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El presente de Tito Speranza, el ex custodio de Fort: por qué estudió para seguir en los medios, pero rechaza propuestas

Fue finalista de un Bailando, estudió periodismo deportivo, hizo radio, televisión y ahora solo acepta ir a determinados programas. “Soy medio aburrido, pero no voy a cambiar”, dice en esta entrevista con Teleshow el preparador físico de 50 años

El presente de Tito Speranza

13 Sep, 2023
Por Milagros Monti
Tito Speranza habla despacio. No tiene apuro, mide todas y cada una de sus palabras, y piensa antes de responder. Agradece el contacto de Teleshow y hasta se sorprende. Dice que su vida es “tranquila” e “igual que siempre”. Cuenta que está muy feliz con su presente: tiene 50 años y en unos días cumple 24 en pareja con Marcela Villagra, con quien además de vivir una romántica historia de amor, comparte la pasión por el deporte. Ambos son preparadores físicos, también entrenan y realizan sus propias rutinas. Ella, en tanto, suele entrenar a Martita Fort, la hija de Ricardo.
Héctor -tal es su verdadero nombre, aunque son muy pocos los que lo llaman así- atiende el teléfono al mediodía, y ya desde su casa. A las 12 terminó el primer turno en la sede de una reconocida cadena de gimnasios ubicado en el barrio porteño de Cañitas en el que trabaja desde el 2006. Había llegado a las 7 am, y debe regresar a las 16 hasta las 21. Allí da clases personalizadas a personas de entre 18 y 78 años. Su modestia, humildad y el bajo perfil que lo caracterizaron siempre, hacen que no quiera revelar la cantidad de alumnos que tiene. Sabe el número, lo tiene presente, pero elige evitarlo. Se niega entre risas y con un dejo de vergüenza. Entiende que son muchos, demasiados.
Tito sigue siendo el mismo de siempre. Aquel que adquirió una popularidad notable en 2010, cuando Marcelo Tinelli lo descubrió a un costado de la pista del ShowMatch. Y el que hoy elige y analiza las propuestas que recibe para estar en los medios. No le interesa el famoso “estar por estar” en los medios. Para él, la televisión es un oficio con el que aprendió a convivir desde que hizo su primera aparición.
“Soy un tipo muy estructurado y no tengo una doble cara. Hago lo que realmente me satisface”, dice quien rechazó convocatorias para ser panelista en un reality: “No me interesa hablar mal de la gente solo para estar en televisión”, dice sin titubear. Y sin apuro por estar del otro lado de la pantalla. No lo necesita tampoco.
Llegó al programa de Marcelo Tinelli como custodio de Ricardo Fort, que por ese entonces se destacaba como figura mediática y con quien trabajaba desde hace un año. Iba a todos lados con su seguridad privada, y allí estaba Tito, con su seriedad implacable. El conductor de ShowMatch intentó hacerlo reír durante un año. No lo logró.
Al año siguiente, su producción lo convenció para que fuera figura del Bailando. Y allí también evitaba sonreír o seguirle el chiste a Tinelli. En definitiva, ese era su propio juego. El público lo aclamó y de inmediato se convirtió en una figura requerida por todos. Pero su intención era poder mantener su vida de siempre.
Jamás dejó su trabajo en el gimnasio con sus alumnos, también siguió entrenando y trabajando como custodio: había comenzado en sus 20 en discotecas y siguió durante otros 20 años, aunque de manera descontinuada. Lo último que hizo fue velar por la seguridad de las hermanas Venus y Serena Williams en su visita al país, en 2013. Y en 2010 había sido contratado para estar a cargo de la seguridad de Lionel Messi en un partido organizado en Panamá.
En pleno auge, Tito aprovechó las oportunidades que se le presentaron para seguir trabajando y sumando experiencia, pero siempre con la convicción de hacer lo que realmente le gustaba. Llegó a la final del Bailando 2011 y perdió con la dupla formada por Noelia Pompa y Hernán Piquín. También se ganó al público sobre el escenario, hizo teatro, y desde el 2014 al 2018 estuvo en Combate. Su común denominador son las competencias, por eso acepta.
En plena pandemia, se recibió de periodista deportivo, tuvo un programa de radio en Continental y producía su propia columna deportiva los sábados a la tarde. Actualmente dice que está alejado, pero sigue yendo a la televisión cada vez que la producción de Pasapalabra lo convoca para participar del programa de Iván de Pineda. “Está bueno porque me gusta competir, además, agilizo la mente, ayuda a la cabeza”, destaca sobre su rol en el ciclo de entretenimiento el deportista que jugó al básquet durante 40 años.
“¿Qué puedo hacer con este nuevo oficio?”, se planteó Tito sobre la televisión, cuando ya era una figura y vio que tenía posibilidades de seguir. Todo lo que hizo y hace fue para sumar en su carrera. Le gusta estar en constante aprendizaje. “Si hay algo que realmente me satisgafa lo voy a hacer, pero no hay”, dice sobre su presente.
Mientras tanto, continúa entrenando entre cuatro y cinco veces por semana. Aceptaría propuestas que estén vinculadas en el deporte, aclara. Para eso se preparó. Y evita los conflictos mediáticos. “La pelea por pelea, para estar un rato en cámara, no me va”, sostiene. “Me interesa lo que tenga que ver con el deporte, los autos. Es lo que estudié y lo que me gusta. Nada de lo mediático, no para hablar mal de alguien y hacerme el picante. Soy medio aburrido, pero no voy a cambiar”, agrega.
Tito cuenta que en este año no lo convocaron para ser parte del Bailando 2023. Al respecto, asegura: “Algo me conocen, y no les sumo”. La última vez que se encontró con Marcelo Tinelli fue en 2018 y por una cuestión comercial: fue a hacer una publicidad a su programa. De manera tal que el contacto fue delante de cámara. “Siempre con buena onda”, destaca sobre el conductor con quien supo tener un divertido y atrapante ida y vuelta.
“Desde que me fui de Combate y de la radio estoy como apagado”, considera sobre su presente en los medios. No reniega. En su momento no lo buscó, y ahora tampoco. Por eso tiene la posibilidad de elegir cada una de las propuestas que recibe a cambio. Mientras tanto, disfruta haciendo lo que quiso toda su vida.
Estudió periodismo deportivo, además, para codearse con los jóvenes. Pese a que los entrena a diario, buscó relacionarse de esa forma. “Es un desafío ver cómo piensan los chicos. Eso me nutre. Además, ahora los pibes hacen todo con el celular y eso es todo más rápido e inmediato”, resalta sobre los avances de la tecnología.
La entrevista está por finalizar, Tito Speranza vuelve a agradecer el contacto y se prepara para continuar con sus actividades hasta que regrese al gimnasio para seguir dando clases a sus alumnos. A la espera, o no, de una oportunidad para volver a la televisión. Mientras tanto, continúa disfrutando de su presente y de las convicciones que lo llevaron a donde está. Con su amor Marcela, con su familia y con sus amigos de siempre, aquellos que estuvieron a su lado. Y también con quienes fue conociendo en los últimos años desde que irrumpió en los medios.

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