tres oportunidades, Américo Smith tenía 102 años y le transmitió a un portal local de noticias su entusiasmo por participar de las jornadas democráticas: “Estoy contento de haber cumplido con la votación. Nunca dejé de votar: para presidentes, legisladores, todo. No falté nunca, soy muy cumplidor”.
Américo Smith, un abuelo platense de profundo espíritu democrático que ama ir a votar.
En esa oportunidad, Américo fue recibido entre aplausos y muestras de afecto por parte de otros votantes y autoridades de mesa en el Instituto de Cultura Itálica Leonardo Da Vinci, ubicado en 44 entre 17 y 18. Pudiendo quedarse en su casa –porque a partir de los 70 el voto es optativo-, este abuelo platense prefirió ejercer su derecho a elegir candidatos y asistió temprano, como en cada elección, acompañado de su sobrina, Marcela Smith. En el video se puede ver su expresión de felicidad y emoción mientras su sobrina lo lleva en su silla de ruedas y todos lo aplauden.
Con una lucidez asombrosa, Américo conversó con este medio sobre diversos temas, como por ejemplo el crecimiento del abstencionismo: “Ahora hay gente de 40 o 50 años que no vota, pero yo siempre voté, gracias a Dios”. Consultado acerca de las personas que no quieren pasar por el cuarto oscuro, Américo recomendó: “Que cumplan. Que traten siempre de cumplir. Hay que cumplir”, porque vivir en democracia, asegura: “Está de diez, diez para once”.
Este longevo votante nació en 1920 –junto a un hermano mellizo, que falleció a los 72- en Colonia Hinojo, Olavarría. Fue tambero y lechero desde los 10 hasta los 70 años. Se casó, tuvo un hijo y una nieta y a los 48 años de matrimonio, enviudó. Entonces su familia lo trajo a vivir a La Plata, en el ‘89. Aunque es hincha de San Lorenzo “como Tinelli y el Papa”, aquí simpatiza por Gimnasia, el equipo por el que hincha su nieta.
Tras votar en las PASO y en vistas de que las elecciones generales se celebraban en octubre, mes en que cumple años, este abuelo de profundo espíritu democrático afirmó: “Tengo que aguantar hasta llegar a los 103” para poder participar de las generales. Y, efectivamente, Américo lo logró y pudo votar hasta en el balotaje.
Américo Smith llegó al balotaje con 103 años recién cumplidos, acompañado de su hijo y su perra y luciendo un estilo muy jobial.
En esa ocasión se lo vio llegar acompañado por su hijo, Eduardo. Américo llegó con un look juvenil, con pantalón a cuadros y una remera que tenía a Messi como protagonista. Además, caminaba con la ayuda de un andador, en el llevaba a su pequeña perra. En su rostro se vio la misma alegría que en las PASO y, por supuesto, también fue recibido con emoción y aplausos.
Tomy tiene 47 años, es uno de los tres chimpancés machos que quedan en Argentina y forma parte de los 400 animales que todavía permanecen en el Bioparque de La Plata, ubicado en el corazón del Bosque. Llegó al zoo en 1980, cuando era “un cachorrito” de tres años, según recordó su cuidador desde hace más de cuatro décadas, Martín Davids. Lo trajeron desde un circo de Brasil donde fue expulsado por “mala conducta”.
Tomy tiene 47 años y es uno de los tres chimpancés machos que quedan en Argentina.
“Era travieso y juguetón, como cualquier niño chimpancé”, describió Davids. De sus primeros intercambios, se recuerda a sí mismo alcanzándole bananas, uvas y tomates, hablándole dulcemente para diferenciarse de los cirqueros que lo maltrataban y mirándolo a los ojos. La conexión fue inmediata. “Jugaba conmigo, trepaba a los árboles y me mostraba qué frutas le gustaban”, recordó Davids, quien se considera “un padre de crianza de Tomy”.
Durante 20 años, Tomy tuvo a Martín por única compañía hasta que en 2001 llegó la chimancé Judy y, en 2002, se sumaron Punya y Pweke, de la misma especie. “Ahí la cosa se complicó. Tomy no sabía ser chimpancé. Mucho menos ser un buen líder. Como él era el macho más fuerte, acaparaba las bananas y la paja que se les daban para dormir. Su socialización fracasó”, explicó Davids. Tras una fuerte pelea en la que Tomy resultó herido, lo separaron del resto de sus compañeros de especie.
Martín Davids fue cuidador de Tomy durante más de 40 años y se considera su “padre de crianza”.
Hace más de cinco años, se intentó trasladar a Tomy y a Judy a Sorocaba, el mayor santuario de chimpancés de América Latina, que está en Brasil. Sin embargo la iniciativa naufragó. En 2019, tras la muerte de Judy, se creó un proyecto para declarar a Tomy “Sujeto de Derecho”. Esto no significaría que vaya a tener los mismos derechos que los seres humanos, sino reconocerle sus propios derechos como parte de la obligación del respeto a la vida y la dignidad de todo ser sintiente.
