La United Space School es una iniciativa de la Foundation for International Space Education (FISE), una entidad asociada a la NASA, que convoca a estudiantes de todo el mundo para estudiar, investigar y desarrollar una misión tripulada a Marte.
En este caso, Ian Gottlieb Godoy Garraza, alumno del séptimo año del Bachillerato de Bellas Artes, junto a Dana Crivaro, estudiante de Ingeniería de la UNLP, son dos de los 50 participantes procedentes de 25 naciones diferentes que han tenido la oportunidad de viajar a Houston, Texas, y estudiar durante dos semanas en la Universidad de Clear Lake, donde recibieron clases de destacados ingenieros y científicos.
Bajo la tutela de líderes de la industria aeroespacial, los jóvenes participantes se han unido para planificar su propia misión al planeta rojo. Durante este proceso, han adquirido conocimientos fundamentales en campos como la ingeniería, la ciencia espacial y la planificación de misiones.
La selección de Ian y Dana no solo es un testimonio de su dedicación y talento individual, sino también de su esfuerzo, coraje y perseverancia para hacer realidad sus sueños.
“Fue una locura, en la ceremonia de graduación me otorgaron un premio por el alto rendimiento académico que mostré en el programa al ser quien obtuvo las mejores calificaciones” precisó el joven.
Además, detalló: “Fue una alegría inmensa, un orgullo, por haber dejado al país, a la UNLP y al Bachillerato de Bellas Artes en lo más alto”.
En ese sentido Ian explicó: “El primer día comenzamos con entrevistas para definir en qué grupo íbamos a quedar, a mí me tocó el equipo verde”.”Ese equipo estaba enfocado en la construcción del hábitat, el lugar donde los astronautas viven en Marte y en los sistemas de soporte de vida” agregó.
El joven platense formó parte del equipo verde en el que desarrollaron diferentes sistemas para que el rover (vehículo explorador de Marte del tamaño de un automóvil) pueda de cierta manera ‘engancharse’ al hábitat. “También colaboramos con otro equipo para lograr la generación de metano a partir de la atmósfera marciana y así poder tener combustible para la vuelta. La colaboración entre equipos fue fundamental” detalló.
Además de la experiencia educativa y científica, este viaje ha brindado a Ian y Dana la oportunidad de sumergirse en aspectos culturales y fortalecer lazos con la comunidad local. Cada estudiante tuvo la oportunidad de alojarse con familias vinculadas a la industria aeroespacial, enriqueciendo así su experiencia y su comprensión del campo.
