Luego de que fuentes cercanas a Patricia Bullrich confirmaran que “está cerrado el acuerdo” entre la candidata presidencial de Juntos por el Cambio y el economista y político Carlos Melconian para que este sea su ministro de Economía en caso de ser elegida presidenta, se conocieron detalles sobre la propuesta del especialista para establecer el bimonetarismo en el país.
La información sobre el plan para que convivan el peso y el dólar fue desarrollada en declaraciones radiales por Rodolfo Santángelo, socio de Melconian en la consultora M&S, que co-fundaron hace más de 30 años. Según explicó, la bimonetariedad consiste en la convivencia entre peso y dólar como monedas de curso legal, un esquema diferente al de la dolarización en que se embanderó Javier Milei, el ganador de las PASO.
Con la amenaza de una hiperinflación como principal preocupación, Santángelo alertó sobre el riesgo que trae que los precios sigan congelados hasta la elección presidencial, porque luego podría haber una nueva explosión inflacionaria. “Ahora (Massa) está pretendiendo que la devaluación no se traslade a los precios. En este contexto eso es 101% imposible. Lo que quieren es patearla adelante. Los mecanismos estos en que venimos aumentando la oferta de pesos, maquinita, maquinita, maquinita, y ahora intentamos bajar la demanda de pesos son muy peligrosos. Más oferta y menos demanda significa que se va a ir todo a los miércoles”, advirtió el economista.
Tras presentar ese panorama, el socio de Melconian remató: “El bimonetario es, por un lado convencer a quienes tienen dólares de que los reintroduzan, de a poco, con libertad, con seguridad, en el sistema económico. Y simultáneamente proteger, defender, estabilizar el peso, porque si al peso lo dejamos a la deriva nos vamos a la hiperinflación”.
En Juntos por el Cambio coinciden en que dolarizar es imposible. Según informó Infobae, incluso Horacio Liendo, otro asesor de Bullrich, aseguró que la medida sería inconstitucional, contractiva e inflacionaria y que requeriría un endeudamiento de USD 40.000 millones. En cambio, aseguró, “el bimonetarismo que propone Patricia es totalmente constitucional”. El ejemplo de ese régimen monetario que señaló Liendo es el de Perú.
EL PLAN DE MELCONIAN
A fines de junio, Melconian, acompañado por la plana mayor de la Fundación Mediterránea y unos 70 economistas que integran el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), perteneciente a dicha fundación, presentaron el “plan económico”. Entonces Melconian difundió las ideas de su plan en materia macroeconómica, de comercio, industria, agro, energía, trabajo, infraestructura, políticas sociales, transporte y modernización del Estado.
El plan se basa en “un cambio de régimen económico” basado en un trípode: estabilidad macroeconómica, reforma del Estado y “desobstrucción” de la actividad privada. La idea, dijo, “no es un plan de ajuste que prepare el crecimiento”, sino “un cambio estructural que genere condiciones para la inversión y empleo privado”. Nada de eso se puede hacer, aclaró, sin antes “derrumbar la tasa de inflación”.
Melconián planteó como medidas una nueva política fiscal, mejorar la gestión de la deuda pública, reformar el Banco Central y modificar el régimen cambiario para “eliminar todo el laberinto regulatorio”. Pero reconoció que el detalle fino y la puesta en marcha dependerá “de las condiciones iniciales, vinculadas a reservas netas, stock de pagos atrasados, acuerdos internacionales -sobre todo el FMI- entre otros”.
“Es necesario institucionalizar la bimonetariedad. La Argentina ya es bimonetaria y vamos a ir a un sistema de incentivos para que fluya nuevamente un mercado de capitales en dólares, que permita el crédito y la inversión local de grandes y pequeñas empresas e inversores”, aseguró entonces Melconian.
Para lograrlo, prosiguió, es necesario ir de inmediato al “déficit cero”, mediante la reducción del gasto público y el achicamiento del Estado. Melconian también advirtió sobre “la bola de las Leliqs”, que definió como “un problema” derivado de los déficits fiscales y la compra de deuda interna de los últimos años, postergada y acumulada en el pasivo del Banco Central”. Eso requiere solución pero, aclaró, “sin romper contratos ni afectar los depósitos de los ahorristas, ir desarmando sin generar una explosión”.
“La estabilidad va a requerir nuevas reglas para el mercado y el sistema financiero, que incluyen el desarme de la maraña regulatoria surgida de llevar el cepo cambiario desde el BCRA a la CNV y el resto de los entes reguladores”, destacó la propuesta de la Fundación Mediterránea.
“Después de agosto o de octubre, habrá que ver cómo hacemos para acomodar los melones en la caja del camión”, dijo entonces Melconian, en un aparte con periodistas. “En ese momento, ya se estaría en condiciones de lanzar un programa de estabilidad. No va a ser el 10 de diciembre, eso comienza antes. En diciembre, dependiendo del ‘acomodamiento’ que se haya logrado antes, se va a seguir, pero esa es la otra transición, la que queda en manos del nuevo gobierno”, agregó.