Hasta el día de hoy, Tomy permanece en el Bioparque platense y está a cargo del cuidador Damián Dieguez. Martín Davids, a pesar de estar jubilado, lo visita una vez por semana.
La historia de Gianfranco Duarte reúne todos los componentes de una verdadera odisea: iba a viajar a Santa Fe para ver el agónico partido en el que Gimnasia se jugaba su permanencia en Primera pero lo estafaron; logró viajar a dedo y, tras festejar la victoria, se enteró de que lo habían suspendido en el trabajo luego de que se viralizara una foto suya tomada por un portal local de noticias; poco después, la suspensión terminó en despido. Sin embargo su historia tuvo un final feliz y, gracias a la misma viralización por la que perdió su empleo, consiguió otro.
En la mañana del 1° de diciembre los hinchas del Lobo se reunieron en la rotonda de 120 y 32, desde donde salía la caravana de micros con destino a Rosario, donde Gimnasia se enfrentaría con Colón en la cancha de Newell’s, con la imperiosa necesidad de evitar el descenso.
La foto de la discordia: tras ver en un portal local de noticias que Gianfranco Duarte había faltado a su trabajo para alentar a Gimnasia, su jefe lo suspendió.
Gianfranco, oriundo de Berisso, se convirtió en uno más de los cientos de hinchas que descubrieron con desazón que habían sido estafados por empresas de viajes. La noche previa, ante la falta de respuesta de quienes le vendieron el viaje, decidió pedir el reembolso y acercarse al día siguiente a la rotonda, a ver si conseguía “un alma caritativa” que lo llevara. Así lo pidió a las 6 de la mañana a través de su cuenta de X y en su pedido agregó: “Tengo 11 k (once mil pesos), entrada, bizcochitos y pizza a la parrilla”. Poco después de las 11, su deseo se había cumplido.
Antes de viajar, Gianfranco mostró su alegría con los brazos en alto ante la lente de un portal local de noticias, con una larga fila de micros de fondo y su imagen ilustró la nota de la previa más angustiante de los últimos años. Desafortunadamente, el encargado de la obra civil donde trabajaba como plomero vio la nota y le mandó una captura de pantalla por Whatsapp, avisándole que estaba suspendido, ya que no había avisado ni tenía autorización para faltar. Ante ese mensaje, este hincha fanático del Lobo respondió con una foto suya besando la camiseta y volvió a publicar en su cuenta de X.
“Mensaje de mi encargado. Gracias un portal local de noticias”, decía su tweet, con emojis riendo, acompañado de la captura de la conversación. Pese a la sanción, Gianfranco destacó que no se arrepentía de nada. “Me dije ‘la puta madre, bueno ya fue, valió la pena cada segundo’. Un día de suspensión no es nada”, relató al respecto, sin saber que eso no era todo.
La suspensión generó una nueva nota en un portal local de noticias y otros medios locales se interesaron por su caso. La viralización causó todavía más enojo al encargado de la empresa, que finalmente lo terminó despidiendo. “¿Algún alma caritativa que me dé laburo?” twiteó entonces Gianfranco y acompañó el pedido con una captura de la conversación con su encargado en la que se lee: “Gian, tengo que informarte que ya no formás parte de la empresa. Abrazo”.
Algun alma caricatica que me de laburo? PD: peor es irse a la B https://t.co/THaYkGCfOF pic.twitter.com/viJxGjWHCX
En diálogo con este medio, Gianfranco contó que consultó los motivos de su despido y que le respondieron que se trataba de “un recorte de personal”, aunque solo lo despidieron a él. “El caro precio de quedarse en Primera”, expresó entonces, bromeando. Al mismo tiempo, agradeció los mensajes de apoyo en redes que incluyeron a jugadores de Gimnasia.
Finalmente, su odisea tuvo un final feliz y un portal local de noticias lo contó en una nota titulada: “Consiguió trabajo el hincha de Gimnasia echado por escaparse para ir a ver el desempate”. Pasadas poco menos de 24 horas desde su despido, este hincha fanático del Lobo ya había conseguido un nuevo empleo.
“Ya consegui trabajo. No caigo que toda esta locura haya terminado así”, publicó en su cuenta de X y agregó: “Millones y millones de gracias a todos por aportar su granito de arena. No sé cómo agradecer toda esta movida, estan todos re locos”, acompañando el posteo con una foto suya firmando un contrato de trabajo.
Ya consegui trabajo.No caigo que toda esta locura haya terminado asi.Millones y millones de gracias a todos por aportar su granito de arena.Nose como agradecer toda esta movida, estan todos re locos.https://t.co/fzbw7KA7Px pic.twitter.com/rgz9RqYoeC
Según explicó Gianfranco a un portal local de noticias, desde la empresa del rubro de la construcción que contrató sus servicios le pidieron confidencialidad respecto de la difusión del nombre de la compañía. Lo cierto es que continuará dedicándose a su oficio y que sigue convencido de que la odisea que atravesó para ir a ver al club de sus amores valió la pena.

Fuente: 0221

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